La transición del cuidado del adolescente al médico de familia


 

La transición del cuidado del adolescente al médico de familia

G. Raiola, M.C. Galati*, M. Scavone^, V. Talarico, P. Chiarello.
S.O.C. di Pediatria; *U.O.C. di Ematoncologia Pediatrica* A.O. “Pugliese-Ciaccio”, Cattedra di Pediatria Università Magna Graecia, Catanzaro (Italia).

 

Adolescere 2017; V (2): 14-21

 

Resumen

Se define en qué consiste la transición desde el pediatra al médico de familia, siendo este un proceso dinámico multidisciplinar y multidimensional que tiene como objetivo no sólo hacer frente a las necesidades clínicas del paciente sino también las necesidades psicosociales, educativas y profesionales. Es un proceso delicado y centrado en el paciente, que debe garantizar la continuidad, la coordinación, la flexibilidad y la sensibilidad de acuerdo con directrices establecidas con una gran atención a las necesidades individuales. Se exponen las pautas a seguir, se muestra la experiencia en Calabria (Italia) y cómo conseguir la calidad en la atención al adolescente..

Palabras clave: Transición; Adolescencia; Gestión de calidad; Continuidad asistencial

Abstract

This article defines what the transition process from the pediatrician to the general practitioner involves. This is a dynamic, multidisciplinary and multidimensional process that not only aims to address the clinical needs of the patient but also the psychosocial, educational and professional needs. It is a delicate and patient-centered process, which must ensure continuity, coordination, flexibility and sensitivity in accordance with established guidelines with a great attention to individual needs. This article outlines the guidelines to follow, it also shows the experience in Calabria (Italy) and discusses how to achieve quality in the attention of adolescents.

Key words: Transition; Adolescence; Quality management; Continuity of care

 

Introducción

La adolescencia se puede definir como “el período de la vida de un individuo cuyo inicio coincide con la aparición de los primeros signos morfo funcional y / o psicosocial maduración puberal y cuyo plazo coincide con la mayoría de edad.”

Se define la Transición como “un paso, planificado y finalizado, adolescentes y adultos jóvenes con problemas físicos y médicos de carácter crónico pasando de un sistema de atención centrada en el niño a uno centrado en los adultos” Esto sucede cronológicamente entre los 18 y 25 años de vida

Hoy, sin embargo, se cree que la edad en que la adolescencia termina queda poco definida en términos cronológicos, superando el concepto de “edad de desarrollo” (0-18 años), como resultado de condiciones médicas y / o retraso psicosocial “adquisición de la independencia típica del sujeto adulto”. Ha habido una modificación de los límites cronológicos de esta edad, tanto es así que algunas sociedades tienden a prolongar la adolescencia hasta la tercera década de la vida (Tabla 1).”

La adolescencia es, pues, la época de transición de la niñez a la edad adulta, que forma parte de un proceso continuo que no proporciona divisiones cronológicas bien definidas. En esta etapa de la vida tiene lugar un proceso de maduración, en relación con cambios profundos en el equilibrio hormonal, y al mismo tiempo hay una evolución del pensamiento cognitivo y moral; En conjunto, estos procesos están orientados a la consecución de la fertilidad y la plena inclusión en la sociedad de los adultos.

La Sociedad Americana de Medicina del Adolescente describe la transición como “un paso, planificado y finalizado, adolescentes y adultos jóvenes con problemas físicos y médicos de carácter crónico pasando de un sistema de atención centrada en el niño a uno centrado en los adultos”(1). Esto sucede cronológicamente entre los 18 y 25 años de vida. En la actualidad, se presta especial atención a esta delicada etapa de la vida del individuo por una serie de razones que se pueden resumir de la siguiente manera:

— La evolución del conocimiento y el tratamiento médico ha mejorado considerablemente el pronóstico y la supervivencia de muchas enfermedades y / o discapacidades crónicas que, hasta hace pocos años, se consideraban una muerte temprana. Hoy en día más del 90% de los niños que nacen con estas condiciones o se desarrollan en el transcurso de la niñez, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, en más de 20 años de edad (2). La proporción de niños que sobrevive con enfermedades crónicas está aumentando continuamente. Una reciente investigación cuantifica en 41% la proporción de personas de edad inferior <15 años que tienen por lo menos una enfermedad crónica. Según otras fuentes, la población pediátrica que padece enfermedades crónicas es igual al 15-18% del total.

Hoy en día, más del 90% de los niños que nacen con condiciones crónicas o se desarrollan en el transcurso de la niñez, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente, en más de 20 años de edad

— La clínica de transición es un proceso multidisciplinario y multidimensional, que tiene como objetivo no sólo hacer frente a las necesidades clínicas de la persona en la transición de la pediatría a especialista en medicina de adultos, sino también las necesidades psicosociales, educativos y profesionales. Es un delicado proceso dinámico, centrado en el paciente, quien debe garantizar la continuidad, la coordinación, la flexibilidad y la sensibilidad de acuerdo con directrices establecidas con una gran atención a las necesidades individuales(3).

Es un proceso multidisciplinario y multidimensional, que tiene como objetivo no sólo hacer frente a las necesidades clínicas sino también a las necesidades psicosociales, educativos y profesionales

Cuando nos encontramos ante adolescentes afectados por enfermedades raras es necesario, por lo tanto, tener presente diferentes elementos: la compleja naturaleza del adolescente, vista como transición obligatoria durante el curso de la vida de los individuos, la dimensión subjetiva de los cambios del adolescente; la necesidad de evitar que al adolescente se le trate como a un niño grande o como a un adulto pequeño, obligándole a roles que no le pertenecen, la oportunidad de dotarse de un sistema de protección asistencial en grado de prever la integración de aspectos médicos, éticos y psico-educativos.

— La estructura de la transición de fase no parece ser lo suficientemente adecuada; Esto está demostrado por la insatisfacción expresada por los profesionales implicados en muchas investigaciones en varios países. Esto puede significar que, aún hoy, no se haya llegado a un grado óptimo de organización de este proceso(4).

Aún hoy, no se ha llegado a un grado óptimo de organización del proceso de la transición

— Es de vital importancia para los pacientes jóvenes que se identifiquen los programas educativos que deben iniciarse en una etapa temprana de la adolescencia con el objetivo de comprender la naturaleza de la enfermedad, la razón de ser del tratamiento, la causa de los síntomas, el reconocimiento de los mismos que indiquen un empeoramiento de la enfermedad y cómo hacer frente a estas eventualidades.

— Deben instituirse Programas de Transición asistencial entre los servicios Pediátricos y aquellos para adultos. Dicha fase (entre el pediatra y el médico de cabecera) se gestionará a través de protocolos, reconocidos en el campo de convenios a nivel nacional, por lo que el nuevo proveedor de atención, así como el cuidado del paciente, incluyendo la adquisición de información fiable, no sólo sobre su estado de salud, sino también en los aspectos de la vida social y relacional más relevante. El segundo nivel de atención debe prever la transición de los adolescentes con enfermedades crónicas complejas y que necesitan ser atendidos por los centros especializados de los adultos, de acuerdo con cursos acreditados sobre la base de las experiencias nacionales e internacionales(5).

La importancia del paso de las estructuras sanitarias a aquellas para adultos es reconocida formalmente, por lo menos, desde hace un decenio con declaraciones que remontan a los primeros años ’90. Desde entonces el campo de intereses para dicha problemática se ha extendido desde sociedades para adolescentes, como la Sociedad de Medicina para Adolescentes, hasta sociedades pediátricas, con las más recientes publicaciones por parte de sociedades de medicina para adultos y disciplinas relativas a patologías específicas.

Desde el punto de vista organizativo, la mejora de la comunicación se puede lograr a través de la capacidad de crear un archivo de la tecnología fácil de usar, que contiene todos los informes clínicos relacionados con el paciente, con el fin de garantizar el acceso a la historia médica completa cuando sea posible y actualizada para todos los profesionales implicados en la atención.

En nuestra región (Calabria), hemos adoptado una solución Informática que mejora la calidad de la transición a través de una información completa y precisa sobre el paciente, la optimización de los recursos, lo que es eficiente y beneficioso para el usuario. Esto, también, es capaz de garantizar el control y seguimiento de las posibles terapias.

En nuestra región (Calabria), hemos adoptado una solución Informática que mejora la calidad de la transición a través de una información completa y precisa sobre el paciente, la optimización de los recursos, lo que es eficiente y beneficioso para el usuario

Es posible a través de un hardware del dispositivo compuesto por una unidad de almacenamiento similar a una tarjeta de crédito, pero que contiene una capacidad de 32 GB USB (Fig. 1)

El software de la tarjeta es independiente del tipo de sistema operativo instalado en su PC y funciona simplemente conectando el dispositivo a la puerta USB. No necesita ningún soporte de hardware (lectores, controladores, etc…) o de fuentes de energía.

El interior de este dispositivo contiene el historial médico del paciente con índice para que el usuario, el médico o el paciente pueda realizar una búsqueda y ordenar las historias clínicas y las recetas que se prescriben por fecha, tipo y cantidad de fármaco administrado.

El dispositivo ofrece la posibilidad de grabar e imprimir recetas, llevar a cabo un calendario de citas programadas, así como proporcionar los datos que se pueden utilizar para los datos epidemiológicos y estadísticos.

Además de la portabilidad y versatilidad, la tarjeta de datos de salud siempre tiene una copia idéntica en línea basado en un sistema de seguridad distribuida en tres niveles:

Local, en la Base Médica

Copia de seguridad en línea

Base de datos central

En nuestro sistema de gestión de datos de salud hemos pensado en una estructura en diversos niveles que logre intercomunicar, la información de salud y los datos personales de los usuarios sujetos a la prestación de servicios de salud y los flujos de información que surge de los exámenes médicos y las investigaciones clínicas, análisis bio químicos e imágenes de diagnóstico.

Podemos identificar tres niveles:

Nivel de usuario. Es la parte fundamental de la estructura informativa. En este nivel hay una información individual de cada usuario que tiene contactos con la SSR;

Nivel Local. La información de los usuarios individuales se recoge en los Centros Regionales que están autorizados a entrar en los datos de salud pen-drive por el cual será posible obtener las primeras observaciones estadísticas epidemiológicas y económicas;

Nivel Global. Toda la información de los pacientes sometidos a los pagos y / o beneficios médicos son “backapate” en el sistema de información regional. Sectores implicados en el control de los requisitos del Departamento de Salud pueden analizar, supervisar e investigar todos los aspectos de la labor de los prescriptores / reguladores regionales individuales.

La adopción de este sistema de contenido de información en un medio de almacenamiento portátil personalizado, permite tener toda la información de la historia clínica del usuario.

Este sistema nos permite gestionar los datos informáticos multimediales con la integración de dispositivos Twain directamente desde el programa (escáneres, cámaras, datos de Dicom etc.) Pueden reproducirse documentos e informes liberando al usuario de transportar los originales de soporte en papel, más pesado y voluminoso(6).

Las condiciones de un camino hacia la calidad en la medicina del adolescente

La complejidad de “adolescente”, en su integralidad sanitaria y social requiere de una inclusión en un recorrido de calidad que permita observar la trayectoria de todas las intervenciones de salud y psicosocial que se hizo; el camino de atención será revisado desde un punto de vista de “Gestión de la Calidad Total”. Se hace necesario y crucial el rol de los médicos en la promoción de la calidad con el fin de examinar la eficacia y la eficiencia de los procesos de atención de salud y las vías que se ofrecen a los adolescentes. Para poder medir y evaluar el proceso de calidad implementado en el contexto de los adolescentes, es necesario aquellos aspectos que pueden ser medidos y comparados. Hay por lo menos siete aspectos o “dimensiones”: eficacia de la calidad esperada, la eficacia práctica, la competencia técnica, la aceptabilidad, la eficacia, adecuación, accesibilidad y conveniencia –que pueden estar contenidos en el esquema que se muestra en la Tabla 2(7).

Para garantizar la calidad en la atención al adolescente hay por lo menos siete aspectos o “dimensiones”: eficacia de la calidad esperada, la eficacia práctica, la competencia técnica, la aceptabilidad, la eficacia, adecuación, accesibilidad y conveniencia

Un lugar de calidad para el adolescente, también para el apoyo de los conocimientos básicos y todo lo que pueden intervenir en un programa de calidad total, supone que:

a. El personal esté capacitado para evaluar y mejorar la organización de atención de salud y la calidad del trabajo con el adolescente;

b. El personal debe ser obligado a participar en actos de programas sistemáticos de capacitación para mejorar la calidad;

c. Las organizaciones de salud darán al personal los datos de manera precisa, completa y oportuna y la organización de las vías de atención del adolescente para que esta pueda ser efectiva y realmente mensurable;

d. La accesibilidad a la información sobre el curso de la salud de los adolescentes está garantizada para todo el personal médico y de salud, de las normas hospitalarias y locales para asegurar que las medidas se concreten y se evalúen para una mejor calidad.

Otro supuesto de los programas en el ámbito de la calidad para los adolescentes, es la capacitación que desarrolla, suministra y apoya el papel de la ciencia del comportamiento en lugar de las soluciones técnicas. La cultura de las actitudes, formación y gestión de los recursos humanos son esenciales.

Para obrar en el camino de la calidad, los operadores deben adquirir la formación en el enfoque médico, y analizarlos a la luz de la citada norma, definiendo así el mejor equilibrio recorrido/calidad.

Conclusiones

…si se elimina la cualidad, sólo la racionalidad permanece inmutable. Extraño. ¿Cómo puede ser? Fedro no lo sabía, pero sabía que eliminando la calidad de la descripción del mundo así como lo conocemos había puesto a la luz la importancia de esta noción que se tranformaba fundamental en un modo que ni siquiera él había sospechado. El mundo puede funcionar sin ella, pero la vida sería tan insulsa que no valdría la pena ni siquiera de ser vivida. Robert M. Pirsig (Lo zen e l´arte della manutezione della motocicleta)(8).

Por lo tanto, resulta evidente la importancia de la utilización de normas de calidad en el mundo de la salud. En este sentido, deben considerarse los siguientes axiomas básicos:

La calidad no es un principio universal, pero cuenta muchísimo el modo “observatorio” desde el que se expresa la evaluación.

La calidad es un fenómeno multidimensional, dinámico y depende de numerosos factores, incluyendo su correspondencia; puede ser evaluado en términos profesionales, humanísticos y de organización.

La calidad es un fenómeno multidimensional, dinámico y depende de numerosos factores, incluyendo su correspondencia; puede ser evaluado en términos profesionales, humanísticos y de organización

La semilla del cambio en la evaluación de la calidad está dentro de cada actor en el servicio de salud y es el germen de la mejora continua de la calidad en todos sus aspectos y con todos los límites naturales, la necesidad de encontrar una tierra, un modo personal y profesional –organizativo y social– fértil.

En la medicina del adolescente ahora es imprescindible la necesidad de adoptar procesos de mejora continua de la calidad que conduzcan al crecimiento del tamaño de la actuación
“objetiva”, pero también elementos “subjetivos”, que son difíciles de medir, pero son muchos los casos requeridos para la humanización y personalización de los servicios.

En la medicina del adolescente ahora es imprescindible la necesidad de adoptar procesos de mejora continua de la calidad que conduzcan al crecimiento del tamaño de la actuación “objetiva”, pero también elementos “subjetivos”, que son difíciles de medir, pero son muchos los casos requeridos para la humanización y personalización de los servicios

Los médicos y enfermeras y todos los actores de los servicios de salud están llamados a establecer una relación de ayuda eficaz, poniendo al adolescente en condiciones de expresar sus propias necesidades, el cuidado de la recepción, la educación de una correcta utilización de la estructura e incorporar cuáles son las expectativas. Por otro lado los propios adolescentes están llamados a contribuir a la mejora de la calidad de la atención al participar activamente en la evaluación de la calidad de la atención y las intervenciones de salud. Un concepto a adquirir es que la búsqueda de la calidad no es un mandato inalcanzable.

Es importante superar y corregir todos aquellos obstáculos que podrían impedir o frenar el proceso de transición:

— Equipo (team) pediátrico: Falta de completa confianza o conocimiento de las estructuras internas, sobretodo, en relación a enfermedades recientemente aparecidas y su tratamiento.

— Adolescente: Miedo de enfrentarse a un ambiente desconocido; ausencia del apoyo familiar.

— Familia: Ya no se siente un interlocutor importante para el médico, creándoles un sentimiento de exclusión.

— Médico del adulto: Sobre algunas raras patologías crónicas congénitas o que surgen en edad pediátrica puede tener conocimientos teóricos y prácticos inferiores al médico pediatra.

Se puede cambiar para mejor, sin embargo es esencial el compromiso, una fuerte motivación e interés. El desarrollo de apoyo informativo e informático para el proceso de atención (registros médicos) es la base de la trayectoria descrita hasta ahora para definir la calidad(9).

En pocas palabras, con el fin de alcanzar los objetivos fijados son fundamentales las siguientes condiciones:

1. Experiencia adecuada en Adolescentología;

2. La formación continua de los operadores;

3. Servicios de la red de escucha.;

4. El desarrollo de los procesos de Gestión de la Calidad Total.

El trabajo diario con los adolescentes nos ha enseñado y nos enseña que los chicos están muy atentos a los problemas médicos y sociales que los afectan, con mucho sentimiento, que debe ser analizado, dirigido y promovido de una manera tal que no se disperse por la falta de la formación y la falta de información(10).

Es esencial que los diversos actores de la transición faciliten ésta y garanticen la satisfacción completa del concepto de atención integral, que ahora se considera indispensable para una asistencia de calidad

En conclusión, ahora es esencial que los diversos “actores” que pueden desempeñar un papel en la fase de transición (personal médico y administrativo, las sociedades científicas, los gerentes de los centros de salud, asociaciones de padres, etc.), diseñen en las diversas situaciones que los pacientes están viviendo, los caminos que faciliten la transición de la organización pediátrica a la de adultos y que, por otro lado, garantice la satisfacción completa del concepto de atención integral, que ahora se considera indispensable para una asistencia de calidad.

 

Tablas y figuras

Tabla 1: Límites cronológicos de la adolescencia

Ente

País

Año

Limites, años

Organización mundial de la salud OMS

1975

10-20

Sociedad italiana de pediatría

Italia

1995

11-18

Academia americana de pediatría

USA

1995

11-21

Sociedad de medicina de la adolescencia (SAM)

USA

1995

10-25(*)

Sociedad italiana de M de la adolescencia (SIMA)

Italia

2007

10-18(**)

(*) 1. Inicio adolescencia= inicio desarrollo; 2. Fin de la adolescencia=adquisición status adulto (social y económico)

(**) 1. Inicio final desde 8-9 años (pubertad precoz o anticipada); 2. Extensión hasta la III o IV década de la vida en el caso de individuos con patologías crónicas (giornale italiano de pediatría, 2007: acta pediatrica, 2008).

Tabla 2

Indicador

Definición

Acción

Eficacia esperada

Potencial capacidad de una intervención para modificar favorablemente la salud de las personas a las que se dirige, cuando se aplica en condiciones óptimas

Hacer aquello que es útil

Eficacia práctica

Resultados obtenidos por la aplicación de rutinas de intervención

En el mejor modo

Competencia técnica

Nivel de aplicación de los conocimientos científicos, las competencias profesionales y las tecnologías disponibles.

De los que prestan atención

Aceptabilidad

Grado de satisfacción del servicio por parte del usuario.

Para quien la recibe

Eficiencia

Capacidad para lograr los resultados esperados con el menor costo posible.

Al menor costo

Adecuación y Accesibilidad

Capacidad de proporcionar la atención adecuada a todos aquellos que efectivamente lo necesitan.

A quien tiene necesidad

Adaptación

Nivel de utilidad de la prestación respecto al problema clínico y al estado de los conocimientos.

Y sólo a ellos

Figura 1

 

Bibliografía

1. Blum RW, Garell D, Hodgam CH, et al. Transition from child-centered to adult health care: system for adolescents with chronic conditions. J Adolesc Helath 1993; 14:570-6

2. Rosen D. Between two worlds: bridging the cultures of child health and adult medicine. J Adolesc Health 1995; 17:10-6

3. Viner RM. Transition of care from paediatric to adult services: one part of improved health services for adolescents. Arch Dis Child 2008; 93: 160-3

4. Reiss J, Gibson R. Health care transition: destination unknown. Pediatrics 2002; 110:1307-14

5. Raiola G, Bertelloni S, De Sanctis V, et al. Age limits of adolescence and health care system for adolescents: a position paper of Italian Society for Adolescent Medicine. Ital J Pediatr 2007; 33:128-31

6. Raiola G, Romano G, Galati MC, Barreca M, Zito B.Modellie per il controllo dei dati sul GH. Rapporti Istisan (Istituto Superiore di Sanità) 2013 (in corso di stampa)

7. Beccastrini S, Gardini A, Tonelli S. Piccolo dizionario della qualità. Centro Scientifico Editore. Torino 2001.

8. Pirsig RM. Lo Zen e l’arte della manutenzione della motocicletta: Adelphi, Milano 1988

9. Pansini E, Ravizza PF. La cartella clinica come documento di qualità. Italian Heart J 5 (Suppl.): 2004

10. Raiola G, Bertelloni S, Romano G, De Sanctis V, Galati MC. Il Progetto della Società Italiana di Medicina dell’Adolescenza (SIMA) per la salute dell’adolescente. Un percorso di qualità inserito in un percorso sanitario assistenziale dedicato. Rivista Italiana di Medicina dell’Adolescenza. 2008 Vol. 6, n 2 (suppl. 1): 90-94

 

 
 


Situación actual de la atención al adolescente en el mundo


 

Situación actual de la atención al adolescente en el mundo

M.C. Calle.
Pediatra. Especialista en Salud y Desarrollo del Adolescente. Ministerio de Salud del Perú.

 

Adolescere 2017; V (2): 8-12

 

Resumen

Los adolescentes constituyen una sexta parte de la población mundial y son extremadamente diversos, pero comparten experiencias clave de desarrollo. La salud de los adolescentes puede verse afectada en su desarrollo físico, neurológico y psicosocial, siendo necesario que cuenten con servicios de salud de calidad y no sufrir estigma o dificultades financieras en el proceso. Un servicio de calidad debe ser equitativo, accesible, aceptable, apropiado y efectivo. Además debe contar con prestadores de asistencia sanitaria en el ámbito de la atención primaria que tengan destrezas en comunicación interpersonal, conozcan y apliquen leyes y políticas en favor de la salud de los adolescentes con la experticia de adaptar los enfoques terapéuticos para afecciones específicas al desarrollo del adolescente..

Palabras clave: Adolescentes; Salud del adolescente; Servicios de salud de calidad

Abstract

Adolescents make up one-sixth of the world’s population and are extremely diverse, but they share key development experiences. The health of adolescents may be affected in the physical, neurological and psychosocial aspects, hence it is necessary that they have quality health services and not suffer stigma or financial difficulties in the process. A quality service must be equitable, accessible, acceptable, appropriate and effective. It should also include health care providers in the primary care setting who have interpersonal communication skills, know and apply laws and policies in favor of adolescent health with the expertise of adapting therapeutic approaches for specific conditions to the development of the adolescent

Key words: Adolescents; Adolescent health; Quality health services

 

Introducción

Los adolescentes entre 10 y 19 años constituyen una sexta parte de la población mundial y son extremadamente diversos, pero comparten experiencias clave de desarrollo, como: el crecimiento físico rápido, los cambios hormonales, el desarrollo sexual, las emociones nuevas y complejas y un aumento en capacidades intelectuales.

La salud de los adolescentes se ve afectada por el desarrollo físico, neurológico y psicosocial positivo, así como por un conjunto diverso de cargas posibles que incluyen: Lesiones no intencionales, violencia interpersonal, salud sexual y reproductiva (SSR), enfermedades transmisibles, enfermedades no transmisibles, problemas de salud mental.

Cobertura universal en salud

Todos los adolescentes deben recibir los servicios de salud de calidad que necesitan y, no deben sufrir estigma o dificultades financieras en el proceso (OMS 2013). Para lograr este objetivo, varios factores deben estar en su lugar, incluyendo:

Todos los adolescentes deben recibir los servicios de salud de calidad que necesitan y, no deben sufrir estigma o dificultades financieras en el proceso (OMS 2013)

Asequibilidad

Acceso a medicamentos y tecnologías esenciales

Apoyo social y comunitario para la salud de los adolescentes

Suficiente capacidad de trabajadores de salud bien capacitados y motivados

Un sistema de salud fuerte, eficiente, cohesivo y accesible que satisfaga las necesidades prioritarias de salud de los adolescentes a través de la prevención, detección temprana, tratamiento y rehabilitación.

Calidad de atención

Un servicio de calidad debe ser: Equitativo, Accesible, Aceptable, Apropiado y Efectivo

Para considerar un servicio de calidad, debe ser:

Equitativo: Todos los adolescentes, y no sólo ciertos grupos, pueden obtener los servicios de salud que necesitan.

Accesible: Los adolescentes son capaces de obtener los servicios que se proporcionan.

Aceptable: Los servicios de salud se proporcionan de manera que cumplan con las expectativas de los clientes adolescentes.

Apropiado: Los servicios de salud adecuados que necesitan los adolescentes se brindan de manera que se tengan en cuenta cuestiones como la privacidad, la confidencialidad, la no estigmatización y la sensibilidad al género.

Efectivo: Los servicios de salud adecuados se proporcionan de la manera correcta y contribuyen positivamente a la salud de los adolescentes. (OMS, 2006, OMS, 2012).

Preocupaciones en la salud del adolescente

Las principales preocupaciones de salud de los adolescentes en situaciones humanitarias y frágiles son: Desnutrición; discapacidad; Lesiones no intencionales; violencia; necesidades de SSR (incluyendo embarazo temprano, VIH / SIDA y otras ITS, y aborto inseguro); agua, saneamiento y necesidades de salud (incluida la gestión de la higiene menstrual) y la salud mental.

Factores que impulsan la salud de adolescentes

Los principales factores que impulsan la salud de los adolescentes están en gran parte fuera del sistema de salud, por lo que muchas intervenciones involucran a otros sectores.

Los principales factores que impulsan la salud de los adolescentes están en gran parte fuera del sistema de salud

El sector de la educación es particularmente importante debido a la oportunidad que brinda para influir positivamente en la salud de los adolescentes a través de iniciativas intensivas, a largo plazo y en gran escala implementadas por profesionales.

Intervenciones eficaces

Algunas intervenciones de salud específicas para adolescentes son universales para todos los adolescentes

Algunas intervenciones de salud específicas para adolescentes son universales para todos los adolescentes. Estos suelen funcionar a nivel organizacional, comunitario, interpersonal e individual. Algunos ejemplos son:

La educación en la pubertad basada en la escuela para promover el desarrollo positivo.

Servicios de salud amigables con los adolescentes para prevenir embarazos tempranos y no deseados.

Programas de crianza de los hijos para apoyar a los adolescentes con trastornos emocionales, conductuales o de desarrollo.

Iniciativas comunitarias para reducir la disponibilidad de alcohol y crear entornos sin alcohol.

Otras intervenciones eficaces para la salud de los adolescentes se centran en las subpoblaciones adolescentes en riesgo. Algunos ejemplos son la prueba del VIH, el asesoramiento y la vinculación con los servicios para las poblaciones clave de adolescentes; Suplementos de hierro para adolescentes en periodo de menstruación donde la anemia ferropénica es muy prevalente; Iniciativas comunitarias para poner fin a la mutilación genital femenina; Y la gestión clínica y el apoyo psicosocial a los sobrevivientes de la violencia sexual en ambientes vulnerables.

Competencias básicas en salud y desarrollo de los adolescentes para los prestadores de asistencia sanitaria en el ámbito de la atención primaria

Las competencias en atención sanitaria de los adolescentes se pueden categorizar en tres ámbitos (Tabla 1):

La atención sanitaria a los adolescentes se centra en 3 ámbitos: Salud, desarrollo y comunicación eficaz; Leyes, políticas y normas de calidad; atención a adolescentes con afecciones específicas

Ámbito 1” Conceptos básico en materia de salud y desarrollo de los adolescentes y comunicación eficaz”: los proveedores de atención sanitaria a los adolescentes necesitan destrezas especiales en materia de consulta, comunicación interpersonal y atención interdisciplinaria adecuadas a la etapa de desarrollo y el entorno del individuo.

Ámbito 2 “Leyes, políticas y normas de calidad”: en la práctica clínica se deben aplicar leyes y políticas que promuevan, protejan y hagan efectivo el derecho de los adolescentes a la salud. Es primordial prestar los servicios con arreglo a normas profesionales y de calidad, y conforme a los principios de equidad, no discriminación, participación e inclusión, y responsabilidad, en que se basan los derechos humanos. Este conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes son esenciales para garantizar la prestación de una atención de calidad ajustada a la ley.

Ámbito 3 “Atención clínica de los adolescentes con afecciones específicas”: el cuidado de los adolescentes con afecciones específicas requiere adaptar los enfoques terapéuticos. Es preciso que en el tratamiento se tenga en cuenta el desarrollo del adolescente.

La Tabla I, muestra un resumen de las competencias por ámbito referentes a la salud y el desarrollo de los adolescentes.

Actitudes que son un componente fundamental de todas las competencias en materia de atención sanitaria de los adolescentes

Considerar la atención sanitaria de los adolescentes como un proceso, no como un evento aislado y tener en cuenta que los adolescentes necesitan tiempo para tomar decisiones y que podría requerirse un apoyo y un asesoramiento continuos.

Considerar la atención sanitaria de los adolescentes como un proceso, no como un evento aislado y tener en cuenta que los adolescentes necesitan tiempo para tomar decisiones y que podría requerirse un apoyo y un asesoramiento continuos

Tratar a todos los adolescentes como personas, con necesidades y preocupaciones propias, con niveles de madurez, conocimientos sobre la salud y comprensión de sus derechos, así como diferentes circunstancias sociales (escolarización, trabajo, matrimonio, migración).

Mostrar respeto por los conocimientos y estilos de aprendizaje de cada adolescente.

Dar muestra de empatía, confianza, comunicación no autoritaria y escucha activa.

Ofrecer servicios de carácter confidencial y respetando la esfera privada.

Demostrar conocimiento de las actitudes, valores y prejuicios propios que pueden obstaculizar la posibilidad a los adolescentes de una atención confidencial, no discriminatoria, exenta de juicios de valor y respetuosa.

Tablas y Figuras

Tabla 1: Competencias básicas en salud y desarrollo de los adolescentes para los prestadores de asistencia sanitaria en entornos de atención primaria

Ámbitos

Competencias

Ámbito 1: Conceptos básicos en materia de salud y desarrollo de los adolescentes y comunicación eficaz.

Competencia 1.1 Demostrar conocimiento del desarrollo normal del adolescente, su repercusión en la salud y sus implicancias para la atención sanitaria y la promoción de la salud.

Competencia 1.2 Interactuar eficazmente con el usuario adolescente.

Ámbito 2: Leyes, políticas y normas de calidad.

Competencia 2.1 Aplicar en la práctica clínica las leyes y políticas que afectan a la prestación de atención sanitaria al adolescente.

Competencia 2.2 Prestar servicios a los adolescentes de conformidad con las normas de calidad.

Ámbito 3: Atención clínica de los adolescentes con afecciones específicas.

Competencia 3.1 Evaluar el crecimiento normal y el desarrollo puberal y tratar los trastornos del crecimiento y la pubertad.

Competencia 3.2 Proporcionar inmunización.

Competencia 3.3 Tratar las afecciones comunes en la adolescencia.

Competencia 3.4 Evaluar la salud mental y tratar los problemas de salud mental.

Competencia 3.5 Prestar atención en materia de salud sexual y reproductiva.

Competencia 3.6 Prestar servicios de prevención, detección, tratamiento y atención del VIH.

Competencia 3.7 Fomentar la actividad física.

Competencia 3.8 Evaluar el estado nutricional y tratar los trastornos relacionados a la nutrición.

Competencia 3.9 Tratar las afecciones crónicas, incluida la discapacidad.

Competencia 3.10 Evaluar y tratar el consumo de sustancias y los trastornos provocados por ese consumo.

Competencia 3.11 Detectar la violencia y prestar apoyo de primera línea a la víctima.

Competencia 3.12 Prevenir y tratar las lesiones involuntarias.

Competencia 3.13 Detectar y tratar las enfermedades endémicas.

Fuente: Organización Mundial de la Salud. Competencias básicas en materia de salud y desarrollo de los adolescentes para los proveedores de atención primaria. Geneva, Switzerland 2015.

 

Bibliografía

1. Organización Mundial de la Salud. Global Accelerated Action for the Health of Adolescents (AA-HA!) Implementation Guidance. Geneva, Switzerland 2016.

2. Organización Mundial de la Salud. Competencias básicas en materia de salud y desarrollo de los adolescentes para los proveedores de atención primaria. Geneva, Switzerland 2015.

 

 
 


V Curso Internacional de la SEMA. Salud Integral en la Adolescencia


 

V Curso Internacional de la SEMA. Salud Integral en la Adolescencia

Mª Inés Hidalgo Vicario
 

Mª Inés Hidalgo Vicario
Presidenta de la SEMA.

 

Adolescere 2017; V (2): 6-7

 

Los pasados días 3 y 4 de marzo, se celebró en Madrid la 5ª edición del Curso INTERNACIONAL de la SEMA. Salud integral en la Adolescencia.

La SEMA (Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia) es una sociedad científica y profesional fundada en 1987 y además de otras actividades, organiza periódicamente su Congreso/Curso anual. Desde 2009 los años impares, como el actual, realiza un curso de formación y los años pares su Congreso, en diferentes lugares de la geografía española. Este año 2017 se cumplen 30 años de la fundación de la Sociedad y para conmemorarlo se ha organizado, con gran ilusión, este curso internacional con la presencia de varios compañeros de reconocido prestigio, tanto de España como de Italia y diferentes países de Latinoamérica: Argentina, Brasil, Cuba y Perú. También la Sociedad ha realizado un esfuerzo, enviando al domicilio de todos los socios, de forma gratuita, el libro “Medicina de la Adolescencia. Atención Integral” 2ª edición, y se está planificando realizar alguna actividad más durante el presente año.

La SEMA tiene como meta, conseguir la atención de la salud integral de los adolescentes, abordando los aspectos físicos, psicológicos, emocionales y sociales en los diferentes niveles de atención. Este periodo de la vida, hasta la actualidad, no recibe suficiente atención por parte de los profesionales sanitarios, ni es reconocida su trascendencia para el futuro de la sociedad.

Aunque en los últimos años las enfermedades infecciosas y nutricionales han ido disminuyendo, los adolescentes españoles continúan estando expuestos a diferentes trastornos orgánicos y a muchos riesgos, como son: los accidentes que constituyen su principal causa de muerte, la violencia, el uso de tabaco, alcohol y otras drogas; la conducta sexual arriesgada; los problemas de relación con padres, amigos, escuela, las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) y los trastornos psiquiátricos entre otros. Es preciso tener en cuenta que todos ellos están relacionados con su estilo de vida, que con una alta probabilidad van a continuar en la edad adulta y que además son prevenibles.

Los objetivos del Curso han sido: en primer lugar, ser un punto de encuentro de pediatras y otros profesionales de muy variadas disciplinas, para conocer, compartir y abordar los problemas de salud de los jóvenes. En segundo lugar, que los profesionales adquieran conocimientos y habilidades para poder abordar con eficacia las necesidades y problemas, así como sensibilizar y despertar el interés por esta edad tanto de los profesionales sanitarios, la administración y la sociedad en general.

Al Curso asistieron más de 270 profesionales sanitarios, incluyendo una alta participación de médicos residentes, y se presentaron 32 comunicaciones con un alto nivel científico. Se entregaron 2 premios, a las mejores comunicaciones, dotados económicamente, que fueron presentadas de forma oral; el resto se presentó en forma de posters. La evaluación del Curso por los asistentes ha sido muy positiva de 4,6 sobre un máximo de 5 y se ha obtenido una Acreditación de la Comisión Nacional de Formación Continuada, del Sistema Nacional de Salud de 2,1 créditos.

El programa del Curso ha sido eminentemente práctico. Un mes antes se envió a los alumnos documentación con conceptos básicos, para preparar los temas a tratar. Al inicio del Curso se realizó un pretest (para evaluar conocimientos previos), que los alumnos guardaron y lo compararon al final del curso (post-test); de esta forma pudieron evaluar los conocimientos adquiridos. Se concluyó el curso con un test-examen final necesario para la acreditación. Los resultados del pre/postest así como el examen final, están colgados en la página Web de la SEMA donde los alumnos lo pueden consultar. www.adolescenciasema.org.

Todas las ponencias presentadas se publican en este número de Adolescere. El Curso se estructuró de la siguiente manera:

  • Una Mesa Internacional sobre la importancia de la Medicina de la Adolescencia moderada por la Dra. Hidalgo, donde se abordó: la situación actual de la adolescencia en el mundo (Dra. MC Calle de Perú). La transición del cuidado del adolescente al médico de familia (Dr. G Raiola de Italia) y el suicidio en la adolescencia y en la juventud (Dr. Girard de Argentina)
  • Una 2ª Mesa sobre Cómo organizar la Consulta del adolescente, moderada por el Dr. G. Castellano, donde se presentó: la Organización en la Atención Primaria (Dr. L Rodriguez-Molinero) así como en la Atención Hospitalaria (Dr. Girard), concluyendo al final la necesidad de una coordinación entre ambas.
  • Se presentaron varios Casos clínicos sobre: Infección Meningocócica (Dr. Garcia-Sicilia); El Síndrome de poliuria-polidipsia e hipocrecimiento (Dra. Muñoz) y el adolescente con pérdida brusca de la agudeza visual (Dra. G. Perkal).
  • Cinco talleres. Todos los asistentes pudieron asistir a dos de ellos: Entrevista al adolescente. Roll-Playing (Dres. Casas e Iglesias). TICs (Dra. Salmerón). Problemas psiquiátricos urgentes (Dra. Sánchez). Trabajar con los adolescentes (Dres. Castellano y Rodriguez-Molinero), Alcohol y otras drogas (Dr. Caudevilla).
  • En ambas jornadas se finalizó con dos importantes conferencias: Tratamiento actual del TDAH a cargo del Dr. Soutullo y El adolescente en el siglo XXI. Familia, escuela y sociedad realizada por el Dr. R. Hallal Curí de Brasil.

Todas las sesiones mantuvieron el horario previsto, fueron seguidas con gran interés y participación de los asistentes y cabe destacar la alta calidad científica de los ponentes.

La SEMA va a seguir trabajando para promover y difundir los conocimientos y habilidades entre los profesionales, para atender la salud integral de esta particular edad, creando espacios donde intercambiar información y conocimientos entre profesionales de diferentes disciplinas. Es preciso sensibilizar a todos los implicados, autoridades y a la sociedad en general, con el objetivo de aumentar la competencia de los profesionales, lo que sin duda conducirá a una mejor atención a los adolescentes.

 

 
 


Novedades médicas 2017 nº1




F. Notario Herrero
Pediatra. Unidad de Pediatría y Adolescencia. Clínica Ntra. Sra. del Rosario. Albacete.

 

Señales de bullying. Alerta al inicio de cada trimestre

Al inicio de curso, desde luego, pero al inicio también de cada trimestre, los padres especialmente y nosotros cuando nos consultan debemos estar atentos a posibles señales, que emiten nuestros adolescentes. Los datos que nos siguen llegando son ciertamente desalentadores: un estudio estadístico entre escolares de 32 países y avalado por la OMS, reveló que un 24,8% de los adolescentes españoles entre los 11 y los 18 años de edad, sufre o ha sufrido en algún momento acoso escolar y que un 53% de las víctimas de bullying acabarán padeciendo síntomas de estrés postraumático. En los padres pueden producirse emociones como enfado, miedo, vergüenza, culpa. Nosotros vamos a recomendarles un refuerzo de información, profundizar en la vida escolar del adolescente y en caso de tener pruebas, con esa información ponerse rápidamente en contacto con los docentes, a fin de trabajar en conjunto. Reacciones de miedo o ansiedad en el adolescente, deben ser consultadas sin demora al profesional. Y siempre entre todos potenciar su autoestima.

 

Ciberacoso de adolescentes a profesores

Pues sí, parece sorprendente, pero es así, alrededor de dos mil docentes han presentado este curso denuncias tras sufrir faltas de respeto, conductas agresivas amenazas, daños. Entre ellas el porcentaje de ciberacoso a los docentes, por parte de los alumnos en España, ha aumentado hasta un 19 por ciento en el pasado curso académico, cuando representaba el 9% de los problemas que los profesores reportaban al Defensor del Profesor de ANPE, según su coordinador Jesús Niño. Por tanto supone un destacado incremento. En los centros están prohibidos los móviles, deben permanecer apagados y no a la vista, aun así, lo sacan, graban, hacen fotos, modifican el aspecto de la persona y las lanzan al espacio virtual: Twitter, Instagram, son sus destinatarios favoritos y los compañeros las comentan. Por todo ello ANPE y el Defensor del profesor han propuesto un Plan Estratégico de Mejora de la Convivencia Escolar, que contemple la detección precoz y la erradicación de un programa de prevención del acoso escolar, con activación de un plan de detección precoz y erradicación de problemas en los centros educativos.

 

España a la cabeza en adolescentes fumadores

Los expertos nos recuerdan que España es el país de la Unión Europea, en que los adolescentes empiezan a fumar antes, en torno a los 16 años, según informe del Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), que preside el Dr. Provencio. Según su opinión las políticas anti-tabaco en los últimos años han sido muy efectivas en la población adulta española, pero los adolescentes siguen siendo motivo de inquietud: un 33 por ciento de las chicas entre 14 y 18 años fuma y un 29 por ciento de los chicos. Cifras que a todas luces debemos rebajar. El GECP ha lanzado una campaña para los escolares de 3º y 4º de la ESO, que consiste en un concurso de spots de 30 segundos, titulado “No dejes que el tabaco entre en tu vida” y que persigue como objetivo plasmar en lenguaje audiovisual, que tanto interesa a los adolescentes, la importancia de no consumir el primer cigarrillo. “Queremos que sepan decir “no”, conscientes de todos los riesgos que implica “ según recalca el Dr. Masuti desde su servicio de Oncología del Hospital General de Alicante. El cáncer de pulmón causa anualmente más de 17.000 muertes y cada año se detectan 20.000 nuevos casos.

 

Y del botellón ¿qué?

Laura, 12 años, San Martín de la Vega, coma etílico que la llevo hasta la muerte. Cinco mil adolescentes acaban el botellón en los servicios de urgencias de los hospitales españoles, aunque como nos recuerda Javier Urra, las intoxicaciones etílicas en adolescentes sin atender triplicarían esta cifra. Según los últimos datos del Gobierno los adolescentes españoles empiezan a beber de media a los 13,9 años. Y, el 76,8% de los escolares entre 14 y 18 años, se ha emborrachado alguna vez en el último año. Un informe del Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), muestra por un lado la disminución de consumo de tabaco y alcohol en los adolescentes europeos, pero sigue habiendo una alta percepción de accesibilidad a estas sustancias, y en España es donde nuestros adolescentes ven más fácil adquirirlas, hasta un 78% ve accesible la compra de alcohol. Cada vez más, llegan a los servicios de urgencias pediátricas adolescentes de 12 o 13 años, con comas etílicos. Somos conscientes de que estos adolescentes hacen una ingesta masiva y rápida de alcohol, en aproximadamente una hora, y eso resulta muy peligroso. La permisividad en España con el alcohol es total. Algo debemos hacer urgentemente entre todos: familia, autoridades, profesionales de la salud, etc.

 

Obesidad en adolescentes: suma y sigue

Por un lado leemos el reciente informe que nos llega del Centro Nacional para Estadísticas de la Salud, Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC), en Hyattsville, Maryland,USA, que firma la Dra. Ogden y sus colaboradores, tras analizar datos de más de cuarenta mil niños y adolescentes. Aunque en los últimos años las tendencias de obesidad habían demostrado un incremento marcado entre adolescentes de 12 a 19 años de edad, la prevalencia entre 1988-1994 (10,5 por ciento) y 2013-2014 (20,6%), en esta ocasión al parecer se van a mantener resultados muy similares con pequeños incrementos en la adolescencia, habiendo disminuido esta prevalencia en edades infantiles. Al mismo tiempo en un informe de la OMS, los estudios sugieren una asociación entre la reducción de la ingesta de azucares libres y la reducción de peso corporal. La SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición) recomienda

no consumir más de 25 gramos de azúcar al día, lo que equivale a seis terrones, además de prestar atención al etiquetado nutricional. La reciente decisión de gravar las bebidas azucaradas, que tanto consumen los adolescentes, para disminuir su consumo, es positiva pero puede resultar “discriminatoria”. Mejoras en el nivel socioeducativo, serían deseables y actuaciones legislativas en empresas de alimentación y publicidad. A nivel escolar incluyendo la nutrición como parte de asignaturas, fomentando comedores saludables o con otras medidas como evitar máquinas de “vending” no saludable.

 

Las pantallas y el bienestar de los adolescentes

Preparados para cambiar alguna de las ideas previas, que hasta ahora teníamos sobre los adolescentes y las nuevas tecnologías, la proliferación de dispositivos digitales ha cambiado de alguna manera sus vidas, sus estudios, su ocio, sus juegos su socialización. Así en 2005, los adolescentes pasaban aproximadamente 8 horas a la semana “on line”, hoy parece que este tiempo ante las pantallas seria de 18,9 horas semanales. Pero vayamos al núcleo de la cuestión, nos hemos pasado muchas horas entre todos hablando de lo perjudiciales que podrían resultar estas pantallas a la hora de dañar las habilidades sociales de estos adolescentes. Desde el Departamento de Psicología Experimental, el Oxford Internet Institute de la Universidad de Oxford, Andrew Przybylski y su equipo concluyen, que existen pocas o ninguna evidencia de que el tiempo que los adolescentes pasan frente a las pantallas provoque daños cerebrales. El trabajo basado en encuestas a 120.115 adolescentes de 15 años en el Reino Unido intentó medir el bienestar de los mismos, difícil tarea, frente a las pantallas (TV, Videojuegos, ordenador y smartphones) y como indican en su estudio es un área con muchas opiniones, pero con pocas evidencias, y además con poca vinculación entre literatura y consejos proporcionados a familias, profesores y médicos, tendría más sentido, según su opinión procurar que coman o duerman bien, que apagar estos dispositivos. En el estudio muy bien estructurado, los autores han medido el “punto justo” de tiempo diario que nuestros adolescentes pueden pasar frente a la pantalla: 257 MINUTOS. De sobrepasar ese tiempo, podrían tener problemas. Como siempre necesitamos más y mejores estudios que relacionen tecnología digital y salud mental en la adolescencia.

 

 

 


La meditación transformó mi vida


La meditación transformó mi vida

Diego Ruiz Hidalgo
26 años

 

Comúnmente se dice que la adolescencia es el paso de la niñez a la madurez o etapa adulta. Puede verse como un puente entre el niño y el adulto, con sus respectivas etapas internas.

La niñez es el estado en el que no te sientes perdido. Eres creativo, expresivo, explorador, imaginativo y sobre todo se te caracteriza por un sentimiento de seguridad interior. Puede que te sientas seguro porque tus padres se encargan de ti, pero en cualquier caso te caracteriza un sentimiento profundo de seguridad y confianza. Sientes que puedes permitirte cualquier osadía, confías en la Vida. Aquí hablo en términos muy generales. Por supuesto que hay niños con falta de confianza y con dificultades para expresarse, pero en general, un niño sano y con un entorno familiar estable se caracteriza por esas cualidades.

El adulto realizado interiormente se caracteriza por ese mismo sentimiento de seguridad y confianza, pero ya no debido a sus padres biológicos, sino al Gran Misterio de la Vida al que se entrega completamente (cada cual siguiendo su propio código de creencias o experiencias vivenciales, ya sean religiosas o no).

El adolescente está en el medio, perdido. Su mente crítica, racional, comienza a desarrollarse en todo su potencial. Empieza a darse cuenta de que sus padres no son tan omnipotentes, ni lo saben todo. Empieza a buscar su seguridad en otras cosas, depositando su confianza, esta vez, en el grupo de su misma edad. Es posible que un sentimiento ancestral de pertenencia a un clan afiance esa sensación tan deseada de protección y seguridad. A menudo surge un sentimiento de vergüenza si se le ve en presencia de sus padres y estos le proporcionan muestras de afecto o cariño. Es posible que este sentimiento surja de una emancipación inconsciente con su niñez y todo lo relacionado con ella. “Ya no soy un niño, ahora soy un individuo que se busca a sí mismo”. En mi opinión, es aquí donde cobra fuerza esa inquietud tan característica del ser humano por definirse, por adoptar una identidad concreta y afirmarse como individuo.

La búsqueda suele comenzar con una infinitud de ensayos. El adolescente se asemeja a un actor que busca su rol ideal para ser reconocido y reconocerse a sí mismo. Este reconocimiento buscado debe venir del grupo al que desea pertenecer y el reconocimiento parental ya no parece ser tan importante. Pasamos de un “¡Mamá, papá, mirad lo que hago!”, a un “¡No me agobiéis con vuestras perspectivas de adultos, vosotros no me entendéis!”.

Ahora es el grupo de pertenencia, el clan, el que busca ser contentado de manera inconsciente. Una paleta infinita de códigos de conducta y roles comienzan a desplegarse en la vida del adolescente, desde su forma de hablar a su forma de vestir o de divertirse.

Un ejemplo que encuentro muy representativo de esta nueva conducta es el hecho de fumar. ¿Por qué empezamos a fumar? Invito al lector a que se plantee esta pregunta si fuma o ha fumado, o si, en caso negativo, ha visto el proceso en otras personas.
Desde mi punto de vista, empezamos a fumar porque de un lado desafía la
perspectiva protectora del ámbito parental, nos reafirma en nuestra nueva búsqueda de identidad adulta (ya no somos un niño que debe ser protegido por sus padres) y por otro lado, porque nuestra sociedad ha estado expuesta a medio siglo de campañas de marketing de la industria tabacalera, pasando por el cine y la televisión.

Si me aventuro a comenzar el artículo de esta manera, es porque he vivido todo ese cliché hasta hace no mucho y en mi caso ha resultado de vital importancia identificarlo. A mis 26 años, la adolescencia es una etapa que no siento tan lejana. Desde los 13 a los 19 me pareció un mundo, pero de los 20 a los 26 siento que ha sido un parpadeo.

El inicio de mi adolescencia se caracterizó por un sentimiento de inseguridad respecto a mí mismo. Acababa de experimentar un cambio brusco justo a los 13, ya que cambié de colegio y no llegué a formar parte de un grupo determinado en mi clase. No era muy bueno jugando a fútbol (deporte que permitía una efectiva integración social), así que esto acentuó mi sensación de inseguridad y decidí pasar más o menos inadvertido absorto en libros y mundos de fantasía hasta los 15. Ese verano pegué un pequeño estirón y recuerdo como el hecho de empezar a relacionarme con chicas me dio cierta confianza.

Empecé a salir de fiesta con otros chicos de mi edad con la intención de conocer chicas y divertirnos. Empecé a beber alcohol y a fumar, ya que eso hacía el target de jóvenes por el que quería ser aceptado, lo que pareció procurarme una sensación de mayor seguridad en mí mismo. La paradójica ilusión en la que me introduje la comprendí más adelante, ya que toda esta etapa me convirtió en esclavo de la opinión y valoración ajenas. Cumplir los códigos de vestimenta e imagen aceptados socialmente se convirtió en una de mis prioridades. Si gustaba a las chicas, y al resto de jóvenes de mi edad en general, me sentía seguro de mí mismo, de lo contrario, no.

Uno de los primeros sucesos que determinó mi posterior búsqueda de una transformación interior ocurrió a eso de los 17 años, cuando me diagnosticaron un leve trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y me asignaron una medicación llamada Concerta. Al parecer es un trastorno cada vez más habitual en niños y adolescentes y pronto descubrí que mi caso no era aislado. Comencé tomando 18 miligramos, después 36 y finalmente llegué a la dosis de 54. No pretendo citar todos los posibles efectos adversos de este químico, ni iniciar una campaña contra el uso de este tipo de medicamentos, ni expresar mi punto de vista acerca de la industria farmacéutica. Simplemente quiero dejar claro que en mi caso no resultó una solución muy positiva.

Cada vez que lo tomaba perdía notablemente el apetito, mis pies y manos se enfriaban exponencialmente, me resultaba difícil conciliar el sueño a la hora de irme a dormir y, aparte del hecho de estar concentrado durante largos periodos de tiempo sobre una misma cosa, no sentía muchas ganas de socializar con mi entorno, lo que a menudo estaba acompañado de un malestar general. Si ya de por sí como adolescente tenía ciertas inseguridades que generaban niveles habituales de ansiedad (exámenes, búsqueda de aceptación y valoración externas, etc.), el medicamento las acentuaba.

No tardé en llegar a la conclusión de que (en mi caso) no sentía que fuese una solución muy práctica y saludable, por lo que tomé la decisión de posponer la medicación en búsqueda de un remedio que me pareciese más constructivo.

Otro de los sucesos que desencadenó mi búsqueda de una transformación interior fue el hecho de llegar a un estado de saturación profunda. A eso de los 22
comencé a saturarme de ir a las discotecas y a los bares, del consumo excesivo de alcohol a pesar de que me pareciese la única manera de socializar a mi edad y
del hecho de intentar encajar en el molde social de la juventud de mi entorno. Todo empezó a parecerme superficial, pero, sobre todo, yo mismo. No era feliz. Surgió en mi la sensación de estar interpretando una obra de teatro para integrarme a toda costa, sin conocer verdaderamente al actor que interpretaba todos esos roles. Me di cuenta de que mi motivación real a hacer todo aquello era el miedo inconsciente a no ser aceptado.

Tras haber comprendido profundamente que ese no era el camino a la felicidad ni al conocimiento de mí mismo, empecé a dedicar más tiempo a la reflexión acerca de todas esas cuestiones. Decidí pasar más momentos en soledad con la intención de conectar conmigo mismo. Al iniciar esta búsqueda, no tardó en llegar a mis manos el libro que cambió completamente el rumbo de mi vida: “El Poder del Ahora” de Eckhart Tolle. No pretendo proclamar que ese libro sea el indicado para todo el mundo, pero en mi caso fue el que me abrió la puerta a la meditación, el conocimiento de mí mismo y la realización interior que ha transformado mi vida.

El concepto de la meditación no es nuevo. Jon Kabat-Zinn, profesor emérito de medicina en la Massachusetts University Medical School, fue uno de los primeros occidentales que introdujo la meditación secular (es decir, separada de toda creencia o connotación religiosa) en el campo de la medicina a principios de la década de los 80. Inspirándose en las técnicas meditativas de un tipo de tradición budista, Kabat-Zinn creó el concepto occidental de Mindfulness o Atención Plena y comenzó a crear programas de meditación para sus pacientes. El éxito rotundo de este tipo de terapia natural ha facilitado que, a día de hoy, cada vez haya más estudios científicos occidentales entorno a la meditación y a sus múltiples beneficios.

Para mí, la meditación fue algo más que una simple terapia. No solo me permitió mejorar mi concentración y equilibrio interno (hecho que me facilitó el estudiar una carrera universitaria y graduarme con buenos resultados sin necesidad de tomar Concerta), sino que además me condujo a un conocimiento más profundo de mí mismo, de la manera en la que percibo la realidad y de la forma en la que interacciono con ella. Me mostró el fardo de condicionamiento social que acarreaba desde hacía años y me permitió comenzar a soltarlo poco a poco. Me hizo descubrir que la felicidad está en uno mismo y que no vemos el mundo como es, sino como somos.

Tengo claro que este artículo no puede hacerle justicia al verdadero cambio que se produjo en mi vida, pero al menos me ha permitido compartir brevemente mi historia y, tal vez, aportarle un ápice de curiosidad a algún adolescente que, como yo, se ha sentido perdido en un mundo cada vez más ruidoso y ajetreado.

Para concluir, me gustaría compartir con el lector una hermosa fábula oriental que resume de forma magistral la esencia de este hermoso arte llamado meditación:

— Maestro, ¿qué es la Verdad?

— La vida de cada día.

— En la vida de cada día sólo aprecio las cosas corrientes y vulgares de cada día y no veo la Verdad por ningún lado.

— Ahí está la diferencia, en que unos la ven y otros no.

 

 
 

2.- Comentarios de una educadora en diabetes

 

 

G. Porres Molina.
Enfermera Educadora en Diabetes. Hospital Infantil Universitario Niño Jesús

 

Comentarios de una educadora en diabetes

La carta de esta madre explica perfectamente las fases de convivencia con la diabetes por las que tanto el niño como la familia van a pasar, y la importancia del apoyo de enfermería y del resto del equipo, así como del colegio y sus amigos. Es un gran testimonio, muy bien escrito y de enorme calidad humana. Ahora bien, aunque no todos los niños actúan igual y depende mucho de la edad, madurez, etc., en general éstos se adaptan viviendo el día a día mientras que los padres miran siempre al futuro, lo que conlleva una gran carga de estrés. Por eso es importante pasar de intentar un control absoluto de la situación a tratar la diabetes como “una amiga que se instala en casa”, con sus imperfecciones, que se acepta como es aunque sepamos que va a producir cambios e inestabilidades y que a veces no podremos hacer gran cosa.

La diabetes debe ir siempre en segundo plano, detrás de la vida del niño y no el niño detrás de la diabetes. No es ‘diabético’, es persona y tiene diabetes. Por eso al paciente se le debe ir implicando poco a poco, según su grado de madurez, para que sea más autónomo, tome sus propias decisiones, potencie su autoestima, y cuando tenga que abandonar el entorno familiar que le protegía de niño sepa autocontrolarse. Una persona con diabetes puede tener una vida totalmente normal en todos los aspectos, siempre que tenga un buen control de su diabetes. La sociedad es también importante en su desarrollo, y la falta de información hace que no valoremos lo suficiente la importancia de la ayuda a los padres, la presencia de enfermeros preparados en los colegios, materiales en los Centros de Salud, etc.

Las enfermeras educadoras seguramente estemos de acuerdo en que la palabra “debut” no es la más acertada para indicar el comienzo de la enfermedad, tal y como nos comenta la autora del artículo; yo también tuve la misma sensación cuando la oí por primera vez. En el diccionario de la RAE se define de una manera bastante positiva e incluso parece solemne (“primera actuación de alguien en una actividad”), algo que no parece expresar lo problemático y negativo que supone la primera manifestación de una enfermedad que acompañará al paciente toda su vida. Deberíamos buscar una palabra más justa para describir lo que todo eso supone. También es importante que nos demos cuenta de que con ese comienzo también irrumpe en la familia un nuevo léxico que no va a dejar de acompañarles. Desde luego en ese nuevo vocabulario hay que desterrar la palabra ‘culpabilidad’, porque nadie es el causante de lo que ocurre y no hay ninguna responsabilidad que asumir, solo hay que asumir la nueva situación.

Cuando el niño se convierte en adolescente todo lo anterior cobra más relevancia si cabe. En esta etapa cambia, incluso, la relación del adolescente con la diabetes y los padres miran entonces al pasado buscando pistas, tranquilidades. Los padres tienen que prepararse para pasarle al hijo la pesada mochila que supone la diabetes. Ya saben que tendrán que hacer frente a la rebeldía, a etapas en que las relaciones, los nuevos amigos y la vida en el Instituto son más importantes que la propia diabetes. En esos momentos lo que toca es servir de apoyo, mantener el diálogo y ofrecerle información. Durante la adolescencia el control de la diabetes se hace un poco más difícil para todos. El adolescente se muestra rebelde y malhumorado ya que se siente diferente a sus amigos. No quiere oír hablar de la enfermedad y parece pasar de los riesgos de las complicaciones a largo plazo. Abandona dieta, controles, consejos. El niño que llevaba ‘bien’ su diabetes ha dado paso a otro que, a menudo, olvida lo ya sabido y al que debes estar continuamente recordando lo que debe hacer.

La terapia de la diabetes pone en peligro su autoestima e imagen social. Ambas están en construcción y son muy frágiles durante esta etapa de la vida. La relación con otros jóvenes que también tienen diabetes puede ser un punto de referencia en este momento. Los adolescentes pueden tener dificultad para lograr un buen nivel de glucosa debido a varios factores: los cambios hormonales, un aumento en el consumo de alimentos, rebeldía para inyectarse correctamente la insulina, rehusar el cumplimiento adecuado de los horarios u otras rutinas para controlar la diabetes, la presencia de obesidad muchas veces debido a un estilo de vida sedentario, ciertos trastornos de la alimentación (bulimia y anorexia), la falta de información y educación en diabetes, los problemas familiares o escolares, el consumo de alcohol o drogas, etc.

En suma, la diabetes infanto-juvenil supone todo un reto para los padres, implica cambios importantes en sus quehaceres, nuevas pautas en la relación con sus hijos y, en ciertos casos, un nuevo sentido de responsabilidad compartida que se manifiesta en la participación en asociaciones de pacientes con el fin de mejorar las expectativas de los niños con esta patología. Y siempre, con todas las limitaciones que se puedan imaginar, los padres intentarán hacer las cosas lo mejor que saben y pueden. Pero lo que no puede faltarles nunca es el apoyo permanente del equipo multiprofesional en diabetes. Es la única manera de que, de modo compartido, podamos aliviar su carga y mejorar la esperanza y calidad de vida de sus hijos.

Madrid, 7 de febrero 2017

 

 

1.- Carta de una madre con un hijo diabético

 

 

M. García Pino.

 

Carta de una madre con un hijo diabético

Han pasado más de dos años desde que a mi hijo le diagnosticaran diabetes tipo 1 y tras esa ardua travesía que supone el asumir y afrontar la enfermedad, cargados siempre con una mochila repleta de miedos y de incertidumbres, todavía sigo teniendo la sensación de que acabamos de aterrizar en una realidad paralela, en un mundo lleno de incógnitas que sólo se van despejando con la fuerza de voluntad y una ayuda profesional siempre necesaria. Hay una expresión que no deja de rechinarme y es la que califica a los recién diagnosticados como debutantes. “¿Cuándo debutó tu niño?”, solemos escuchar a menudo. No me parece que sea ese el término más apropiado para hablar de ese momento atroz en el que uno cae en la cuenta de que nada va a ser igual y que la vida de tu hijo, y también la del resto de la familia, va a estar condicionada por una enfermedad incurable.

Miro atrás e identifico tres fases emocionales en este camino. La primera se inicia con el shock que supone el momento en el que un aparato hasta ahora desconocido para ti, el glucómetro, y que luego se convertirá en compañero inseparable, confirma con un simple número que tu pequeño, sano como una lechuga y que únicamente llevaba unos días yendo al baño y bebiendo agua más a menudo, sale del hospital con la etiqueta de enfermo crónico. Cuando te confirman que tiene diabetes lo primero que piensas, ilusa de mí, es que el pobre va a tener que eliminar de su alimentación los alimentos cargados de azúcar y que tendrá que pincharse insulina. Ambos aspectos en aquel momento me resultaron trágicos para un niño, sobre todo lo que significaba someterse a las privaciones de una dieta y al dolor de las agujas y lancetas. La sola visión de verle pincharse, panorama que no deja de impresionarme a día de hoy, es traumática y al contemplar el protocolo que supone la labor de tenerse que inyectar insulina cada vez que come, esos minutos y luego ya segundos que exige la preparación de la pluma, eran siempre el momento de preguntarse ¿Por qué mi hijo tiene que pasar por esto? ¿Qué demonios habíamos hecho mal? ¿Qué dichoso gen o maldición nos había condenado?

Esta primera fase de negación, repleta de malhumores y de lloros, se va mitigando por la labor de unos profesionales sanitarios, en este caso pertenecientes a la seguridad social madrileña, que literalmente te llevan en volandas para sacarte de ese mar de dudas, a golpe de profesionalidad y cariño. Pero, lo que fue determinante en nuestro caso, fue la reacción de nuestro hijo, que por entonces contaba con 11 años, asumiendo con una actitud valiente y estoica lo que le cayó encima. Desde el primer día aceptó su nueva vida, dócil y resignado y jamás consintió que nadie midiera su glucosa con los temidos pinchazos en los dedos, ni que le inyectaran la insulina. Lleva las riendas de su enfermedad desde el minuto cero.

Tras el shock inicial entramos en la que me permito denominar fase de información, en la que con la ayuda de nuestra endocrina y los educadores, vas aprendiendo poco a poco los requerimientos de la enfermedad. Es entonces cuando uno cae en la cuenta de la verdadera dimensión de su tratamiento y de la perfección del cuerpo humano, el sano (quiero decir), capaz de articular milimétricamente un mecanismo complejo, pero perfectamente ensamblado, en el que todo encaja. Y claro, pretender simular la labor de un páncreas interconectado con el resto de tu organismo es harto difícil. Y así aprendes que en los valores de glucosa influye todo, desde lo que comes hasta lo que sientes y que no solo debes contabilizar los hidratos que vas a ingerir, la proporción de grasa, los horarios de ingesta, el tiempo de sueño, etc., sino también tener muy en cuenta la actividad que realizas, los vaivenes emocionales o la temperatura, entre otros muchos pormenores. He llegado a pensar que a mi hijo le afecta hasta la calidad del aire que respira.

En ese momento aprendes que una cifra siempre cambiante es la que va a marcar tú día a día, o mucho peor, la hora siguiente. El dichoso número que marca el glucómetro. Y la pregunta que pasará a ocupar el lugar privilegiado en nuestra comunicación será: ¿Cuánto tienes? La segunda pregunta será: ¿Estás bajito? Esta última es la antesala de una hipoglucemia.

Y es precisamente en esta fase donde una vez asimilado el primer aluvión de información y de datos, que de manera concienzuda te va proporcionando el equipo de diabetólogas del hospital, sumadas a las largas sesiones de búsqueda en internet, mar en el que encontrar respuesta a toda la casuística con la que te vas topando diariamente, te das cuenta de que por mucho esfuerzo que emplees, por muy disciplinado que seas, la estabilidad es una entelequia.

Una de las cosas buenas que nos ha traído esta enfermedad es el experimentar en carne propia la fuerza de la solidaridad. Este sentimiento cobra una dimensión enorme entre la comunidad diabética, no sólo la generada entre los enfermos, sino por la legión de los denominados tipo 3, ese colectivo de familiares y amigos que aunque no padecemos la enfermedad, la sufrimos también. Todos, conocedores de los padecimientos que exige, de las noches sin dormir, de la situación de preocupación y estrés permanente, hace que empaticemos y nos tendamos la mano unos a otros. Y reconforta, sobre todo en los primeros momentos, el agarrarte firmemente a esa ayuda, muchas veces proveniente de gente desconocida, que está dispuesta a aconsejarte y animarte.

Porque es muy difícil que alguien que no conozca los entresijos de este tipo de diabetes, entienda tu día a día. Hay un profundo desconocimiento, yo lo tenía también antes, y en parte lo achaco a al error de denominar de la misma manera a la diabetes tipo 1 y a la 2. Tanto el origen como el tratamiento son distintos y provocan confusiones, no sólo entre el ciudadano de a pie, sino también en los artículos y reportajes de los medios de comunicación, algo que me indigna bastante.

Confieso que he tirado la toalla en este sentido y cada vez me cuesta más hacer una labor didáctica con los que me rodean. A menudo me preguntan: “Tu hijo ya está bien, ¿no? Le he visto y tiene un aspecto fantástico”. Y claro, ¿cómo explicar que la situación de mi hijo siempre es cambiante, que por la mañana puede tener unas cifras de glucosa excelentes, para luego, de repente, caer en hipoglucemia porque ha pegado 4 carreras de más en el patio del colegio y finalizar el día con una hiperglucemia galopante porque la dichosa hormona de crecimiento anda haciendo de las suyas. Y ésta, que es una situación normal en nuestro día a día, resulta imposible transmitirla en una conversación de 2 minutos cuando te cruzas con alguien. Así es que mi respuesta suele ser: “Si, va mucho mejor, gracias”.

La fase 3, que es en la que me encuentro ahora, me sitúa en una situación de mayor serenidad. El duelo ha finalizado, para dar paso a una resignación combativa. Conozco mejor a mi enemigo, pero no lo subestimo, la glucosa es traicionera y en ocasiones te hace creer que la tienes dominada, pero es una falsa idea. Hay que seguir conociendo los mecanismos que interactúan en el organismo y la influencia que ejercen factores externos y también ser consciente que es imposible la estabilidad permanente. En nuestro caso, hemos acogido con enorme esperanza los últimos avances tecnológicos. Mi hijo ahora lleva consigo una bomba de insulina de última generación, vinculada a un sensor de glucosa continuo. Para nosotros ha supuesto un cambio importante y ha mejorado considerablemente nuestra calidad de vida.

Ahora, con trece años, mi hijo empieza una etapa, la adolescencia, que será complicada en muchos aspectos. A los vaivenes de su curva glucémica, se unirán los picos emocionales propios de la edad. En estos momentos su padre y yo nos estamos preparando para ir asumiendo estos cambios y quizá, el más duro y a la vez liberador, será cuando la pesada mochila de la diabetes pase a ser cargada sólo por nuestro hijo. Porque, queramos o no, en pocos años el tendrá que asumir en exclusiva su tratamiento y tomar decisiones por sí mismo. La vigilancia y dedicación extrema que ahora mantenemos, por su salud, pero también por nuestra tranquilidad, cederá y será la responsabilidad del muchacho la que soporte el tratamiento. Este proceso no es fácil, sólo confío en que hayamos logrado equiparle bien la cabeza para convertirle en un paciente empoderado, capaz de disfrutar de la vida, pero a la vez, de mantener unos hábitos que le permitan minimizar posibles dolencias futuras asociadas a un mal control. En ello estamos.

Madrid, 22 de octubre 2016

 

 

Novedades bibliográficas 2017 nº1

 

LS Eddy Ives
Pediatra. Directora Médico del Centro Médico San Ramón. Barcelona.

 

Suicidio e intentos de suicidio en adolescentes

Suicide and Suicide Attempts in Adolescents

Shain B, Comité sobre adolescencia de la Academia Americana de Pediatría

Pediatrics. Online July 2016, VOLUME 138 / ISSUE 1. doi: 10.1542/peds.2016-1420

Debido a que el suicidio es la segunda causa de fallecimiento en adolescentes entre los 15 y 19 años, la Academia Americana de Pediatría (AAP) ha actualizado las directrices para el cribado de pacientes con ideación suicida, la identificación de los factores de riesgo, y la asistencia a realizar con jóvenes en riesgo.

La AAP recomienda a los pediatras que pregunten de forma rutinaria a sus pacientes adolescentes si piensan sobre autolesionarse, que criben para otros factores de riesgo, y que deriven a salud mental a los pacientes en situación de riesgo para una evaluación y posible tratamiento, incluyendo el uso de antidepresivos.

Los factores de riesgo son frecuentes, pero el suicido no, de la misma forma que la ausencia de factores de riesgo no significa que el adolescente no sea vulnerable. Entre los factores de riesgo se citan los antecedentes familiares de suicidio consumado o intento de suicido, la salud mental de los padres, ser adoptado, género masculino (la mujer realiza más intentos pero el hombre utiliza procedimientos que aseguren más que sea consumado), problemas de identidad sexual, historia de abuso físico o sexual, y antecedente de un intento de suicidio.

Un FR que va en aumento es el ciberacoso. Problemas personales de salud mental que predisponen al suicidio incluyen alteraciones del sueño, depresión, trastorno bipolar, abuso de substancias, psicosis, trastorno postraumático, ataques de pánico, historia de agresividad e impulsividad, y uso patológico de internet (5 horas o más al día).

Entre los FR ambiental está la intimidación, el deterioro entre las relaciones padre-hijo, vivir fuera del hogar en un centro de acogida o centro de menores, dificultades en la escuela, no trabajar ni asistir a la escuela, aislamiento social, presencia de eventos estresantes tales como dificultades legales o afectivas. Los adolescentes que practican una religión y se llevan bien con sus padres, con los compañeros y personal escolar están en menor riesgo de pensamientos suicidas.

 


 

El uso de pantallas y de teléfono relacionado con menos horas de sueño en los adolescentes

Screen Time, Phone Use Linked to Less Sleep for Teens

Kennedy M

Medscape. Oct 27, 2016

Según investigadores canadienses, las distracciones digitales y de una forma más clásica, hablar por teléfono, están vinculados con un menor tiempo dedicado al sueño y un aumento de somnolencia diurna en los adolescentes. Las tecnologías de la información y comunicación (TICs) se están convirtiendo en una parte importante en la vida de los adolescentes y se utilizan a menudo antes de acostarse.

Para explorar la relación entre el tiempo dedicado al uso de las TICs y la cantidad de sueño se analizó los datos de un estudio de Montreal entre estudiantes de secundaria. Más de 1.200 estudiantes de 14 a 16 años de edad completaron cuestionarios entre 2008 y 2009 sobre la frecuencia con que utilizaban aparatos electrónicos, incluyendo ver la televisión, así como la frecuencia con que hicieron otras actividades sedentarias como leer, hacer las tareas escolares y hablar por teléfono. Los adolescentes también respondieron a preguntas acerca de las horas dedicados a dormir, tanto en días escolares como en fines de semana.

Los investigadores observaron que los adolescentes que utilizaban los ordenadores y videojuegos durante más de dos horas diarias, dormían 17 y 11 minutos menos, respectivamente, en relación con los jóvenes que lo usaban menos tiempo. Se constató que uno de cada tres adolescentes que utilizaba el ordenador más de dos horas al día, tenían más del doble de probabilidad de dormir menos de ocho horas por la noche. También los adolescentes que hablaban por teléfono durante al menos dos horas al día eran tres veces más propensos a dormir menos de ocho horas. En cambio, ver la TV tuvo el efecto opuesto sobre el sueño, pues los adolescentes que vieron dos horas o más al día tenían la mitad de probabilidades de dormir menos de ocho horas.

Los jóvenes que usaban el ordenador o hablaban por teléfono durante más de dos horas al día también informaron que tenían mayor somnolencia diurna que aquellos que pasaban menos tiempo. Ahora bien, los adolescentes que realizaban otras actividades sedentarias que no implicaran las TICs, tales como la lectura, no dormían menos que sus pares.

Se concluye la importancia de una buena comunicación entre padres y adolescente, limitando la utilización de las TICs cuando ésta sea excesiva.

 


 

Asociación entre victimización por acoso escolar y conducta autolesiva en adolescentes de Europa: un estudio de diez países

Association between victimization by bullying and direct self injurious behavior among adolescence in Europe: a ten-country study

Klomek AB, Snir A, Apter A, Carli V, Wasserman C, Hadlaczky G et al.

European Child & Adolescent Psychiatry 2016: 25 (11), pp 1183-1193. DOI: 10.1007/s00787-016-0840-7

Estudios previos han examinado la asociación entre la victimización por acoso escolar y la ideación suicida e intentos de suicidio. El presente estudio examinó la asociación entre el acoso escolar y la conducta autolesiva en una muestra representativa de adolescentes de ambos sexos en Europa. Este estudio forma parte del estudio “Saving and Empowering Young Lives in Europe” (SEYLE). Incluye 168 escuelas, con 11.110 estudiantes (edad media = 14,9; DE = 0,89). Los estudiantes contestaron en el aula una encuesta en la que se les preguntó acerca de tres tipos de victimización por intimidación (física, verbal y relacional), así como el comportamiento autolesiva (AL). Se incluyeron factores de riesgo adicionales (síntomas de depresión y ansiedad, ideación suicida, intentos de suicidio, soledad, consumo de alcohol, consumo de drogas) y factores protectores (apoyo de los padres, apoyo de los compañeros, comportamiento pro-social). Los tres tipos de victimización examinados se asociaron con conducta AL. El examen del género como moderador de la asociación entre victimización (relacional, verbal y física) y AL no dio resultados significativos. En cuanto a los factores de riesgo, la depresión, pero no la ansiedad, medió parcialmente el efecto de la victimización relacional y la verbal sobre el comportamiento AL. En cuanto a los factores protectores, los estudiantes con apoyo de padres y compañeros y aquellos con comportamientos pro-sociales tenían un riesgo significativamente menor de participar en una conducta AL. Este amplio estudio ha demostrado claramente la asociación transversal entre tipos específicos de victimización con conductas AL entre adolescentes y lo que puede ser factores de riesgo y factores protectores en esta asociación compleja.

 


 

Participación en solitario en el “Juego de Asfixia” en Oregon

Solitary Participation in the “Choking Game” in Oregon

Ibrahim AP, Knipper SH, Brausch AM, Thorne EK

PEDIATRICS Vol. 138, (6), Dec. 2016: e 20160778. DOI: 10.1542/peds.2016-0778

Objetivo. El propósito de este estudio fue comparar las características de los jóvenes que participan solos en el juego de asfixia versus los que participan en grupo.

Método. Las estimaciones de prevalencia de por vida se obtuvieron de la encuesta de Oregon Healthy Teens 2011 (n = 5682) y 2013 (n = 15150). Se combinaron los datos de ambos grupos obteniendo una n = 20832 para comparar a los jóvenes que participan solos con los que participan en grupo en el juego de asfixia. Se llevó a cabo un análisis multivariante para examinar las características individuales de los jóvenes que participan en el juego de estrangulación de forma aislada contra los que participan en grupo.

Resultados. En 2011 los participantes en octavo grado reportaron una prevalencia de participación en el juego de asfixia durante toda la vida de un 3,8 %, mientras que en el 2013 dicha participación fue del 3,7%. En el conjunto de datos combinados 2011/2013, el 17,6% (n = 93) de los participantes del juego de asfixia indicaron que lo habían practicado solos. En comparación con los que informaron haber participado en un grupo, los jóvenes que participaron solos tuvieron tasas significativamente más altas de ideación suicida (odds ratio: 4,58, p <0,001) y de pobre salud mental (odds ratio: 2,13; p <0,05).

Conclusiones. Los jóvenes que participan solos en el juego de asfixia son un grupo de riesgo particularmente alto, exhibiendo índices sustancialmente más altos de ideación suicida y una salud mental más pobre, en comparación con los jóvenes que participan en el juego de asfixia en un grupo. Los profesionales sanitarios que atienden a adolescentes deben ser conscientes de estas asociaciones, evaluar si se está realizando una adecuada prevención y estar preparados para explicar los altos riesgos de morbilidad y mortalidad asociados con el mencionado juego, siendo mayor si se practica de forma solitaria.

 


 

PartiAsociación entre la participación en una actividad física de forma precoz tras una contusión aguda y la persistencia de sintomatología post-contusión en niños y adolescentes

Association Between Early Participation in Physical Activity Following Acute Concussion and Persistent Postconcussive Symptoms in Children and Adolescents

Grool AM, Aglipay M, Momoli F, et al. Pediatric Emergency Research Canada Concussion Team

JAMA. 2016; 316(23): 2504-2514. doi:10.1001/jama.2016.17396

Importancia. Aunque las guías de tratamiento de contusiones defienden el descanso en el período inmediatamente posterior hasta la desaparición de los síntomas, ninguna evidencia clara ha determinado que evitar la actividad física acelere la recuperación.

Objetivo. Investigar la asociación entre la participación en actividad física dentro de los 7 días después de una lesión y la incidencia de síntomas persistentes post-contusión (SPPC).

Método. Estudio prospectivo, multicéntrico (agosto de 2013 a junio de 2015) de 3063 niños y adolescentes de 5 a 17 años de edad con conmoción aguda procedentes de 9 departamentos de urgencias de la red de Canadá de Emergencia Pediátrica. Los sujetos reclutados fueron expuestos a la participación en actividad física de forma temprana dentro de los 7 días tras la lesión.

Principales resultados y medidas. La participación en la actividad física y la gravedad de los síntomas postcontusión se clasificaron mediante cuestionarios estandarizados en los días 7 y 28 tras la lesión. SPPC (≥ 3 síntomas nuevos o el empeoramiento de síntomas) se evaluó a los 28 días de la inclusión en el estudio. La actividad física temprana y su relación con SPPC fueron examinadas por análisis no ajustado, concordancia de puntuación de propensión 1:1 y probabilidad inversa de ponderación de tratamiento. Los análisis de sensibilidad examinaron a los pacientes (≥ 3 síntomas) al día 7.

Resultados. Entre 2413 participantes que completaron el resultado primario y la exposición a la actividad física, (edad media 11,77 [DS 3,35] años, 1205 [39,3%] mujeres), SPPC a los 28 días estaba presente en 733 (30,4%); 1677 (69,5%) participaron en actividades físicas precoces, incluyendo ejercicio aeróbico ligero (n = 795 [32,9%]), ejercicio específico para el deporte (n = 214 [8,9%]), ejercicios sin contacto (n = 143 [5,9%]) (N = 106 [4,4%]), o de competición (n = 419 [17,4%]), mientras que 736 (30,5%) no realizaron actividad física. En el análisis no ajustado, los participantes con actividad física temprana tuvieron un menor riesgo de SPPC que aquellos sin actividad física (24,6% vs 43,5%, diferencia absoluta de riesgo [DAR], 18,9% [IC del 95%, 14,7% -23,0%]). La actividad física temprana se asoció con un menor riesgo de SPPC en la concordancia de puntaje de propensión (n = 1108 [28.7% para actividad física temprana frente a 40.1% sin actividad física], DAR, 11.4% [95% IC, 5.8% -16.9%]) En la probabilidad inversa del análisis de ponderación del tratamiento (n = 2099, riesgo relativo [RR], 0,74 [IC del 95%, 0,65-0,84], DAR, 9,7% [IC del 95%, 5,7% -13,7%]). Entre los pacientes sintomáticos en el día 7 (n = 803) comparados con los que no informaron actividad física (n = 584, PPCS, 52.9%), las tasas de SPPC fueron menores para los participantes de actividad aeróbica ligera (n = 494 [46.4%]; DAR, 6,5% [IC del 95%, 5,7% -12,5%]), actividad moderada (n = 176 [38,6%], DAR, 14,3% [IC del 95%, 5,9% -22,2%]) (N = 133 [36,1%], DAR, 16,8% [IC del 95%, 7,5% -25,5%]). No se observaron diferencias significativas entre los grupos en el análisis de propensión de este subgrupo (n = 776 [47.2% vs 51.5%]; ARD, 4.4% [95% CI, −2.6% to 11.3%].

Conclusiones y relevancia. Entre los participantes de 5 a 18 años con contusión aguda, la actividad física a los 7 días de una lesión aguda en comparación con la ausencia de actividad física se asoció con un menor riesgo de síntomas persistentes post-contusión a los 28 días. Se necesita un ensayo clínico aleatorio bien diseñado para determinar los beneficios de la actividad física temprana después de una contusión aguda.

 

 

 

 

 

Conflictos familiares


 

Conflictos familiares

L. Rodríguez Molinero.
Pediatra. Doctor en Medicina. Acreditado en Medicina de la Adolescencia Consulta de Adolescencia. Hospital Campo Grande. Valladolid.

 

Fecha de recepción: 15 de febrero 2017
Fecha de publicación: 28 de febrero 2017

 

Adolescere 2017; V (1): 85-89

 

Anamnesis

Acude una señora en consulta del centro de salud derivada de su Médico de Familia por quejas sobre su hija Julia de 15 años, porque no la respeta, la insulta (la llama “hija de puta”) y últimamente la ha pegado rompiéndola dos costillas. Además la chica roba, pega, insulta y falta a clase.

No fuma no bebe y al parecer no tiene contacto con drogas… Estudia 4º de ESO en un colegio privado-concertado de gestión religiosa. Parece lista y dice que con poco “aprueba”. Siempre ha sido problemática ya a los seis años decía que “Quería suicidarse”. Se le cita para el día siguiente a una hora cómoda que nos permita hablar ya que no viene con la chica.

Antecedentes familiares

Madre de 48 a. trabaja en un hotel. Padre 48 a. autónomo, tiene un trabajo de grabación. Viven separados desde cuatro años antes. Tiene un hermano de 13 a.

Abuela materna murió a los 73 años de una cardiopatía (llora cuando lo recuerda)

Abuelo materno murió de cáncer hace 2 años.

La madre ha estado en salud mental en tratamiento por desmotivación y bajo humor. Llevó tratamiento médico con Prozac durante unos meses que dejó porque la “atontaba mucho” y la impedía hacer las tareas domésticas.

Dice que los niños la han visto siempre triste y llorona.…

Sobre la niña, Sofía dice que fuera de casa y en el colegio es estupenda tanto que participa en PROYDE (Programa sobre Progreso y desarrollo del colegio en el tercer mundo).

Entrevista dirigida

La madre es la tercera hija de 3; sus hermanas eran gemelas y con una diferencia de edad de 14 años, por lo que ha tenido la sensación de ser hija única. Sus hermanas se casaron pronto y no estudiaron mientras que ella si, por lo que era considerada como la “hermana pija”.

Cuando tenía 9 a. Visitaba a sus hermanas que a su vez tenían hijos y le parecían insoportables por lo que los hijos le parecían repulsivos.

Al preguntarla por el embarazo responde rápidamente que ¡horroroso! No quería tener hijos por la experiencia pasada, mientras que su marido sí. Esto motivó una consulta con un gabinete de esterilidad de la ciudad encontrando oligospermia en el marido por lo que las medidas anticonceptivas se relajaron hasta el punto de no tomar ninguna. Así fue como se embarazó, rechazando desde pronto esta situación. Estuvo deprimida, engordó y comía mucho.

Parto: ¡Malo! Provocado, por rotura de bolsa prematura. Cesárea, “me hicieron una herida desde el esternón al pubis”.

PRN: 3.810. Hermosa, bonita, rica. Lloraba mucho durante los primeros meses, no cogía el pecho pero por consejo de la abuela logró una lactancia materna durante unos meses a pesar del cansancio físico enorme.

A los 7 m. de tener la hija quiso quedarse embarazada de nuevo ya que no soportaba que su hija fuese única como ella. El primer año creció bien. Calendario vacunal al día, primeros pasos a los 12 m. y primeras palabras a los 12 m. Socialización: guardería a los 7 m., comía regular, el resto todo bien. Era rubia “como una muñeca”.

Colegio público a los 3 a. sin problemas de adaptación. ESO en el colegio actual. Parece inteligente, no repite y saca notas aceptables aunque no se esfuerza.

Padre tiene un estudio de grabación. 48 a. Tuvo una infancia difícil. Carácter: buena persona, “muy Tauro”. Constante, un poco infantil. Ha seguido haciendo la misma vida que de soltero y no acepta el rol de padre. En alguna ocasión confesó que los niños no le gustaban. Parece tranquilo y es autoritario. Seguro de sí mismo. En una ocasión le dijo gritando “Es que nunca me obedeces”. Se desentiende de sus compromisos familiares y pasa mucho tiempo fuera de casa. En ocasiones ni viene a dormir y muchas veces muy tarde. Actualmente tiene una nueva pareja con la que convive esporádicamente.

Familia del padre. El abuelo murió cuando tenía 13 a. Quedando huérfano. Abuela decía cuando se murió que se “acabo la alegría en la casa”. Tiene 7 hermanos, “muy religiosos, honestos y buena gente”.

Familia de la madre. 3 hermanas, todas chicas. Vivían en un pueblo. Ella la “hermana pija”. Diferencia generacional de 14 años.

La madre se define de un carácter complicado. Poco sociable, tiene poco tiempo libre. Echa de menos a los demás aunque dedica mucho tiempo a la casa y a los hijos con los que tiene mucha ilusión cuidarles. Preguntada por su vida social, “pasa de ello”, su tiempo libre lo dedica en casa.

Se separó de su marido hace 4 años porque dedicaba poco tiempo a la familia y eso la deprimía. Pasaba muchas horas al ordenador. Personalidad adictiva. Ludópata. No problemas económicos graves.

Refiere que ha sido el peor padre para sus hijos. Cuando trabajaba la madre de turno de mañana, madrugaba mucho y dejaba a los niños con el padre el cual no se levantaba para atenderles ni llevarles al cole, teniendo que hacerlo ellos mismos. Esto llegó a hartar a la madre que decidió separase. ¡Llora! “Pesetero”. Al parecer, descubrió alguna infidelidad. Compró la mitad del piso y le echó de la casa, lo cual no perdonó el marido reprochándoselo muchas veces.

Entrevista a solas con la hija

No quería venir pero después aceptó.

Tiene 15 a. 4º ESO en el colegio citado. Es mona, buen tipo, guapa, pecosa-rubia. Tiene genio. Un poco tímida. Miraba a su madre un poco displicente.

Desde 2º de ESO (13 a.) ha aumentado la rivalidad con la madre, hasta la situación actual. Se han pegado más veces e insultado mutuamente cuando se hartaban, por rencillas domésticas. La última pelea fue hace unos días estando en su habitación riñeron por motivo del orden en la habitación llegando a tirarse del pelo, insultarse, caerse al suelo y dando una patada a la madre que la ocasionó traumatismo costal, motivo por lo que la madre consulta con su Médico de Familia que nos la envía.

Se queja que no se ha sentido cuidada por ambos padres y que al padre no le puede ver por sus infidelidades.

En el cole ha bajado el rendimiento escolar suspendiendo varias asignaturas por primera vez. Se lleva muy bien con su tutora Fátima con la que tiene confianza.

El año pasado sufrió un episodio de “Rup-insultante” que se metían con ella, pero se superó con intervención escolar y ahora se llevan bien.

Tiene un régimen de visitas con el padre los fines de semana alternos en los que dice pasar el día en casa, jugando o viendo la TV. o haciendo deberes. El padre sabe la situación pero apenas quiere colaborar por la revancha hacia la madre.

Evolución

Al cabo de dos semanas y tras unas sencillas entrevistas motivacionales de cara a corregir los hechos, se han producido cambios importantes en la dinámica familiar. Se toleran más, se respetan y tienen conciencia de formar una familia; es mucho menos conflictiva…

Juicio clínico

Alteración de la conducta tipo Trastorno negativista desafiante

Familia conflictiva y desestructurada

Fallo en los papeles familiares

Madre depresiva-ansiosa

Padre ausente

Tratamiento

La propia entrevista es terapéutica. NO es preciso de momento ayuda especializada pero se puede recurrir a ella. No es preciso psicofármacos, aunque en ocasiones puntuales pueden usarse ansiolíticos durante 2-3 semanas tanto para la madre como para la hija.

Se trata de una situación relativamente común donde es importante detener la espiral perversa para evitar daños mayores:

— Bajo rendimiento escolar y fracaso posterior

— Daños irreparables en la dinámica familiar: fugas de casa, amistades poco recomendables, enamoramientos precoces…

Se precisa tiempo y espacio: buscar horas y lugar donde tener un encuentro para verbalizar lo que pasa e investigar situaciones más privadas: abusos, miedos, síntomas depresivos o ansiosos.

Verbalizar los problemas familiares y buscar consenso basado en el respeto y tolerancia mutua.

Reconstruir un clima de afecto que existe pero que está deteriorado haciendo la convivencia imposible.

Fortalecer la autoridad de la madre con coherencia, firmeza, comprensión y afecto.

La entrevista se termina ofreciendo volver en caso de nuevos problemas.

 

 
 


Protocolo de retraso puberal


 

Protocolo de retraso puberal

J. López Carnero(1), P. Pérez Segura(2), L. Soriano Guillén(3).
(1)Médico Residente. Servicio de Pediatría. Fundación Jiménez Díaz. (2) Médico Adjunto. Unidad de Endocrinología Infantil. Servicio de Pediatría. Fundación Jiménez Díaz. (3) Jefe Asociado. Unidad de Endocrinología Infantil. Servicio de Pediatría. Fundación Jiménez Díaz. Profesor Titular de Pediatría, UAM. .

 

Fecha de recepción: 15 de febrero 2017
Fecha de publicación: 28 de febrero 2017

 

Adolescere 2017; V (1): 82-84

 

Resumen

A continuación se presenta la actuación a seguir ante un retraso de la pubertad. El retraso puberal es una situación frecuente. En ambos sexos, la causa más frecuente es el simple retraso en su inicio, de etiología familiar o idiopática, que representaría alrededor del 60 % de los casos de retraso puberal en varones y del 30 % en mujeres.

Palabras clave: pubertad, retraso puberal.

Abstract

The steps to manage delayed puberty are presented in this article. Pubertal delay is not uncommon. For both genders, the most frequent cause is simple delay in onset, of familial or idiopathic etiology, which represents about 60% of the cases of pubertal delay in men and 30% in women. Key words: puberty, pubertal delay.

Key words: puberty, pubertal delay.

Introducción

Se considera “retraso puberal”, cuando no se ha iniciado a una edad 2-2,5 SDS por encima de la edad media de su aparición en la población de referencia. Las causas que pueden provocar un retraso puberal son múltiples. Una valoración básica inicial incluiría: una historia personal y familiar, una exploración física completa y una serie de pruebas complementarias que pueden variar en función de los hallazgos de la historia y exploración. (ver tabla 1 y figura 1).

Tabla 1. Aproximación a la anamnesis, examen físico y pruebas complementarias orientadas al diagnóstico de retraso puberal

Figura 1. Algoritmo diagnóstico del retraso puberal