Aprendiendo de los jóvenes


Aprendiendo de los jóvenes

Presentación

Por Patricio José Ruiz Lázaro

 

El proyecto “De jóvenes a jóvenes” del centro de salud “Manuel Merino” de Alcalá de Henares es un espacio grupal donde los adolescentes pueden:

1) compartir con otros jóvenes y con profesionales de la salud sus necesidades, dudas o temores sobre: afectividad, sexualidad, alimentación, drogas, desarrollo físico, deporte, estudios, aspectos de su personalidad y relaciones interpersonales (familia, pareja, amigos…)

2) mejorar sus competencias socioemocionales y sus habilidades para la vida

3) desarrollar su creatividad a través de la expresión artística (narrativa, cómic, música,…) y audiovisual (cine, radio…)

Podéis informaros más de dicho proyecto en http://adolescentes.blogia.com

Varios adolescentes y jóvenes de dicho proyecto os van a hablar sobre sus inquietudes en relación con distintos espacios donde se mueven (la sociedad adolescente, la calle, el colegio o instituto, la familia) y temas que les preocupan (el acoso escolar, la afectividad).

 
 

La sociedad de los adolescentes hoy

Por Iñigo Lázaro Clavijo (16 años)

 

La sociedad de los adolescentes hoy es una sociedad de grupos y abierta, lo que quiere decir que es posible a través de unos caminos acceder a los dos grandes grupos. A continuación enunciaremos los dos grandes grupos y explicaremos los medios por los cuales se puede entrar y salir de los grupos.

Lo dos grandes grupos son los “guays” y los “frikis”. Friki proviene del ingles y significa “aquel que se sale de lo normal”, por lo tantos aquel que no siga los estándares marcados pasa automáticamente al grupo de los frikis.

Los factores que intervienen en la asignación a uno de los grupos son;

— la belleza: el estar cachondo/a te asegura un puesto seguro en el grupo guays.

— la fuerza: característica de lo que denominamos matones; la oportunidad de meterse a un gimnasio siempre es una buena opción.

— y por último la moda: donde entran en juego varios elementos como la ropa, accesorios, cortes de pelo, música… o costumbres como son el beber alcohol y el consumir drogas; el botellón es una quedada en la cuál puedes presumir de tu maestría de beber alcohol y consumir drogas (una buena oportunidad para integrarte y poder entrar en el grupo).

Detrás de todo esto hay un gran pilar, el falso respeto o como yo lo llamo temor, temor a ser marginado socialmente o sufrir bullying. Puede que estés marcado por una marca a fuego en la frente donde ponga friki, entonces todos tus intentos por entrar serán una causa perdida y te verás sumido en un subgrupo dentro de los guays, los “hueleculos”. Un grupo despreciado tanto por frikis por venderse como por guays por no llegar a ser enteramente uno de ellos. En este subgrupo hay una simbiosis entre aceptación y sumisión donde pierdes toda pizca de dignidad que había en ti.

Conclusión: Esta sociedad es una jungla angosta en la cuál puedes estar en lo más alto o en lo más bajo, pero el estar en lo más bajo no es tan malo, sólo se debe encontrar un grupo en el cuál te respeten y acepten tal como eres, es decir un grupo en el cual estar bien con uno mismo, poder pensar por uno mismo, poder elegir, tener personalidad.

La calle

Por Samuel Puerto Domínguez (14 años)

En la calle casi todos los chavales nos llevamos bien unos con los otros, pero nos juntamos por grupos: están los “friquis”, los que se creen mucho, y los que les importa poco lo que hacen los demás.

Cosas a mejorar o cambiar en la calle: que no halla tantas peleas, que la policía vigile mas la venta ilegal, que no permita que los chavales menores de edad beban alcohol, fumen porros y tabaco, y que controle la velocidad de los vehículos.

¿Qué sabemos los adolescentes de las drogas? “Las drogas” son sustancias que, introducidas en el cuerpo por cualquier vía, producen una alteración del sistema nervioso de la persona. Lo que más se consume es alcohol y marihuana o cannabis, La marihuana produce: cáncer, ansiedad, cansancio, depresión, adicción, alergias, urticaria, resaca y sueño. A algunas personas, les relaja. Otras son adictas. Otras simplemente lo hacen por diversión o por chulearse.

Mucha gente conduce imprudentemente y bajo los efectos del alcohol o drogas y eso da lugar a accidentes y atropellos que pueden terminar en tragedia.

   

Los colegios e institutos

Por Kilian Calvo Villoslada (12 años) y Diego Díaz Prieto (14 años)

 

Pues lo que nosotros pensamos es que en los colegios e institutos debería haber menos sexo, drogas, tabaco… En los colegios-institutos hay mucha gente que fuma, da droga a los demás para hacerse más populares o la venden a un precio muy alto.

También creemos que deberían de ponerse unas normas más estrictas para que los centros educativos tuviesen menos acoso escolar. Hay personas que se creen muy guays y fuertes, por eso van de chulitos y pegan a los más débiles para ser los más populares del colegio-instituto.

Que te cojan manía los profesores es malo, te hacen lo posible para que suspendas, por ejemplo tienes un 5 y te ponen un 4,75. Lo que tendríamos que hacer es si un profesor se pasa de la raya es comentarlo con el jefe/a de estudios, con el director/a o con tu padre o madre para que hable con el profesor. Hay pelotas de los profesores, a los que están o dándoles abrazos, regalándoles cosas o estando mucho tiempo con ellos…

Los baños de los centros no están limpios y se puede coger cualquier enfermedad: quien va al váter, no tira de la cadena y siempre huele mal, tampoco pasan los de la limpieza a limpiarlos…

Hay centros que creen que es mejor que los chicos y las chicas no estén juntos. Nosotros preferimos juntos.

 

La familia

Por Óscar Buenavida Parra (14 años)

 

Yo pienso que la familia es un conjunto de personas que se quieren mutuamente y lo demuestran día a día. La familia se ayuda siempre que haga falta. A veces hay problemas, graves o leves, da igual, lo importante es que cuando todos colaboran se pueden solucionar. Para que la convivencia con la familia sea agradable es importante respetarse los unos a los otros y quererse por el mero hecho de ser familia.

Hay muchos tipos de familia, la mía es una familia sencilla de un solo hijo. Mi madre es una persona divertida, un poco torpe y que se pasa el día enfadada. Mi padre, es una persona más o menos seria, revolucionaria, sosa y muy gruñona. Yo soy una persona divertida, despistada, vago, simpática y sociable.

En mi opinión los tipos de jóvenes de hoy en día, quiero decir los agresivos y demás, son así porque su familia no les ha criado como es debido, ya que en la época en la que los padres eran niños no tenían casi libertad y toda la que no tuvieron se la están dando a sus hijos.

   

El acoso escolar

Por Selene Edith García Vargas (14 años)

 

Yo nunca he vivido el acoso, si lo he podido ver y meterme en la piel de otra persona. He visto como a compañeros/as míos/as del instituto les/las agredían, insultaban y les/las han maltratado psicológicamente: eres feo, das asco, guarra… e infinitas barbaridades.

De los agredidos he visto como del miedo para poder salir del instituto tenían que llamar a la policía, como han llorado, se han encerrado en el baño, como han tenido miedo de ir al instituto y como tenían que ir a buscarlas hasta sus propios abuelos. De los agresores he visto como insultaban, pegaban, escupían, gritaban, robaban, o rompían el material de la víctima…

Pienso que todo esto es una vergüenza y que tendrían que merecer algún castigo las personas que hacen estas cosas, ya que siempre se van de rositas después de todo el daño que hacen.

De los agredidos pienso, que no hay que ser buenas o malas personas para ser una víctima, eso no tiene nada que ver, veo que estas cosas pasan por que los agresores saben que su víctima es débil y ante estas situaciones casi siempre indefensa.

Y de los agresores, me da miedo de pensar que una persona al hacer este daño no sienta nada, ni un remordimiento, ni una muestra de pena, simplemente se ríen; es muy frívolo. También he leído que mucha gente que en la adolescencia es así después acaban siendo maltratadores o como en muchos casos vemos en la tele son asesinos; como explican, de pequeños tuvieron problemas en el colegio, en la calle, etc. (solo en algunos casos).

En mi opinión todas esta gente que agrede en el instituto insulta y intenta arruinar la vida de sus compañeros dejándoles en mal lugar, no vale mucho, es lo único que demuestran.

   

Afectividad: ¿por qué la necesitamos?

Por Marina López González (16 años)

 

Es un conjunto de emociones, estados de ánimo, sentimientos que impregnan los actos humanos a los que dan vida y color, incidiendo en el pensamiento, la conducta, la forma de relacionarnos, de disfrutar, de sufrir, sentir, amar, odiar e interaccionando íntimamente con la expresividad corporal. No asistimos a los acontecimientos de la vida de forma neutral, necesitamos de la afectividad para vivir, para desarrollarnos y para seguir adelante a pesar de los obstáculos que a veces nos pone el destino, porque aunque, por ejemplo, el día en el colegio no haya sido de lo más brillante, sabemos que encontraremos contención y olvido en casa cuando nos abracemos a ese ser querido que nos está esperando. La afectividad, entonces, es parte fundamental de la vida porque es la que en definitivas cuentas nos ayudará a ser mejores personas y a no sentirnos solos. Cuando este aspecto de nuestra vida no se encuentra en armonía, seguramente, nos costará mucho más crear vínculos con las personas y expresar nuestros sentimientos.

Existen una gran cantidad de símbolos de afecto aunque los más recurrentes y usados son los besos, las caricias, los abrazos y las sonrisas, entre otros.

El hecho de querer a los demás, si las relaciones que hemos establecido con ellos son francas, sanas y sinceras, nos hace sentirnos útiles, necesarios y satisfechos de nosotros mismos al desarrollar una importante capacidad de nuestra personalidad. Además, el cariño llena de sentido nuestra vida y contribuye, a veces de forma decisiva, a nuestro equilibrio psicológico. Por otro lado, el sentirnos queridos por los demás, especialmente durante la infancia, nos proporciona seguridad en nosotros mismos, nos sirve para reforzar algunos aspectos de nuestra personalidad, aumenta indirectamente la autoestima y nos ayuda a afrontar las dificultades que van surgiendo a lo largo de la vida, dentro de un clima de comunicación y adaptación social imprescindible para el desarrollo y maduración de la personalidad.

La afectividad nos ayuda a tener una autoestima que determinará la forma de enfrentar las situaciones de nuestra vida diaria, nos ayuda a dar sentido a lo que hacemos, a encauzar nuestros intereses, sobreponernos a dificultades y buscar espacios de realización dentro de la sociedad; por lo que contribuye a orientar la conducta hacia determinados objetivos influyendo en toda la personalidad.

Si carecemos de cierta afectividad se puede presentar falta de interés por los demás y caer en la desadaptación social, presentando conflictos y tener una autoestima inadecuada o puede conducir a la persona a graves desequilibrios y profundas perturbaciones en la personalidad.