Ética de las relaciones sexuales y amorosas



Libr

 

Ética de las relaciones sexuales y amorosas

 

Félix López Sánchez
(2015) Madrid.
Editorial Pirámide

 

En este libro se desarrolla UNA PROPUESTA SOBRE LOS PROCEDIMIENTOS Y CONTENIDOS de la ética sexual y amorosa, un campo olvidado, no solo en España, sino a nivel internacional.

Abandonada la moral represiva y sexofóbica de la cultura judeo-cristiana, nuestra sociedad de mercado y consumo ha hecho de la sexualidad y las relaciones amorosas un producto más de uso, banalizando las relaciones y recurriendo a nuevos mitos: de la represión sexual a la obligación de tener relaciones sexuales, de la monogamia al poliamor, de la prostitución a los contactos y masajes, de la contención a la experimentación, de la normalización convencional a la publicidad y exhibición de las formas de sexualidad antes consideradas desviadas, etc.

Lo que antes era pecado, se convierte ahora en deseable e incluso obligatorio. Antes nos engañaban y ahora también.

La sexualidad se usa como mediador de la publicidad de todo tipo de productos o como contenido explícito para ser vendido a los espectadores o a quienes compran actividad sexual. Es decir, la sexualidad ha pasado de ser “lo secreto”, a ser un producto más del mercado.

Es así como las relaciones sexuales se pueden convertir en un “campo de minas”.

Es necesario hacer un discurso sobre la sexualidad, ubicándola en el REINO DE LA LIBERTAD, no en el reino de la necesidad y del consumo, justo para evitar la violencia, el acoso, los abusos, la coerción, la búsqueda egoísta del propio placer olvidand o el de la pareja, etc.

En este libro entendemos la ética como la aplicación de la inteligencia emocional (el buen corazón empático) y la razón (la prudencia aristotélica y la sabiduría kantiana) a las relaciones sexuales y amorosas, justo para gozar más y mejor con los demás, sin dejarnos doblegar por doctrinas represivas ni manipular por las reglas de mercado.

Para ello, defendemos argumentalmente los siguientes principios: ética del consentimiento, ética del placer compartido, ética de la igualdad, ética de la lealtad, ética de la salud, ética del derecho a la vinculación y desvinculación, ética de los cuidados a la familia y la crianza y ética de la diversidad.

Puedes enviarme comentarios del libro a flopez@usal.es

 

 
 

Nueva tipología de maltrato infantil: formas de maltrato sexual



Nueva tipología de maltrato infantil: formas de maltrato sexual

 

 

Fundamentación

El discurso actual sobre el bienestar y el buen trato en la infancia y adolescencia, siendo coherentes, nos obliga a reconocer algunas formas de maltrato infantil silenciadas.

La tipología hoy vigente, en Occidente, y en España en concreto, ha tenido una evolución histórica que explica sus indudables logros y sus deficiencias. Primero se reconoció el maltrato físico, estábamos en los años 60, y se acabaron señalando diferentes subtipos de maltrato físico. Pronto investigadores y profesionales comprendieron que también podía haber maltrato emocional, aunque no hubiera maltrato físico, y que estos podían darse a la vez. También en este caso, fue fácil señalar diferentes subtipos.

Igualmente, se hizo evidente que no solo hay maltrato por acciones intencionadas, sino también por “omisiones”, por dejar de satisfacer necesidades fundamentales; es lo que llamamos negligencia, en la que se distinguen también numerosos subtipos.

Cuando, a partir de los ochenta, se hicieron múltiples investigaciones sobre abusos sexuales, los datos fueron tan alarmantes que, con razón, se incluyó un nuevo tipo de maltrato, el abuso sexual. Esto supuso un gran avance y ha ayudado a romper el silencio sobre este problema, que puede afectar a un 10% de niños y un 20% de niñas aproximadamente, en diversas sociedades estudiadas.

Lo que proponemos, desde la teoría de las necesidades y el enfoque de buen trato en la infancia, es que, por coherencia conceptual y buscando el bienestar sexual de menores y personas adultas, se amplíe el concepto de este cuarto tipo de maltrato y se señalen subtipos, así como que, en el caso la Negligencia, se incluyan también las omisiones de cuidados básicos en el campo del desarrollo sexual y afectivo.

Las críticas que hacemos a la clasificación actual son bien contundentes.

En primer lugar, no es coherente conceptualmente que en unos casos se usen categorías generales y subtipos (caso del maltrato físico, emocional y negligencia) y al llegar a la sexualidad solo se considere un tipo de maltrato (los abusos sexuales a menores). Por ello proponemos que se use, también en este caso, una categoría general, el “maltrato sexual”, como clave clasificatoria de todos los maltratos sexuales silenciados hasta el momento.

Este silencio, por otra parte, no es un mero olvido, sino resultado del predominio de las corrientes sexofóbicas en relación con la sexualidad infantil y adolescente, presentes también en parte del mundo anglosajón, que para bien y para mal es nuestro modelo de referencia.

En segundo lugar, no es adecuado considerar maltrato solo el abuso sexual, porque hay otras formas de maltrato sexual por acción o por omisión (negligencia) que son también muy graves. Por ejemplo, no aceptar la identidad sexual o la orientación del deseo homosexual puede ser tan grave o más que algunas formas de abusos sexuales.

Ha sido un gran avance romper el silencio sobre los abusos sexuales. Nosotros mismos hemos contribuido de forma decisiva a ello en España, llevando a cabo, con apoyo del Ministerio de Asuntos Sociales y de la Universidad de Salamanca, la única investigación con una muestra nacional (López, y otros, 1994); pero reconocer la importancia de los abusos sexuales no implica olvidar otras formas de maltrato sexual de menores, niños y niñas, durante la primera infancia y la adolescencia; y en el caso de las mujeres, la violencia de género, que empieza con frecuencia en la infancia, con una socialización sexista.

Por último, señalar que, además de olvidar algunas formas graves de maltrato sexual, se han clasificado de forma inadecuada otras.

Por ejemplo, cortar el clítoris a una niña se considera una forma de maltrato físico como otras mutilaciones y es evidente que lo es; pero es antes que nada y sobre todo una forma grave de maltrato sexual, porque afecta a la fisiología del placer sexual de la mujer y a su vida sexual y amorosa. Es un atentado, una forma de maltrato muy grave contra la propiedad del cuerpo y la sexualidad de la mujer. El clítoris es de la niña, no de su madre, su familia, su cultura o su Dios.

Proponemos, por tanto, completar la clasificación existente incluyendo una nueva tipología general etiquetada como “maltrato sexual”, entendiéndola como cualquier acción intencionada, no accidental, u omisión que pueda hacer daño a la sexualidad infantil y a su desarrollo sexual y amoroso posterior.

Por otra parte, en nuestra cultura occidental, esta dimensión ha sido ideológica, política y legalmente muy maltratada, porque se acabó imponiendo una visión muy negativa de la sexualidad que ha provocado durante siglos la persecución de toda manifestación sexual infantil y de las diversidades sexuales.

Esta historia de represión moral, política, legal y social, debería hacernos repensar la regulación de la sexualidad en nuestra cultura y en nuestras sociedades concretas.

A partir de la categoría general de “maltrato sexual” proponemos los siguientes subtipos:

1. Las mutilaciones o daños físicos en órganos de claro significado sexual, como la mutilación del clítoris, los labios menores o mayores; así como la mutilación de mamas o la presión con objetos que impidan su crecimiento, etc.

Estas prácticas son un atentado contra la propiedad del cuerpo y la libertad, amenazando el desarrollo sexual y la vida sexual y amorosa de las personas para toda su vida.

Como ocurre en otros muchos casos, las mutilaciones son también, a la vez, una forma de maltrato físico y emocional, pero es importante que sean reconocidas como un atentado específico a la vida sexual y amorosa de las mujeres.

2. Los matrimonios concertados de menores prepúberes o adolescentes por parte de personas adultas, con frecuencia, aunque no solo, niñas que son entregadas como esposas por la propia familia.

Las formas son muy variadas, pero siempre son un atentado a la propiedad de su cuerpo y la libertad para decidir su vida sexual y amorosa, truncando, además, su desarrollo en numerosos aspectos, como el académico y profesional.

3. Abusar sexualmente de una persona menor que no puede consentir, dada su edad (o sus limitaciones mentales y sociales) o que es sometido/a cualquier conducta sexual sin su consentimiento.

Las formas de abuso y las estrategias de los abusadores son muy diversas, incluyendo acciones a través de internet como el sexting y el grooming, entre otras.

La persona que abusa suele servirse de su asimetría de edad (por su mayor poder y conocimiento) y de diferentes formas de coerción o engaño. Los abusos sexuales son un atentado contra la vida sexual y amorosa de las personas menores, su libertad y su infancia, con efectos que, en algunos casos, duran toda su vida.

4. Las diferentes formas de explotación sexual comercial de menores, con dos formas bien específicas, la mal llamada prostitución infantil (porque en ningún caso puede considerarse una decisión libre) y la pornografía infantil.

Estas formas de maltrato sexual deben figurar separadas de los abusos sexuales, porque su naturaleza comercial, contexto social, motivación, etc., es muy distinta.

En el primer caso, se trata de la venta o compra de servicios sexuales de menores o de la participación en cualquier tipo de mediación comercial en esta actividad.

En el segundo, se trata de involucrar a menores en la producción, comercialización, venta, compra, difusión o uso de contenidos con pornografía infantil-adolescente.

5. La no aceptación de la identidad sexual, incluidas la transexualidad y transgénero de un niño o una niña.

Es un atentado a su identidad personal, no reconociendo lo más específico de una persona, su yo más auténtico que, como es sabido, puede conllevar numerosos sufrimientos y efectos muy negativos en la vida sexual y amorosa, familiar, escolar y social.

6. La no aceptación de la homosexualidad o la bisexualidad en la infancia o la adolescencia. Estas personas tienen las mismas necesidades sexuales y amorosas que el resto de la población, necesidades que desean resolver con personas de su propio sexo o con ambos sexos. No aceptarlas atenta contra su identidad como persona, toda su vida sexual y amorosa, la pareja o familia que puedan desear tener, etc., pudiendo ocasionarles graves daños psicológicos, sociales y profesionales.

7. La negación a las personas con discapacidad de la educación sexual y los derechos sexuales que podrían hacer efectivos si recibieran las ayudas adecuadas.

El principio de la integración y mayor normalización posible de las personas con discapacidad también debe extenderse al campo sexual, afectivo y amoroso. Lo contrario es un atentado a derechos fundamentales de estas personas, que no deben tener más limitaciones que las derivadas de su grado de discapacidad, si fuera el caso.

8. Las diferentes formas de negligencia sexual, como no ofrecer información y educación adecuada en la familia y escuela para su salud sexual.

Diferentes formas de negligencia sexual como negar informaciones básicas, dejando de hacer una adecuada educación sexual positiva, impedir a profesionales en la escuela o en los servicios sanitarios y sociales que informen a la población infantil y adolescente y les ayuden a evitar riesgos, es una forma de negligencia que puede tener graves consecuencias personales y sociales bien conocidas.

9. La violencia de género y todo tipo de violencia intrafamiliar puede tener graves consecuencias para niñas, niños y adolescentes, por lo que debe ser considerada también una forma específica de maltrato a la infancia que afecta muy especialmente a la mala socialización como hombre o como mujer.

Además de las consecuencias directas de la violencia manifiesta, los modelos educativos no igualitarios perpetúan las desigualdades e impiden el sano desarrollo de hombres y mujeres, socializando para la discriminación de las mujeres desde la infancia y provocando carencias que dificultan la vida sexual y amorosa de ambos sexos.

Asociaciones y personas pueden unirse en defensa de esta propuesta, con el fin de mejorar la protección de la población infantil y juvenil, las relaciones de género y la educación sexual.

Se trata de conseguir que personas expertas, profesionales y representantes políticos la apoyen, con independencia de que tenga que ser matizada antes de formar parte del código penal u otros documentos a favor de la infancia.

Academia Española de Sexología y Medicina Sexual

www.academiadesexologia.es

 

 

 


Novedades médicas 2016 nº1




F. Notario Herrero
Pediatra. Unidad de Pediatría y Adolescencia. Clínica Ntra. Sra. del Rosario. Albacete.

 

Nuestros adolescentes y el tabaco: un futuro prometedor

“Las nuevas generaciones no recordarán la imagen de bares y restaurantes llenos de gente fumando y cargados de humo, y sin duda esto contribuirá a disuadir su inicio en el tabaquismo”. Esto nos asegura la Dra. Regina Dalmau, desde el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), presidenta del mismo y cardióloga del Hospital La Paz, al cumplirse el quinto aniversario de la entrada en vigor de la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el consumo y la publicidad de los productos del tabaco. Además de constatar las ganancias en salud, como por ejemplo los ingresos por asma en niños y adolescentes. El CNPT tiene una hoja de ruta para reducir el tabaquismo en un consumo inferior al 5% en 2040, una de sus medidas entre otras seria buscar el apoyo de los educadores para incidir de forma más efectiva en la población adolescente.

 

Anorexia. Nuevas facetas

Uno de cada 250 adolescentes va a sufrir algún trastorno alimentario a lo largo de su vida. Eso nos dicen las estadísticas, y algunos expertos con motivo del día internacional de la enfermedad. Esta enfermedad mental se inicia cada vez en chicas más jóvenes, entre los 13 y los 14 años y gracias a un mejor diagnostico se está haciendo más visible en varones. Nos recuerda la Dra. Montserrat Graell, desde la unidad de trastornos alimentarios del niño y adolescente en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, minimizar el problema puede llevar a consecuencias nefastas, aunque la prevalencia se mantiene más o menos estable desde los 90, lo destacable ahora es el adelanto en su inicio, desde los 15 años hasta los 13, e incluso antes. La Dra. Graell lanza un mensaje de esperanza al detectarla a tiempo, con remisiones totales en un 60 por ciento y cronificaciones de aproximadamente un 20 %. Por otro lado la Policía investiga el grupo de WhatsApp que promueve la anorexia, y asociaciones como Protégeles, presidida por Guillermo Cánovas, colaboran directamente con la unidad de Investigación Tecnológica de la Policía Nacional.

 

Internet, información y salud

Seguro que no descubrimos nada si recordamos que la adolescencia es una etapa de cambios constantes en la que pueden producirse dificultades. Los adolescentes se muestras reticentes a comunicarse, lo que se acentúa más cuando se trata de problemas de salud. Hoy en día, la tecnología forma parte de las vidas de nuestros adolescentes, por lo que es frecuente que recurran a las plataformas que se encuentran en su entorno en vez de a personas expertas cuando se ven afectados por estos problemas. Según el estudio DIFERENCIAS DE GÉNERO Y EDAD EN EL USO DE INTERNET PARA LA SALUD, NECESIDADES E INVESTIGACIÓN DE AYUDA EN ADOLESCENTES DE CATALUÑA, realizado por la Universidad Oberta de Catalunya (UOC), los adolescentes usan internet mayoritariamente para buscar información sobre salud, pero cuando tienen un problema acuden a amigos y padres en detrimento de otros profesionales. Como conclusiones, reconociendo que internet puede aportar información útil, les permite conocer a otras personas con los mismos problemas, y les aporta anonimato y gratuidad del servicio, las autoras (N. Guillamón y cols.) recomiendan dotar a los adolescentes de recursos para sus búsquedas, si bien las tecnologías no podrán sustituir nunca el contacto cara a cara, serán un complemento en la promoción de la salud.

 

Pantallas y adolescentes: problemas visuales y musculares

Otra vez las nuevas tecnologías: ordenadores, Smartphone, videoconsolas son una forma de ocio muy extendido entre los adolescentes, y aunque sabemos que su uso tiene indiscutiblemente ventajas, su utilización prolongada también puede repercutir en su salud. Los adolescentes pueden presentar problemas visuales, como miopía, fatiga visual o tics debido a la exposición prolongada a las pantallas. Una de las causas de la aparición temprana de problemas visuales es que los niños empiezan a utilizar productos tecnológicos desde muy pronto. Además de la edad, los hábitos y la conducta frente a estos aparatos, puede influir sobre los trastornos de visión: proximidad, visionado con falta de luz natural, etc. están provocando que aumenten los casos de miopía. El uso inadecuado de tecnologías también puede provocar problemas musculares. Una mala higiene postural, frente a las pantallas, puede conllevar contracturas y otros problemas musculares que a falta de prevención y tratamiento, pasaran a la cronicidad. El Dr. Bernabéu desde el Hospital HM Vallés en Madrid, recomienda a nuestros adolescentes a grandes rasgos controlar el tiempo que pasan frente a las pantallas, buena iluminación, buena distancia y superficies estables para apoyar los dispositivos, mejor no en el coche.

 

“Emodiscovery” e inteligencia emocional

El juego “online” EMODISCOVERY desarrollado por investigadoras de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) y que se implantará en primer lugar en España, podría ayudar a evaluar la inteligencia emocional en pre-adolescentes y detectar posibles problemas. Las autoras del proyecto (López-Pérez, Pacella, Howells) hacen hincapié en la utilidad que posiblemente tenga el juego para comparar la respuesta de la mayoría de niños a partir de la edad de 8 años, con aquellos con autismo altamente funcional o síndrome de Asperger y TDAH, casos todos ellos con dificultades en la regulación emocional. El juego ya se puede probar en español en la página web www.emodiscovery.com/es y reta a estos niños mayores, en la puerta de la adolescencia a superar 6 niveles de dificultad, en los cuales el personaje elegido por el jugador se enfrenta a diferentes situaciones y sentimientos de felicidad, tristeza, ansiedad y miedo, con distintas posibilidades de actuación. Podría ser una herramienta fundamental para evaluar la inteligencia emocional e identificar si un pre-adolescente necesita ayuda para mejorarla. Además de identificar y mejorar las capacidades de estos menores, los responsables de la idea confían en que este juego sirva para avanzar en el conocimiento de la inteligencia emocional y su desarrollo al final de la infancia.

 

Edvar Munch y la adolescencia

Si en el último ADOLESCERE, terminábamos nuestras “noticias” con referencia a los poemas inéditos de Pablo Neruda, hoy nos despedimos en el terreno artístico de la pintura, concretamente con el genial pintor noruego Edvard Munch (1863-1944), con motivo de la exposición ARQUETIPOS que acaba de clausurarse en el Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid, la mayor desde 1984, y que ha reunido 80 obras, la mitad de las cuales nunca se habían visto en nuestro país. En torno al autor de El Grito símbolo universal de la angustia y la alienación del hombre moderno, se ha construido una imagen de artista deprimido, enfermo solitario y psicológicamente perturbado. “En mi arte he intentado explicarme la vida y su sentido, he pretendido ayudar a los demás a entender su propia vida” dijo. Le interesaban los sentimientos de soledad, melancolía, desasosiego o pasión. En este lienzo (Pubertad, 1914-1916) que hemos podido disfrutar en la reciente exposición y que se encuentra en la Nasjonalgalleriet de Oslo, Munch escapa del naturalismo en la pintura y proyecta un espacio casi abstracto del cuerpo de una adolescente, sentada en el borde de la cama, arquetipo por excelencia de la “femme fragile” a punto de convertirse en mujer. Esta PUBERTAD, podría tratarse entonces de una alegoría sobre el despertar sexual, o de la transición de la niñez a la edad adulta.

 

 

 

 


Carta de un hijo a su padre


Carta de un hijo a su padre

por Negrito Tony
20 años

 

Querido papá, ¿por donde comenzar? Hay tantas cosas, tantos momentos, tantas alegrías compartidas. Creo que una buena manera de darle inicio a esta carta seria agradeciéndote por haberme dado la vida, a pesar de las peleas, los obstáculos, las cosas difíciles, vos siempre estuviste ahí para poner el pecho a cualquier tipo de problema. Me enseñaste a ser feliz con lo que uno tiene y me diste las herramientas para poder salir adelante, y son las dos cosas más importantes que una persona necesita para afrontar la vida! Te agradezco por todo lo anterior y te agradezco por esos lunes de fútbol, por esas tardes en la caldera, por los domingo de River, por la pasión y el amor a los animales y el campo, algo que marcó mi vida desde chico de tal manera que hoy en día es lo que estoy estudiando, y el día de mañana va a ser de lo que voy a tener el placer de trabajar.

Sé que muchas veces la relación entre nosotros no fue lo mejor, tuvimos choques, peleas, enojos, etc., etc. Pero también sé que en ninguno de esos momentos dejé de amarte y sé que el día que necesito apoyo puedo levantar el teléfono y tener un hombro donde poder apoyarme y levantarme de cualquier situación difícil o conflicto!

Sos una gran persona, se me vienen a la cabeza tantas cosas al escribir esta carta, que no me darían las hojas de un libro para llegar a anotar todo!

La verdad que se hace difícil pensar en una vida sin un padre, también sin una madre, pero en este caso la carta es para vos PAPÁ. “Papa” una de las palabras que un niño dice primero, si es que no es la primera, desde tan chiquitos ya sabemos que lo primero que hay en la vida es ese ser que da el ejemplo, nos formamos viendo esa imagen grandiosa, “mi papá es el mejor”, “mi papá lo puede todo”, “papá ayúdame”, “papá llévame”, “papá tengo miedo”, “papá esto”, “papá lo otro”, “papá”, “papá” y “papá”… ¿qué sería de todas esas frases sin tener la palabra papá adelante? ¿Qué sería de nosotros, tus hijos, sin alguien a quien poder pedirle todo eso? La vida no tendría sentido, no sabríamos por qué camino ir, para dónde ir, que hacer, de que cuidarnos, y todas esas cosas en las que un padre como vos ayuda a un hijo como yo …

Me gustaría llegar a algún día ser como vos, es un gran sueño llegar a tener la vida de un ídolo. Y el gran ídolo de la vida sos vos, sos el messi del equipo. Una vez más te agradezco por todo, no hay palabras suficientes para explicar el aprecio que te tengo, ojalá estés siempre para mí, sería el regalo más grande que la vida me puede dar.

Busque una frase en internet para vos papá, y encontré esta:

“¡Cuán grande riqueza es, aun entre los pobres, el ser hijo de buen padre!” – Juan Luis Vives.

Soy feliz y estoy agradecido de ser lo que hoy en día soy, y eso te lo debo a vos paa!

 

Esta carta la leyó el hijo a su padre en la consulta del Dr. Eduardo Panza (Salta la Linda-Argentina), y fue una experiencia extraordinaria para los tres, el hijo, el papá y el médico!!!

 

 

 

 

¿Debo poner a mis hijos adolescentes la vacuna contra la meningitis?


L. Rodríguez Molinero.
Pediatra Acreditado en Medicina de la Adolescencia por la AEP. Hospital Campo Grande. Valladolid.

 
 

¿Debo poner a mis hijos adolescentes la vacuna contra la meningitis?

Supongo que se refiere a la vacuna contra la meningitis por Meningococo-B, comercialmente llamada BEXSERO.

En los calendarios oficiales de todas las CCAA consta la vacuna contra varios tipos de meningitis. La producida por el Hemophilus, por el Neumococo y por el Meningococo C. Solo faltaba la BEXSERO para cubrir la mayoría de meningitis bacterianas más frecuentes en nuestro medio.

Hace varias décadas cuando no teníamos este arsenal de vacunas, la meningitis suponía un riesgo que nos agobiaba tanto a padres como a pediatras. En aquella época suspirábamos por encontrar una vacuna que protegiera como sucedía contra el tétanos, la difteria o la tosferina. Actualmente estamos pasando una “luna de miel” de las meningitis debido a disponer de estas vacunas.

La meningitis por Meningococo B, es rara aunque de alta mortalidad y frecuentes secuelas. Sabíamos que no era fácil encontrar una vacuna contra el meningococo B. Pero la técnica ha superado las dificultades y ya la tenemos en el mercado. Al principio salió con uso exclusivo hospitalario y desde el 1 de octubre de 2015 ya está disponible en las oficinas de farmacia.

La vacuna es buena en cuanto que consigue protección si se siguen los consejos de la ficha técnica. Las dosis recomendadas son dos dosis con un intervalo de al menos 4 semanas entre dosis. Ninguna CCAA tiene incluida la vacuna en calendario oficial. Pero todas la tienen disponible para los llamados grupos de riesgo, aquellos cuya patología medica supone un inconveniente añadido, por ejemplo inmunodeficientes o cardiópatas. El precio supera los cien euros/dosis. Por tanto la decisión está en manos de las familias que lo deseen. La demanda ha sido tan grande que se han agotado las existencias en las farmacias. En algunas oficinas han creado una “lista de espera” para cuando la industria produzca nuevas remesas. Los padres deben saber que la producción de vacunas es un proceso lento que exige varios meses, en este caso, cerca de 8 meses, y que la oferte se regula por la demanda. En caso de demanda excesiva puede darse el caso de desaparecer del mercado el producto como ha sido en este caso.

A los profesionales que trabajamos en el Sistema Nacional de Salud nos cuesta mucho dar este consejo, pero hay que entender que somos empleados de un sistema que tiene la obligación de buscar la eficiencia al administrar el dinero publico. En la mente de muchos usuarios y ciudadanos está la idea de la sociedad del bienestar, del consumo, de la industria y del mercado donde la oferta de “consumo sanitario” hace perder la objetividad de la realidad clínica y darse el caso de “sobreactuar” en base a la libertad de los padres. Algunas familias también buscan la eficiencia de su economía y dejan que pase esta situación para tomar con mas tranquilidad la decisión. Entienden la información que le proporciona su pediatra de confianza de una manera objetiva y libre.

 
 

 
 

Novedades bibliográficas 2016 nº1



LS Eddy Ives (*), M.I. Hidalgo Vicario (**)
(*) Pediatra. Directora médica del Centro Médico San Ramón. Barcelona. (**) Pediatra Acreditada en Medicina de la Adolescencia. CS Barrio del Pilar. Madrid.

 

Evaluación de la relación y satisfacción sexual en adolescentes respecto a las relaciones establecidas “on line” o fuera de ese sistema

Assessing Relationship and Sexual Satisfaction in Adolescent. Relationships Formed Online and Offline

Blunt-Vinti H,, Wheldon, C, McFarlane, M, Brogan, N, and Walsh-Buhi ER.

Journal of Adolescent Health 58 (2016) 11e16

Objetivo: El uso de Internet para conocer gente es cada vez más frecuente; sin embargo, tales conductas a menudo se consideran arriesgadas, sobre todo para los adolescentes. Estos suelen conocer gente a través de este sistema y algunos forman relaciones románticas/sexuales. Se examinó la relación y la satisfacción sexual expuestos por los adolescentes en las relaciones establecidas online- y las iniciadas fuera de ese sistema.

Métodos: Se recogieron datos de 273 adolescentes entre 13-19 años de una clínica pública entre 2010 y 2011. Las preguntas incluían: cómo conocieron a la pareja (on line o fuera), el tiempo desde el encuentro y la 1ª relación sexual, que tan bien conocían a la pareja, así como la satisfacción con la relación y la satisfacción sexual (R/S). El Análisis consistió en estadística descriptiva, pruebas t, y análisis adecuados.

Conclusiones: Los adolescentes referían establecer relaciones más satisfactorias con las parejas que habían conocido fuera de “on line”, en comparación con “on line”. Los resultados sugieren que alentar a los adolescentes a esperar más tiempo para conocer a su pareja antes de mantener relaciones sexuales puede mejorar la satisfacción y la calidad de las relaciones. Estos resultados proporcionan una gran contribución a la promoción de la salud sexual entre los jóvenes, entre los que el uso de esta tecnología esta omnipresente.

 


 

Propagación del estado de ánimo saludable entre las redes sociales de los adolescentes

Spreading of healthy mood in adolescent social networks

Hill EM, Griffiths FE.

House T. Proc. R. Soc. B282: 20151180.

La depresión es un importante problema de salud pública en todo el mundo. Hay evidencia que el apoyo social y el compartir amistad influyen sobre la salud mental, por lo que un mejor entendimiento de los procesos sociales que impulsan la depresión tiene el potencial de conllevar importantes beneficios para la salud pública. Los autores investigan la transmisión del estado del ánimo a través de las redes sociales de los adolescentes, permitiendo una flexibilidad en el modelo al no haber hecho ninguna presuposición que el estado de ánimo que se propagaba en las redes era un estado de ánimo bajo, o en cambio, saludable. Se constató que la depresión no se propaga. En cambio, el estado de ánimo saludable entre amigos se asoció con una reducción significativa del riesgo a desarrollar una depresión y un aumento de probabilidad de recuperarse de una depresión existente. En un período de 6-12 meses en una red social de adolescentes, tener suficientes amigos con el estado de ánimo saludable evidenció poder reducir a la mitad la probabilidad de desarrollar una depresión, o por el contrario, doblar la probabilidad de recuperarse de una. Estos resultados sugieren que la promoción de la amistad entre los adolescentes puede reducir tanto la incidencia como la prevalencia de la depresión.

 


 

Ciberacoso y victimización entre estudiantes de la educación segundaria obligatoria

Cyberbullying Perpetration and Victimization Among Middle-School Students

Rice E, PhD, Petering R, Rhoades H, Winetrobe H, Goldbach J, Plant A, Montoya J, Kordic T.

American Journal of Public Health 2015; 105 (3): pp. e66-e72

Objetivos. Se examinaron las correlaciones entre el género, raza, identidad sexual y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación, y los patrones de las experiencias de ciberacoso así como el comportamiento entre los estudiantes de la escuela secundaria.

Métodos. Se reclutó una muestra probabilística de 1285 estudiantes de la encuesta 2012 Risk Behavior Survey en escuelas de secundaria del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles. Se efectuó regresión logística para evaluar los correlatos de ser un agresor, víctima y agresor-víctima de ciberacoso (es decir, comportamiento de acoso cibernético bidireccional).

Resultados. En esta muestra, el 6,6% informó haber sido víctima ciberacoso, 5,0 % reportó ser un agresor, y 4,3 % agresor-víctima. El ciberacoso se efectuaba habitualmente a través de Facebook o en forma de mensajes de texto. Tanto los agresores como las víctimas y agresores-víctimas eran más propensos a reportar un uso de Internet de al menos 3 horas diarias. Los estudiantes pertenecientes a minorías sexuales y los estudiantes que enviaban al menos 50 mensajes diarios fueron más propensos a ser víctimas de ciberacoso. Las chicas eran más propensos a reportar ser agresor-víctimas.

Conclusiones. Toda intervención efectuada en caso de ciberacoso debe tener en cuenta el género y la identidad sexual del sujeto, así como los posibles beneficios de efectuar intervenciones educativas con usuarios intensivos de Internet y de mensajería de texto.

 


 

Índices de Suicidio Adolescente entre 1990 y 2009: Análisis del grupo de edad entre 15 y 19 años en todo el mundo

Adolescent Suicide Rates Between 1990 and 2009: Analysis of Age Group 15e19 Years Worldwide

Kõlves, K, De Leo

D. Journal of Adolescent Health 58 (2016) 69e77

Objetivo: Analizar las tasas de suicidio en adolescentes de 15 a 19 años de edad, entre 1990 y 2009 en todo el mundo.

Métodos: Los datos de suicidio se obtuvieron de la base de datos de mortalidad de la Organización Mundial de la Salud y los del conjunto de la población, de datos del Banco Mundial. En total, 81 países o territorios, con datos al menos durante 5 años seguidos, entre 1990 y 1999 y entre 2000 y 2009. Se realizó un análisis de las tendencias regionales en 57 países.

Resultados: Durante el decenio considerado, el análisis mostró una tendencia a la baja en la tasa global de suicidio para los hombres de 10.30 a 9.51 por 100.000 (p = 0,076), y para las mujeres de 4,39 a 4,18 (p = 0,472). La tasa media de suicidio mostró una disminución significativa en ambos sexos en Europa, pasando de 13,13 a 10,93 (p = 0,001) en los varones y de 3,88 a 3,34 en las mujeres (p = 0,038). Hubo un significativo aumento del suicidio en los países de América del Sur para los hombres, 7,36 a 11,47 (p = 0,016), y para las mujeres, 5,59 a 7,98 (p = 0,053). Aunque otras regiones del mundo no mostraron tendencias significativas, hubo varios cambios significativos a nivel del país.

Conclusiones: La disminución del suicidio en los países occidentales, podría estar relacionado con la mejora general de la salud mundial. La posible contribución de las actividades realizadas para la prevención del suicidio aún no está claro. Los aumentos en varios países de América del Sur, podrían estar relacionados con la recesión de la economía y su impacto en los adolescentes de diversos orígenes culturales, y en parte también por la mejora en el registro de la mortalidad.

 


 

¿Qué ocurre cuando un adolescente comunica que se auto-lesiona? Los efectos de la divulgación a adultos y compañeros

What happens when you tell someone you self-injure? The effects of disclosing NSSI to adults and peers

Hasking P, Rees CS, Martin G, Quigley J.

BMC Public Health (2015) 15: 1039. DOI 10.1186/s12889-015-2383-0

Introducción. Las auto-lesiones no suicidas se han relacionado con un aumento en el riesgo de suicidio, y es un creciente problema de salud pública. Es importante facilitar al adolescente a que pueda buscar ayuda. Aunque los jóvenes que revelan esta conducta normalmente confían en sus compañeros y la familia, no está claro como el hecho de explicarlo, y el apoyo que recibe de familiares y amigos afectan la búsqueda de ayuda en el futuro.

Objetivo. Conocer el impacto que puede tener que un adolescente comparta el hecho que se autolesione, e investigar los efectos a largo plazo.

Método. Una muestra de 2637 adolescentes completaron cuestionarios de auto-reporte en tres momentos, con un año de diferencia entre cada uno.

Resultados: De la muestra, 526 informaron de una historia de autolesiones no suicidas y entre ellos 308 lo habían revelado a otra persona, por lo general amigos y padres.

Conclusiones: En general, se observó que la divulgación de autolesiones no suicidas a los padres facilita una búsqueda informal de ayuda, mejora el afrontamiento a las mismas y reduce el riesgo de suicidio, pero el compartirlo con los compañeros podría reducir el apoyo social percibido y además alentar a otros a hacerlo. Se discuten estos resultados a la luz de sus implicaciones clínicas y de investigación.

 

 

 

 


Vómitos persistentes


 

Vómitos persistentes

G. Perkal Rug
Pediatra. Unidad de adolescencia. Hospital Santa Caterina de Gerona.

 

Fecha de publicación: 29 de febrero 2016

 

Adolescere 2016; IV (1): 59-62

 

Motivo de consulta

Adolescente varón de 12 años que consulta con su pediatra por presentar vómitos persistentes, alimentarios y “acuosos” de 60 días de evolución, hasta 31 episodios en un día. Algunos secundarios a tos y la mayoría espontáneos sin náuseas y precedidos por eructos intensos. Son postprandiales inmediatos y también diferidos. Refiere regurgitaciones y pirosis. No presenta fiebre ni alteración del hábito intestinal. La tos es el único síntoma no digestivo asociado. Se constata una pérdida ponderal de 3Kg en este período. Lleva 3 meses sin acudir a clases.Recibió tratamiento con Omeprazol y Domperidona sin mejoría sintomática.

Antecedentes personales

Asma extrínseca actualmente tratada con inmunoterapia y actualmente con Formoterol asociado a Fluticasona. Reflujo gastroesofágico (RGE) del lactante. Intolerancia a la lactosa que remitió al año de edad. Gastritis por H.Pylori (erradicado). Tos ferina un mes atrás tratada con Azitromicina. Calendario vacunal al día.

Antecedentes familiares

Madre con asma extrínseca y alergia a ácaros. Padre con TOC y depresión en seguimiento que requirió un ingreso en psiquiatría durante el seguimiento del paciente. Hermano de 6 años: alergia al huevo y a la PLV, edema de papila no relacionado a hipertensión endocraneal en estudio. La madre refiere que pasa muchas horas fuera de casa por trabajo y los niños están con su padre que está de baja laboral y cursando una reagudización importante de su patología.

Exploración física

Peso: 32,300 kg, Talla: 150cm, IMC: 14,35, TA:119/71, FC: 68xm Tanner: G2/P2 Normohidratado. Destacan palidez cutánea y astenia importante. La exploración por órganos y aparatos es normal.

Actitud terapéutica

Ante la sospecha de organicidad, se decide su ingreso para estudio.

Exámenes complementarios

1º Ingreso: Analítica sanguínea: Hematología: Serie roja normal. Eosinofilia del 17,2%. Bioquímica: ionograma, transaminasas, función renal, amilasa y EAB normales. Ferritina baja. IgA antitransglutaminasa negativa. Orina: sedimento normal. Materia fecal: sangre oculta negativa. Calprotectina:negativa. Esofagogastroscopia: esofagitis y gastritis crónica leve compatibles con gastritis eosinofílica.

2º Ingreso: Eosinófilos en esputo: negativos. TAC craneal: normal. TAC toracoabdominal: pinzamiento aortomesentérico que condiciona un pinzamiento de la vena renal izquierda y de la tercera porción del duodeno. Tránsito EGD: normal. Fibrolaringoscopia: normal.

Evolución

En el primer ingreso se diagnostica de gastritis eosinofílica y es dado de alta con tratamiento con Metilprednisolona, Ondansetron y Lanzoprazol asociados a una dieta fraccionada y Hierro oral sin mejoría clínica. A los 2 meses reingresa para completar el estudio.

Quedando descartada una base orgánica para los vómitos se realiza una interconsulta con Psiquiatría infantil orientando el proceso como vómitos psicógenos.

Diagnóstico Trastorno ansioso depresivo asociado a vómitos que se manifiestan como un tic

Tratamiento y seguimiento

Inicialmente Diazepam y luego Lorazepam asociados a Escitalopram. Al no haber mejoría se cambia la pauta a Pimozida asociada a Escitalopram. Psicoterapia cognitivo conductual. Profesor domiciliario.

Mejora paulatinamente la sintomatología. A los 12 meses se reincorpora parcialmente al instituto. A los 24 meses es dado de alta por psiquiatría, pero continua la psicoterapia. Acurre regularmente a clases y retoma sus entrenamientos de foot ball. Datos antropométricos actuales: Peso: 41,500 kg Talla: 165,5 cm IMC: 15.1 Tanner:G4/P4.

Discusión

El cuadro ansioso depresivo del paciente tiene su origen en un contexto familiar de enfermedad psiquiátrica severa del padre, actuando como desencadenante la tos ferina que inicialmente le provocaba vómitos secundarios a los accesos de tos y que luego se perpetuaron como sintomatología ansiosa en forma de tic.

La orientación diagnóstica inicial requería descartar:

Patología digestiva: reactivación del RGE secundario a la tos ferina; oclusión intestinal (el pinzamiento aortomesentérico observado en la RM no justifica la duración e intensidad de la sintomatología); enfermedad inflamatoria intestinal; enterocolitis eosinofílica inducida por proteínas.

Patología metabólica: cetoacidosis diabética; trastorno hidroelectrolítico.

Intoxicación: descartada por el interrogatorio.

Neurológica: una masa ocupante cerebral por ser vómitos repetitivos sin náuseas previas pero faltarían otros síntomas de hipertensión endocraneana.

Patología Psiquiátrica: trastorno de la conducta alimentaria: por la pérdida ponderal asociada a los vómitos, pero en el interrogatorio no se constató una alteración de la imagen corporal, ni los vómitos eran provocados; síndrome de rumiación en adolescentes que se asocia a regurgitaciones sin náuseas y pérdida ponderal; trastorno ansioso-depresivo: la evolución favorable posterior al tratamiento con Pimozida y Escitalopram confirman el diagnóstico.

 

Bibliografía

1. Carballo Belloso,J.J., Díez Suárez, A., Figueroa Quintana, A.,Soutullo Esperón, C. Depresión en Adolescentes.En: Hidalgo Vicario, M.I., Redondo Romero, A.M., Castellano Barca, G. Medicina de la Adolescencia.Atención Integral. 2ª Ed. Madrid. Ergon S.A.; 2012. p. 761-70

2. Sánchez Mascaraque, P., Martín de Francisco Murga, J., Cayrol Cancela, J. Ansiedad en la Adolescencia.En: Hidalgo Vicario, M.I., Redondo Romero, A.M., Castellano Barca, G. Medicina de la Adolescencia.Atención Integral.2ªEd.Madrid. Ergon S.A.; 2012. P.771-77

3. Forrest,J.S.,MD; Pataki, C.,MD;Kraft, C.A.,MD.Pediatric Dysthymic Disorder. Clinical Presentation.Medscape.Jan.03,2014.

4. Creswell, C.; Waite, P.; Cooper, P.J.Assessment and Management of Anxiety Disorders in Children and Adolescents,Arch Dis Child 2014,99(7) 674-678.

5. Brasic,J.R., MD; Pataky, C.; Windle, M.L.,PHARMD.Pediatric Obsessive-Compulsive Disorder.Clinical Presentation.Medscape.Jul 09,2015

6. Robertson,W.C,jr MD; Kao, A.,MD; Talavera, F.,PHARMAD,PHD.Tourette Syndrome and other Tic Disorders.Treatment & Management.Medscape.Sep 21,2015

7. Ferrif,F.,MDF.A.C.P.Tourette Syndrome.Ferri’s Clinical Advisor 2016

8. Di Lorenzo,C.,MD.Approach to the infant or child with nausea and vomiting.UpToDate.Jun 09,2015

 

 


Supervisión de la salud del adolescente — Exámenes de salud


 

Supervisión de la salud del adolescente — Exámenes de salud/p>

A. Redondo Romero
Pediatra. Acreditado en Medicina de la Adolescencia. Hospital Internacional Medimar. Alicante.

 

Fecha de recepción: 22 de diciembre 2015
Fecha de publicación: 29 de febrero 2016

 

Adolescere 2016 IV (1): 45-58

 

“Sólo se encuentra lo que se busca.
Sólo se diagnostica lo que se explora”.

Introducción

Los adolescentes, en general, gozan de buena salud, y por ello acuden poco al médico. Esa circunstancia ha ayudado a que no se desarrolle la atención médica integral a los jóvenes sanos, de la misma forma que ocurre con la etapa infantil. Pero los grandes cambios físicos y psicosociales que ocurren durante esta etapa son tan importantes y trascendentes que justifican la necesidad de llevar un control periódico de salud en la adolescencia. De hecho su propia morbimortalidad se beneficiaría de la realización de estos exámenes, ya que se podrían detectar problemas o disfunciones que no hayan dado aún la cara.

El pediatra va a tener pocas oportunidades de examinar al adolescente, teóricamente sano, por lo que no hay que desaprovechar ninguna de estas escasas ocasiones que se van a presentar.

Los exámenes de salud

Los exámenes de salud detectan problemas o variantes de la normalidad desde el punto de vista bio-psico-social

Los exámenes de salud (ES) son actividades destinadas a detectar algún problema o variante de la normalidad, desde el punto bio-psico-social, convirtiéndose además en una importante oportunidad para realizar actividades preventivas. No son pocos los autores que consideran que los exámenes sistemáticos de salud son uno de los factores que más han contribuido a mejorar la salud infantojuvenil.

Para poder diseñar estas actividades hay que tener presente los factores individuales y conocer las principales causas de morbimortalidad de esta etapa derivada, en muchos casos, del estilo de vida en los países donde viven y que es, por tanto, susceptible de prevención (accidentes, toxicomanías, problemas del ámbito sexual o de adaptación social,…).

Objetivos de la supervisión de salud

— Potenciar la relación médico-adolescente-familia que favorezca la promoción de salud, fuera de la tensión que suponen las visitas por una enfermedad, y que facilita poder concertar próximas visitas.

— Identificar problemas de salud evidentes o potenciales en el adolescente, aparentemente sano.

— Asegurar una adecuada inmunización.

— Cada visita es una oportunidad única de realizar la detección precoz de factores de riesgo con la finalidad de indicar y llevar a cabo medidas preventivas específicas.

— Promocionar medidas educativas o de guía para el paciente.

— Estimular al adolescente para que se haga responsable de su propia salud.

Etapas de la adolescencia

La base para poder trabajar con adolescentes es conocer bien las características propias de cada una de las etapas por las que van a pasar y las repercusiones que pueden traer consigo.

La base para poder trabajar con adolescentes es conocer bien las características propias de cada una de las etapas por las que van a pasar y las repercusiones que pueden traer consigo

La adolescencia temprana (de 10 a 13 años en niñas; de 12 a 14 años en niños) reúne unas características específicas:

• Rápido crecimiento y desarrollo sexual.

• Comienza a disminuir el contacto y relación con la familia.

• Empieza la oposición a la autoridad paterna.

• Se concentra en las relaciones con su grupo de edad y se va a comparar con los compañeros de su mismo sexo.

• Inicia el pensamiento abstracto.

• Desde el comienzo de la pubertad se preocupa cada vez más de su propio cuerpo y su imagen corporal. Esto trae consigo que lo primero que se pregunta es ¿soy normal?; está preocupado por el desarrollo de sus características sexuales; puede pensar de forma más abstracta y comienza a tomar en consideración todas las posibilidades para su vida. Hay que animarle a que acuda sólo a la consulta.

Cuando llega la adolescencia media (13-16 años en chicas; 14-17 años en chicos) las características van cambiando:

• Principales conflictos con los padres, en cuanto a su independencia.

• Su grupo de edad va a marcar sus pautas de conducta.

• Le preocupa su capacidad para relacionarse con el sexo opuesto, e inicia la experimentación sexual.

• Aumenta su crecimiento cognoscitivo.

• Es idealista y altruista.

De la misma forma que sus repercusiones:

• Hay que favorecer su independencia.

• Comienzan la conducta y experiencias sexuales.

• Los compañeros determinan si se adapta o no a determinadas reglas.

• Inicia la capacidad de establecer objetivos para el futuro.

La adolescencia tardía, es el paso previo a convertirse en adulto joven.

• La emancipación está casi asegurada.

• Persiste la preocupación por sus estudios o trabajo.

• Aceptación de su imagen corporal.

• Aceptación de su rol social.

• Aumentan las habilidades sociales y las relaciones íntimas.

• Las relaciones ya no son narcisistas.

• El desarrollo cognoscitivo sigue madurando.

Y también trae sus consecuencias:

• Con la emancipación comienza a reconocer las consecuencias de sus acciones.

• Se ha establecido un código moral.

• Puede hacerse partícipe de todas las opciones.

• Puede hablar y discutir sobre objetivos vitales.

• Permiten al médico y paciente ser más directos en sus preguntas y respuestas.

Frecuencia de los exámenes de salud

Numerosos especialistas (Neistein, García-Tornel, etc.) proponen que el control sanitario del adolescente no debe ser inferior a una visita anual.

La Asociación Médica Americana recomienda en adolescentes al menos tres exploraciones entre los 11 y 21 años

La Asociación Médica Americana (AMA) recomienda una entrevista sólo a los padres al menos al comienzo y a la mitad de la adolescencia, ya que considera que es útil para clarificar antecedentes familiares y personales, conocer preocupaciones sobre salud, comportamiento y desarrollo del hijo y aprovechar para proporcionar asesoramiento sanitario.

La Guía de la AMA para actividades preventivas en adolescentes recomienda al menos tres exploraciones entre los 11 y los 21 años.

El Comité de Prácticas y Medicina Ambulatoria de la Academia Americana de Pediatría recomienda historia, examen físico, evaluación del comportamiento y desarrollo y consejos preventivos a los 10, 12, 14, 16, 18 y 20 años.

El Cuerpo Especial de Servicios Preventivos de EE.UU. hace unas recomendaciones sobre el control periódico de la salud basado en el riesgo de salud y en la edad, separándolas en un grupo de 7 a 12 años, y en otro de 13 a 18.

En España cada comunidad autónoma tiene previsto un calendario de visitas programadas de salud, que, en general, llegan hasta los 14-15 años. En casi todos ellos se recomiendan 2 o 3 controles en ésta etapa.

El examen de salud en la adolescencia

Las técnicas del examen de salud deben ser sencillas, poco costosas, seguras, precisas, sensibles y específicas

Las técnicas del examen de salud (ES) son similares a las realizadas en las edades más jóvenes; siempre hay que procurar que sean sencillas, poco costosas, seguras, precisas, sensibles y específicas y, por supuesto, han de poder adaptarse a las circunstancias individuales del adolescente. Además, los resultados deben poder compararse con los de otras visitas.

Principalmente el ES se va a centrar en una completa historia clínica o anamnesis, la imprescindible exploración física, la evaluación de crecimiento y desarrollo y, como fin, el consiguiente diagnóstico, que irá acompañado de unas orientaciones posteriores o guías anticipatorias específicas para cada edad.

Antes de hacer el examen de salud a esta edad, es conveniente recordar que si bien hasta este momento la familia acudía a consulta con su hijo o hija, a partir de ahora el adolescente puede acudir acompañado o no a la consulta. De esa forma el médico que va a realizar este examen de salud va ser testigo del traspaso de poderes, de padres a adolescente, pudiendo estar ante la última oportunidad de hacer medicina preventiva.

Historia clínica

La base de una buena relación con el adolescente está en conseguir su confianza, y para ello debe encontrar un profesional con quien pueda comunicarse, que no haga juicios de valor y le estimule para que abandone actitudes insanas, si las tuviera.

Cuando el paciente es conocido por el pediatra, tratar determinados temas delicados se hará con más confianza y franqueza. En cambio, si es la primera vez que se atiende al adolescente hay que tener mucha cautela y delicadeza para captar la confianza del adolescente.

Como en toda historia clínica la información que se recibe debe ser actualizada con cierta periodicidad, buscando los cambios tanto protectores como de riesgo o vulnerabilidad individuales y familiares, para poder adaptar la nueva “estrategia preventiva”. (Tabla I)

La entrevista se realizará por separado al adolescente y a su familia, evitando interrupciones y no realizando juicios de valor

Cuando la madurez así lo permita, la entrevista se realizará por separado al adolescente y a su familia. Con el adolescente hay que escribir lo menos posible, evitando interrupciones o hacer juicios de valor.

Uno de los aspectos más importantes es la evaluación psicosocial del progreso del adolescente en su independencia (relación con padres), su identidad sexual (relación con compañeros) y de su papel en la sociedad (integración escolar).

El interrogatorio ha de ir adaptado a la edad y madurez del paciente.

Cuando se pregunte sobre determinados aspectos, hay que tener muy presente las situaciones de mayor riesgo en cada etapa.

En alimentación: si practican la comida en familia, el uso de dietas de adelgazamiento, si son vegetarianos o tiene problemas de obesidad. Y todo lo relacionado con los trastornos del comportamiento alimentario.

En cuanto a los hábitos higiénicos: conocer su higiene general y dental, el descanso nocturno o posibles trastornos del sueño, así como el ritmo de las deposiciones.

Hay que conocer si sus hábitos son sedentarios o activos. También si practica algún deporte, entrando en los detalles de tipo y horas de actividad física/semana, aprovechando para desaconsejar ejercicio anaeróbico (pesas y musculación) a menores de 16 años.

Las aficiones y el uso del tiempo libre tienen cada vez más interés. Interesa conocer sus actividades, a qué dedica ese tiempo libre y las horas que dedica a TV, ordenador, internet, videojuegos,…No olvidar el uso del teléfono móvil.

Es una buena ocasión para conocer su estado vacunal.

Siempre habrá que evaluar:

• Su conducta social en el hogar. Comunicación / relación entre padres e hijo.

• La conducta social con los amigos.

• Sus conductas alimentarias.

• Su actividad sexual.

• Si tiene hábitos de consumo de tóxicos (alcohol, tabaco o drogas).

Puede ser muy útil disponer de un guión que, además de facilitar la conversación, sirva para recordar los puntos más importantes a tener presentes en la anamnesis. Los Dres. García Tornel y Gaspá Martí han desarrollado el acrónimo F.A.C.T.O.R.E.S. de gran utilidad práctica (Tabla II).

Exploración física completa

Durante la adolescencia, esta exploración no debe nunca convertirse en un acto frío y rutinario, pudiendo convertirse en una prolongación de la entrevista; debe aprovecharse para contestar las dudas en áreas concretas e iniciando la conversación sobre temas íntimos. Gran importancia va a tener la actitud que tenga el adolescente durante la exploración (rechazo, colaboración, carácter, etc.).

En el examen del adolescente lo decisivo no son las técnicas ni los instrumentos. De hecho se realizará en una sala aislada, tras un biombo o mampara; se dispondrá de una bata, sábana o toalla para respetar su pudor; la presencia de familiares y/o personal auxiliar dependerá de la edad, del sexo o de las circunstancias individuales de cada paciente, debiendo contar con la opinión del adolescente. Se evitará la entrada de personas en la sala de exploración.

La exploración física será completa, tal y como se detalla en otro capítulo de este manual, aunque vale la pena destacar los siguientes puntos:

En la exploración del adolescente es muy importante la valoración auxológica (peso, talla, IMC), para descartar la presencia de obesidad o trastorno del comportamiento alimentario

Los valores de peso y talla se deben comparar con las tablas de crecimiento y conocer el índice de masa corporal (IMC) (n: 19,2-24,9), para poder conocer si existe obesidad (>29) o se está ante una dieta incorrecta o un riesgo de anorexia nerviosa (<15). La información realizada sobre las curvas de crecimiento le hará comprender mejor al adolescente su estado actual.

La valoración del estadio puberal es más fácil de entender si se muestran los dibujos que representan este desarrollo y se le indica su situación en ese momento.

En la toma de la tensión arterial, y ante la presencia de unas cifras altas han de ser comprobadas en tres controles posteriores, comparándolas con las tablas de referencia. No hay que olvidar que el consumo de drogas, alcohol, medicamentos (anticonceptivos, antiinflamatorios, antidepresivos, anfetaminas, gotas nasales, etc.) o regaliz pueden subir las cifras tensionales.

Resaltar la importancia de la exploración de la función visual que uno de cada cinco niños de 7 años desarrollará una miopía antes de los 16 años. También se pueden detectar estrabismos (4% a los 12-17 años).

Al valorar la función auditiva puede dar la cara una hipoacusia, que es más frecuente en chicos que en chicas. Hay que considerar factor de riesgo la exposición a música rock a alto volumen.

En la boca, la gingivitis tiene su mayor prevalencia entre los 12 y 17 años. La caries y la mala oclusión dentaria son muy frecuentes.

El cribado de escoliosis es de gran interés teniendo en cuenta la evidencia científica. Las que debutan en esta etapa son las más graves y frecuentes.

La exploración de genitales cobra especial importancia en los que son sexualmente activos.

El acné sigue siendo la patología más frecuente y la que más les preocupa.

En las adolescentes hay que incluir la edad de la menarquia y la regularidad o no de los ciclos menstruales

En las chicas hay que conocer la fecha de la menarquia, si la han tenido, y las características de su menstruación, sugiriéndoles que lleven ellas su propio calendario menstrual.

Pruebas complementarias

Sólo serán necesarias en determinados casos:

• La prueba de tuberculina, en población de riesgo.

• Determinación de hematocrito y hemoglobina en casos de nutrición deficiente o en chicas que tengan menstruaciones muy intensas.

• Estudio de colesterol en población de riesgo.

• Pruebas específicas en adolescentes con actividad sexual con penetración.

• Ante la solicitud de anticonceptivos.

• Trastornos ginecológicos (flujo vaginal, dismenorrea que no cede con antiinflamatorios, dolor de abdomen inferior, amenorrea).

Diagnóstico

Antes de finalizar la consulta, el pediatra informará al adolescente de su conclusión, haciendo un breve resumen de lo realizado y de su diagnóstico de buena salud, si así fuera. Si hubiera encontrado alguna disfunción, lo comentará y justificará su tratamiento, la petición de pruebas complementarias o la derivación a algún especialista, en caso de necesidad. Es un buen momento para que el adolescente pueda hacer las preguntas y aclarar sus dudas.

Para terminar: educación sanitaria

Al terminar el examen y tras comentar su estado actual se pueden sugerir hábitos a modificar, si los hubiere, y brindar información sobre el futuro a corto y medio plazo.

La educación para la salud es una herramienta preventiva y, por ello, cada encuentro de salud se puede convertir en una oportunidad para comentar de forma anticipada las necesidades de salud del adolescente. La información se ofrecerá siempre de forma verbal, pudiendo estar apoyado en material por escrito, que reforzará lo que se ha comentado. (Tabla III)

La educación para la salud es una herramienta preventiva y, por ello, cada encuentro de salud se puede convertir en una oportunidad para comentar de forma anticipada las necesidades de salud del adolescente

Los objetivos de prevención en esta edad, para Steinhauer, deberían incluir:

• Prevención de evasión prematura de la escuela. Si no se completa la etapa escolar, se duplica el tiempo en que esa persona quedará desempleada y dependiente del gobierno durante toda la vida.

• Prevención de delincuencia y/o parar la progresión de delincuencia menor para criminalidad adulta grave y a largo plazo.

• Prevención de embarazo de adolescentes que, si no es apoyado por la familia de la joven madre, frecuentemente ponen a ambos, madre e hijo, en una situación de dependencia para toda la vida.

• Prevención del hábito de fumar, alcoholismo y/o abuso de otras sustancias.

• Prevención de suicidio.

• Preparar a los jóvenes para el paso con éxito de la escuela al trabajo.

• Prevención del desempleo.

• Prevención de comportamientos de riesgo (drogas, sexo sin protección, vehículos a motor, el uso de armas).

• Preparación para ser padres responsables en la vida adulta y para lograr una autonomía con éxito.

Neinstein apunta que «algunas conductas de riesgo» pueden ser evitadas con medidas de prevención (uso de bebidas alcohólicas, tabaco o marihuana, práctica sexual desprotegida, delincuencia, actitudes antisociales,…). Una intervención adecuada puede dar la ocasión de prevenir el comienzo de comportamientos insanos (por los que luego habrá que tratar las secuelas) o de intervenir en otros que ya se hayan instaurado y que hagan peligrar la salud.

Sin quitar importancia a las campañas de educación sanitaria, Gordon (1983) opina que la intervención que refuerza la resiliencia tiene carácter personal específico y no es generalizable a todo un grupo de gente joven.

Existen unas estrategias que los profesionales sanitarios podemos conocer en el momento de asesorar o informar a nuestros pacientes (Tabla IV) buscando la eficacia

Guías anticipatorias para adolescentes

Los adolescentes, en general, están muy interesados en los cambios que sufre su cuerpo, siendo muy receptivos a la información que se les ofrece, sobre todo cuando se ha detectado un problema. Por ello hay que aprovechar esa curiosidad e interés para fomentar su responsabilidad individual. Necesitan información, formación, confianza en sí mismos, habilidad para tomar decisiones y capacidad de resistencia frente a las decisiones de sus compañeros.

Necesitan información, formación, confianza en sí mismos, habilidad para tomar decisiones y capacidad de resistencia frente a las decisiones de sus compañeros

Si reciben información sobre cuáles son las conductas de riesgo más habituales, les ayudará a potenciar los factores protectores:

• Lesiones por vehículos a motor.

• Actividad sexual: ITS y anticoncepción.

• Hábitos tóxicos (tabaco, alcohol y drogas).

• Riesgos en la alimentación.

• Preocupación por su imagen corporal.

• Problemática escolar.

• Deporte no controlado.

• Soledad.

• Tele y ciberadicción.

• Música a altísimo volumen.

• Aficiones/tiempo libre.

Para todo ello, la «Guía de la A.M.A.» ofrece unas pautas que, en lo referente a los adolescentes, se centran en:

• Promover una mejor comprensión de su crecimiento físico, su desarrollo psicosocial y psicosexual, y la importancia de involucrarse en decisiones que conciernen a la atención a su salud.

• Promover la reducción de accidentes.

• En hábitos dietéticos: los beneficios de una dieta sana y las formas de llevarla a cabo, así como el manejo saludable de su peso.

• Los beneficios del ejercicio físico, y el estímulo para practicarlo de forma regular.

• Comportamientos sexuales responsables, incluyendo la abstinencia.

• Promover la abstinencia del tabaco, alcohol, drogas y esteroides anabolizantes.

Guías anticipatorias para padres

Al terminar los exámenes de salud los padres también podrían recibir cierta información, de forma que conozcan mejor el camino que tienen por delante. Los padres la necesitan para que puedan asumir con orgullo y seguridad el nuevo rol que empiezan a jugar sus hijos y ellos mismos.

Han de saber que cuando ven que sus hijos “pierden el tiempo” y “sueñan despiertos”, esto forma parte del desarrollo normal de la adolescencia. La evolución de la autonomía es parte de ese proceso normal que le va a llevar a convertirse en adulto, pudiendo favorecerse esta desde la propia familia; en la mayoría de las ocasiones será un paso previo a la responsabilidad.

Sería bueno recordar unos puntos:

• No se preocupe si no tiene ganas de participar en alguna de las actividades de la familia, o que intente retar la autoridad de los padres.

• Negocie lo que puede hacer el hijo por sí mismo, incluido el tiempo en el que esté sólo en casa.

• Establezca unas expectativas reales para las normas familiares, favoreciendo el incremento de la autonomía y la responsabilidad del adolescente.

• Los límites establecidos han de ser claros, así como las consecuencias de saltárselos.

• Interésese por sus actividades escolares, y destaque la importancia de la escuela.

• Favorezca su autoestima, elogiándole y reconociendo sus éxitos y conductas positivas.

• Minimice la crítica, reprimendas y comentarios degradantes que rebajan su dignidad.

• Dedíquele tiempo y respete su necesidad de intimidad.

• Estimule su independencia en la toma de decisiones, cuando sea apropiado.

• Comente sus planes para vivir de forma independiente (manejo del dinero, cuidados de salud, preparación de la comida, educación, trabajo, estudios,…).

Una de las dificultades que tienen muchos padres es la comunicación con sus hijos adolescentes; además de buscar puentes para favorecer ésta hay que intentar evitar las barreras que puedan surgir cuando se les compara con otros adolescentes, se dan discursos moralizantes o se resta importancia a sus problemas; no ayuda nada cuando se utilizan frases humillantes como «…El problema contigo es… ¿Cómo me pudiste hacer esto?… ¿Eso es todo? ¿Pensaba que era algo importante?… En mis tiempos… Estas equivocado… ¿Cómo te puedes sentir así?… Es de tontos decir eso… No me molestes ahora… Eres estúpido… loco… incompetente…».

Desde este prisma se podría ofrecer alguna recomendación a los padres sobre la convivencia con sus hijos (Tabla V) y orientar de todo aquello que deberían tener presente cuando lleguen las temidas situaciones de riesgo de sus hijos (Tabla VI).

Cuando se conocen las cosas es mucho más fácil actuar; se da menos importancia y se dramatiza menos en los momentos de fricción, al poder verlos como normales.

 

Tablas y figuras

Tabla I. La anamnesis

Historia prenatal, perinatal y neonatal

• Enfermedades anteriores, hospitalizaciones e intervenciones quirúrgicas

• Enfermedades crónicas

• Hábitos alimentarios

• Revisión calendario vacunal

• Rendimiento escolar y actividades extraescolares

• Historia familiar de problemas médicos y de salud mental

• Dinámica familiar y relaciones con el adolescente

Tabla II. Acrónimo F.A.C.T.O.R.E.S.

F-AMILIA:

relación con padres, hermanos grado de satisfacción (1)

A-MISTADES:

actividades deporte

tipo de relaciones

grado de satisfacción (1)

C-OLEGIO:

rendimiento

grado de satisfacción (1)

T-OXICOS:

experimentación-abuso (2)

tabaco

alcohol

drogas

O-BJETIVOS:

estudios

trabajo

familia

ideales

ilusiones (3)

R-IESGOS:

deportes (4)

moto

coche

ambientes violentos

medicaciones

abuso sexual

régimen alimentario

E-STIMA:

aceptación personal

autoestima

valoración imagen

S-EXUALIDAD:

información (5)

identidad

actividad

precauciones

homosexualidad

(1)Puntuar el grado de felicidad o satisfacción en cada uno de estos apartados, de 0-10

(2)Preguntar «alguna vez has probado…».En caso afirmativo, profundizar sobre experimentación o abuso,y comportamiento de sus compañeros.

(3)Todos tienen más o menos ilusión en hacer algo. Hay que descartar algún conflicto o signo depresivo.

(4) Cierto grado de riesgo va implícito en la vida adolescente, por ello hay que repasar todos sin olvidar el M-A-R.

(5)Preguntar de forma delicada.

Tabla III. Material divulgativo y educativo

Desarrollo normal en la adolescencia

• Dieta equilibrada – Obesidad

• Trastornos alimentarios: anorexia nerviosa y bulimia

• Menstruación y sus variaciones normales. Dismenorrea

• Ginecomastia

• Autoexamen mamario

• Autoexamen escrotal

• Homosexualidad

• Sexualidad (SIDA, ETS, anticonceptivos, prevención embarazo, etc.)

• Alcohol, tabaco, otras drogas

• Abusos sexuales

Fracaso escolar

• Depresión

• Acné

Tabla IV. Estrategias para el asesoramiento y la información de los pacientes según el US Preventive Services Task Force

Limitar la información a las percepciones del paciente

Informar al paciente sobre los propósitos y los efectos que cabe esperar de las conductas propuestas

Sugerir pequeños cambios, en vez de grandes cambios

Ser concreto

Es más fácil añadir nuevos comportamientos que eliminar otros ya establecidos

Enlazar nuevas conductas con las antiguas

Es preferible que los mensajes sean firmes y directos

Obtener de la familia y del adolescente compromisos explícitos

Utilizar la combinación de estrategias (consejo individual, material escrito, material audiovisual, reuniones de grupo, recursos de la comunidad…)

Implicar a todo el equipo que trabaja en el programa de atención a la infancia

Remitir a la familia a otros recursos educativos (libros, grupos de autoayuda,..)

Vigilar el progreso y mejorar con la evaluación el consejo de salud

Tabla V. Recomendaciones a los padres de los adolescentes

1. Escuchar al adolescente

2. Emitir mensajes claros

3. La negociación va a ser una herramienta cotidiana

4. Considerar sus comentarios seriamente

5. Evitar mantener un pulso para ver «quien puede más»

6. Mostrar interés y preocupación por sus actividades

7. Demostrar confianza en el adolescente

8. Resaltar los atributos positivos del adolescente

9. Poner recursos al alcance del adolescente

10. Respetar la intimidad de cada uno

11. Resolver los conflictos juntos

12. Los adolescentes necesitan límites firmes, fáciles y explícitos, siendo muy beneficiosa su participación para fijar éstos

Tabla VI. ¿Qué deberían tener presente los padres ante las situaciones de riesgo de sus hijos?

1. Asumir riesgos constituye un rasgo importante, aunque preocupante, del desarrollo adolescente

2. La familia debe adoptar el modelo de vida que se desea transmitir a los hijos

3. Cuando se comentan los riesgos de una acción que un hijo va a emprender, hay que procurar llegar a un acuerdo para que dicha experiencia resulte relativamente segura

4. La negociación puede lograr un compromiso para que el hijo acepte no asumir un riesgo mayor

5. El adolescente debe ser capaz de manejar, sin ayuda, la mayoría de los riesgos; ante situaciones concretas debe saber que si se sobrepasan los límites, los padres actuarán con energía

 

Figura I. Algoritmo examen salud adolescente

 

Bibliografía

1. Cansino Campuzano A. Exámenes periódicos de salud. Tratado de Pediatría Extrahospitalaria SEPEAP. 2ª edición. Ed. Ergón 2011: 17-24

2. García-Onieva Artazcoz M. Exámenes de salud. Guía anticipatoria. Pediatría Extrahospitalaria. Ed. Ergón 2008:69-74.

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6. Guía de actividades preventivas por grupos de edad 2007 http://www.aepap.org/previnfad/actividades.htm

 

 
 


La incidencia de la Ley 26/2015 en la Ley 41/2002 sobre capacidad de los menores de edad en el ámbito sanitario


 

La incidencia de la Ley 26/2015 en la Ley 41/2002 sobre capacidad de los menores de edad en el ámbito sanitario

N. de la Horra Vergara
Letrada Jefe de la Gerencia de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León.

 

Fecha de recepción: 15 de enero 2016
Fecha de publicación: 29 de febrero 2016

 

Adolescere 2016; IV (1): 35-43

 

Resumen

En este artículo se trata de abordar quien determina el grado de madurez del menor, tras la incidencia de la ley 26/2015, así como la actuación a seguir ante situaciones de grave riesgo para la vida y salud del menor..

Palabras clave: madurez del menor, capacidad, ley, riesgo, salud

Abstract

This article seeks to address who determines the degree of maturity of a minor, upon the occurrence of Law 26/2015, and the actions to follow in situations of serious risk to the life and health of a minor.

Key words: child’s maturity, capability, law, risk, health

 

La protección del interés superior del menor es, sin duda, el principio rector de toda la legislación en materia de menores

La protección del interés superior del menor es, sin duda, el principio rector de toda la legislación en materia de menores.

Tanto en el ámbito internacional como en el ordenamiento jurídico interno, se ha ido asentando como criterio general el reconocimiento del derecho de los menores a su autodeterminación, partiendo de una interpretación restrictiva de las limitaciones a la capacidad de obrar de los menores de edad, cuya única justificación reside en la protección del interés supremo del menor, lo que implica que el menor pueda ejercer directamente sus derechos fundamentales tan pronto como tenga capacidad para ello.

La mejora de los instrumentos de protección jurídica a la infancia y la adolescencia y la pretensión de constituir una referencia para las comunidades autónomas en el desarrollo de sus respectivas legislaciones en la materia justifican la profunda reforma del sistema de protección de menores que se ha llevado a cabo mediante la aprobación de la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y la adolescencia, y la Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y la adolescencia, esta última introduciendo aquellos cambios necesarios en los ámbitos que constituyen materia orgánica, al incidir en derechos fundamentales y libertades públicas contempladas en los artículos 14, 15, 16, 17 y 24 de la Constitución Española.

En la Ley Orgánica 8/2015, que modifica determinados preceptos de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de protección jurídica del menor, se concreta el concepto de “interés superior del menor”, incorporando los criterios sentados en la jurisprudencia del Tribunal Supremo y los marcados en la Observación General Nº 14 del Comité de las Naciones Unidas sobre Derechos del Niño, con un triple contenido, como derecho sustantivo, como principio jurídico interpretativo fundamental y como norma de procedimiento, con el objetivo último de garantizar el pleno reconocimiento y respeto de los niños como titulares de derechos.

Los criterios generales que rigen el interés superior del menor, a tenor de lo dispuesto en el artículo 2 de la Ley Orgánica 1/1996, en su actual redacción, se centran en la protección del derecho a la vida, supervivencia y desarrollo del menor, así como la satisfacción de sus necesidades básicas, y la consideración de los deseos, sentimientos y opiniones del menor, en función de su edad, madurez, desarrollo y evolución personal. Dichos criterios se han de ponderar teniendo en cuenta la edad y madurez del menor, conforme a los principios de necesidad y proporcionalidad.

La Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, impone una interpretación restrictiva de las limitaciones a la capacidad de obrar de los menores, que pudieran derivarse del hecho evolutivo, considerando al menor sujeto activo, participativo y creativo, con capacidad de modificar su propio medio personal y social, de participar en la búsqueda y satisfacción de sus necesidades y en la satisfacción de las necesidades de los demás, adaptando la maduración jurídica del menor a su evolución biológica.

En este sentido, ya el propio Código Civil, en su artículo 162, exceptúa de la representación legal de los padres, entre otros, los actos relativos a los derechos de la personalidad que el hijo, de acuerdo con su madurez, pueda ejercitar por sí mismo, sin perjuicio de la intervención de los responsables parentales en virtud de sus deberes de cuidado y asistencia.

Madurez: capacidad de comprender y evaluar las consecuencias de un asunto determinado

La Observación General Nº 12 del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas define el término “madurez” como la capacidad de comprender y evaluar las consecuencias de un asunto determinado; es la capacidad de un niño para expresar sus opiniones sobre las cuestiones de forma razonable e independiente, tomando en consideración los efectos del asunto de que se trate, de suerte que cuanto mayores sean los efectos del resultado en la vida del niño, más importante será la correcta evaluación de la madurez de ese niño.

En el ámbito sanitario, la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica, recogió ese principio de autodeterminación del menor de edad, como forma de manifestación fundamental del respeto al principio de autonomía del paciente.

La Ley 41/2002 estableció diferentes estadios en la participación de los menores en la toma de decisiones en el ámbito sanitario.

Así, se establece que el consentimiento se prestará por los representantes legales en el caso de menores de edad que no sean intelectual ni emocionalmente capaces de comprender el alcance de la intervención de que se trate, previa audiencia a los menores cuando éstos tengan suficiente madurez, lo que se les presumirá, en todo caso, cumplidos los doce años.

Constituye una de las novedades incluidas en la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor por la Ley Orgánica 8/2015, una regulación más prolija del derecho del menor a ser oído y escuchado.

A estos efectos, se establece la garantía de que el menor, cuando tenga suficiente madurez, pueda ejercitar este derecho a ser oído y escuchado por sí mismo o a través de la persona que designe para que le represente.

Se introduce, asimismo, la exigencia de que la madurez sea valorada por personal especializado, teniendo en cuenta tanto el desarrollo evolutivo del menor como su capacidad para comprender y evaluar el asunto concreto a tratar en cada caso.

Se considera, en todo caso, que el menor tiene suficiente madurez cuando tenga doce años cumplidos.

Se considera que el menor tiene suficiente madurez con 12 años cumplidos. A los 16 años o menores emancipados se reconoce la llamada mayoría de edad sanitaria

Alcanzados los dieciséis años o tratándose de menores emancipados, se reconoce, con carácter general, la llamada mayoría de edad sanitaria.

Un inciso debe hacerse en relación con los menores emancipados, puesto que es el propio Código Civil, en su artículo 323, la norma que asimila la emancipación a la mayoría de edad, con los efectos jurídicos que de ello se derivan.

Partiendo de que la casuística y la problemática son inabarcables, sin duda, uno de los aspectos más necesitados de concreción práctica es el del menor maduro.

Se define como menor maduro a aquel menor con capacidad intelectual y emocional para comprender el alcance de la intervención de que se trate. En esta situación se encuentran los menores de 16 y 17 años que no sean incapaces o estén incapacitados, los menores emancipados y los menores de menos de dieciséis años cuando, a criterio del facultativo, tengan suficiente madurez para consentir; esto es, que sean capaces de comprender la naturaleza y las consecuencias de una determinada actuación en el ámbito de la salud.

Menor maduro es aquel menor con capacidad intelectual y emocional para comprender la intervención de que se trate

En cualquier caso, la edad no opera en la Ley 41/2002 como criterio absoluto de capacidad, sino que supone una inversión de la carga de la prueba, y ello porque, como apuntaba la Fiscalía General del Estado en su Circular 1/2012 “el desarrollo cognitivo y emocional no va ligado de manera uniforme a la edad biológica”.

Se sigue, en este punto, la línea marcada en la Observación General Nº 12 antes mencionada que, en este aspecto, considera que la edad en sí misma no puede determinar la trascendencia de las opiniones del niño. “Los niveles de comprensión de los niños no van ligados de manera uniforme a su edad biológica. Se ha demostrado en estudios que la información, la experiencia, el entorno, las expectativas sociales y culturales y el nivel de apoyo contribuyen al desarrollo de la capacidad del niño para formarse una opinión. Por este motivo, las opiniones del niño tienen que evaluarse caso por caso”.

Respecto de los menores con dieciséis años cumplidos, se considera que han alcanzado la llamada por algún sector doctrinal “mayoría de edad simple”, desde una perspectiva sanitaria, lo que se traduce en que tienen reconocida plena capacidad para aceptar o rechazar información clínica, elegir la opción clínica disponible, aceptar o rehusar tratamientos médicos y mantener o revocar el consentimiento informado.

Por encima de los dieciséis años se presume la capacidad con carácter general, por lo que si, a criterio del médico, el menor carece de dicha capacidad, deberá aquél demostrar la falta de capacidad.

Por debajo de los dieciséis años, sin perjuicio de que los menores hayan de ser oídos y escuchados, se presume la ausencia de la citada capacidad, lo que significa que para aceptar la decisión del menor sin participación de sus representantes legales, el médico habrá de demostrar que el menor tiene capacidad suficiente para tomar la decisión concreta en el momento concreto de que se trate

Por debajo de los dieciséis años, sin perjuicio de que los menores hayan de ser oídos y escuchados, se presume la ausencia de la citada capacidad, lo que significa que para aceptar la decisión del menor sin participación de sus representantes legales, el médico habrá de demostrar que el menor tiene capacidad suficiente para tomar la decisión concreta en el momento concreto de que se trate.

Señalan, en este sentido, OGANDO DÍAZ y GARCÍA PÉREZ que “la capacidad y madurez de una persona, sea ésta mayor o menor de edad, debería medirse por sus capacidades formales de juzgar y valorar las situaciones, y no por el contenido de los valores que asuma o maneje o por la aparente irracionalidad de las decisiones”, añadiendo que “el error clásico ha sido considerar inmaduro o incapaz a todo aquel que tenía un sistema de valores distinto del considerado adecuado por los profesionales, y que pretendía tomar decisiones en contra de la opinión experta”. Concluyen que una persona se considera competente para tomar una decisión concreta si comprende la información que recibe y los valores en juego, si aprecia las consecuencias más relevantes de las diferentes opciones y si asume la decisión tomada en coherencia con sus valores personales, teniendo en cuenta, por supuesto, que el grado de capacidad que se exige para tomar decisiones no siempre es el mismo, sino que depende del tipo de decisión y de sus consecuencias, y que puede variar a lo largo del tiempo en un mismo individuo.

De este modo, cuanto más trascendentales o irreversibles sean las consecuencias de la decisión que haya de adoptarse, más importante será evaluar correctamente la madurez y más rigurosa deberá ser la apreciación de sus presupuestos.

No obstante lo apuntado, la mayoría de edad sanitaria cede en los casos de actuación de grave riesgo para la vida o la salud del menor, en cuyo caso, la Ley 41/2002, en su redacción anterior, exigía, sin perjuicio del consentimiento del menor, que se informara a los padres y que su opinión fuera tenida en cuenta en la toma de la decisión correspondiente.

Del mismo modo, la Ley 41/2002 excluía de la mayoría de edad simple la práctica de ensayos clínicos y la práctica de técnicas de reproducción humana asistida, que se regirán por lo establecido con carácter general sobre mayoría de edad civil y por las disposiciones especiales de aplicación.

La Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia, ha introducido, en su disposición final segunda, una reforma de la Ley 41/2002, “incorporando los criterios recogidos en la Circular 1/2012 de la Fiscalía General del Estado sobre el tratamiento sustantivo y procesal de los conflictos ante transfusiones de sangre y otras intervenciones médicas sobre menores de edad en caso de riesgo grave”.

El artículo 9 de la Ley 41/2002 queda redactado en los siguientes términos:

1. La renuncia del paciente a recibir información está limitada por el interés de la salud del propio paciente, de terceros, de la colectividad y por las exigencias terapéuticas del caso. Cuando el paciente manifieste expresamente su deseo de no ser informado, se respetará su voluntad haciendo constar su renuncia documentalmente, sin perjuicio de la obtención de su consentimiento previo para la intervención.

Los facultativos podrán llevar a cabo intervenciones clínicas indispensables en favor de la salud del paciente, cuando exista riesgo inmediato grave para la integridad psíquica o física o riesgo para la salud pública

2. Los facultativos podrán llevar a cabo las intervenciones clínicas indispensables en favor de la salud del paciente, sin necesidad de contar con su consentimiento, en los siguientes casos:

a) Cuando existe riesgo para la salud pública a causa de razones sanitarias establecidas por la Ley. En todo caso, una vez adoptadas las medidas pertinentes, de conformidad con lo establecido en la Ley Orgánica 3/1986, se comunicarán a la autoridad judicial en el plazo máximo de 24 horas siempre que dispongan el internamiento obligatorio de personas.

b) Cuando existe riesgo inmediato grave para la integridad física o psíquica del enfermo y no es posible conseguir su autorización, consultando, cuando las circunstancias lo permitan, a sus familiares o a las personas vinculadas de hecho a él.

3. Se otorgará el consentimiento por representación en los siguientes supuestos:

a) Cuando el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su situación. Si el paciente carece de representante legal, el consentimiento lo prestarán las personas vinculadas a él por razones familiares o de hecho.

b) Cuando el paciente tenga la capacidad modificada judicialmente y así conste en la sentencia.

c) Cuando el paciente menor de edad no sea capaz intelectual ni emocionalmente de comprender el alcance de la intervención. En este caso, el consentimiento lo dará el representante legal del menor, después de haber escuchado su opinión, conforme a lo dispuesto en el artículo 9 de la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor.

4. Cuando se trate de menores emancipados o mayores de 16 años que no se encuentren en los supuestos b) y c) del apartado anterior, no cabe prestar el consentimiento por representación.

No obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, cuando se trate de una actuación de grave riesgo para la vida o salud del menor, según el criterio del facultativo, el consentimiento lo prestará el representante legal del menor, una vez oída y tenida en cuenta la opinión del mismo.

5. La práctica de ensayos clínicos y la práctica de técnicas de reproducción humana asistida se rigen por lo establecido con carácter general sobre la mayoría de edad y por las disposiciones especiales de aplicación.

Para la interrupción voluntaria del embarazo de menores de edad o personas con capacidad modificada judicialmente será preciso, además de su manifestación de voluntad, el consentimiento expreso de sus representantes legales. En este caso, los conflictos que surjan en cuanto a la prestación del consentimiento por parte de los representantes legales, se resolverán de conformidad con lo dispuesto en el Código Civil.

6. En los casos en los que el consentimiento haya de otorgarlo el representante legal o las personas vinculadas por razones familiares o de hecho en cualquiera de los supuestos descritos en los apartados 3 a 5, la decisión deberá adoptarse atendiendo siempre al mayor beneficio para la vida o salud del paciente. Aquellas decisiones que sean contrarias a dichos intereses deberán ponerse en conocimiento de la autoridad judicial, directamente o a través del Ministerio Fiscal, para que adopte la resolución correspondiente, salvo que, por razones de urgencia, no fuera posible recabar la autorización judicial, en cuyo caso los profesionales sanitarios adoptarán las medidas necesarias en salvaguarda de la vida o salud del paciente, amparados por las causas de justificación de cumplimiento de un deber y de estado de necesidad.

7. La prestación del consentimiento por representación será adecuada a las circunstancias y proporcionada a las necesidades que haya que atender, siempre en favor del paciente y con respeto a su dignidad personal. El paciente participará en la medida de lo posible en la toma de decisiones a lo largo del proceso sanitario. Si el paciente es una persona con discapacidad, se le ofrecerán las medidas de apoyo pertinentes, incluida la información en formatos adecuados, siguiendo las reglas marcadas por el principio del diseño para todos de manera que resulten accesibles y comprensibles a las personas con discapacidad, para favorecer que pueda prestar por sí su consentimiento”.

En concreto, se ven afectados los apartados tercero, cuarto y quinto del artículo 9, y se añaden los apartados sexto y séptimo.

Con la modificación del precepto transcrito trata de darse respuesta a los problemas ocasionados en la interpretación y aplicación de su antigua redacción.

Una interpretación integradora de la norma exige que el menor sea oído siempre que tenga suficiente capacidad cognitiva, haya cumplido o no los doce años marcados por la Ley, en consonancia con las previsiones ya expuestas de la Ley Orgánica de Protección Jurídica del Menor.

Tratándose de menores emancipados o con dieciséis años cumplidos, la Ley 41/2002, en su redacción original, establecía la prohibición del consentimiento por representación, matizado, en los casos de actuación de grave riesgo, según criterio del facultativo, en cuyo caso se preveía que los padres habían de ser informados y su opinión tenida en cuenta para la toma de la decisión correspondiente.

La nueva redacción del artículo 9, en este punto, parte igualmente de que el consentimiento ha de ser prestado por el menor emancipado o con dieciséis años cumplidos, si bien añade que “no obstante lo dispuesto en el párrafo anterior, cuando se trate de una actuación de grave riesgo para la vida o salud del menor, según el criterio del facultativo, el consentimiento lo prestará el representante legal del menor, una vez oída y tenida en cuenta la opinión del mismo”.

Se introduce de este modo las siguientes novedades en el precepto.

— Por una parte, se concreta que para que entre en juego la excepción a la regla general de capacidad para la emisión del consentimiento por parte del menor emancipado o de dieciséis años, debe tratarse de una actuación de grave riesgo para la salud o la vida del menor, concretando, por tanto, los bienes jurídicos que han de prevalecer “a criterio del facultativo”, a saber, la vida y la salud del menor. Es ésta la línea apuntada por el Tribunal Constitucional, que sostiene que la vida del menor prevalece sobre los demás derechos, porque aquélla es un valor superior del ordenamiento jurídico constitucional y supuesto ontológico sin el que los restantes derechos no tendrían existencia posible.

Frente a la regulación anterior, en la que se limitaba a establecer la excepción para los casos de “actuación de grave riesgo”, la redacción incorporada por la Ley 26/2015 introduce los derechos que han de estar en una situación de peligro, a juicio del profesional, para que entre en juego el consentimiento por representación.

Cierto es que la valoración depende igualmente del criterio del facultativo pero concretada en la concurrencia de una situación de riesgo grave para la vida o la salud del paciente, al contrario de lo que ocurría en la redacción previa de este apartado del artículo 9 de la Ley 41/2002, que admitía multiplicidad de interpretaciones, desde las que propugnaban la prevalencia del derecho a la autodeterminación del llamado menor maduro, hasta las que mantenían, en la línea de la modificación, la supremacía del derecho a la vida como valor superior de todo el ordenamiento jurídico.

Como decíamos es ésta la posición mantenida tradicionalmente por el Tribunal Constitucional que sostiene que el derecho a la vida y a la salud del menor no puede ceder ante la afirmación de la libertad de conciencia u objeción de los padres. En este sentido mantiene que el derecho al rechazo de un tratamiento y a arriesgar la propia vida tan sólo puede ejercerse personalmente, sin que sea posible suplir la voluntad a través de los representantes legales. La principal razón de este argumento es que se trata de una decisión de consecuencias irreversibles, no susceptible de modificación tras una posterior evolución o maduración de la personalidad del menor.

El Tribunal Constitucional sostiene que el derecho a la vida y a la salud del menor no puede ceder ante la afirmación de la libertad de conciencia u objeción de los padres

Dos son exclusivamente, por tanto, los valores superiores que se consideran dignos de protección, a saber, la vida y la salud.

— La segunda novedad reside en la consecuencia de la evaluación que haga el facultativo, de suerte que en aquellos casos en que se aprecie por éste que la actuación en cuestión es susceptible de poner en riesgo la vida o la salud del menor, deberá prestar el consentimiento el representante legal del menor, una vez oída y tenida en cuenta su opinión.

Se produce así una considerable restricción de la autonomía del paciente menor de edad, en la medida en que la concurrencia de la situación de grave riesgo excluye la prestación del consentimiento en nombre propio.

Hasta esta última modificación, el consentimiento correspondía en estos casos de actuaciones de grave riesgo a los propios menores, eso sí, con la obligación de información a los padres y de tener en cuenta su opinión para la toma de las decisiones.

Un paso más se da en la definición del consentimiento por representación. El apartado sexto del artículo 9 exige, para el caso de que el consentimiento hayan de prestarlo los representantes legales o personas vinculadas por razones familiares o de hecho- esta última posibilidad en aquellos casos en que el paciente no sea capaz de tomar decisiones, a criterio del médico responsable de la asistencia, o su estado físico o psíquico no le permita hacerse cargo de su situación y carezca de representante legal-, que la decisión que aquéllos adopten, lo hagan siempre atendiendo al mayor beneficio para la vida o la salud del paciente, debiendo ponerse en conocimiento de la autoridad judicial, directamente o a través del Ministerio Fiscal, las decisiones que se adopten cuando sean contrarias a dichos intereses, para que se adopte la resolución correspondiente.

Del tenor literal de este precepto puede concluirse que es el facultativo el garante de que en la actuación asistencial, cuyo consentimiento haya sido prestado por representación, se haga prevalecer en todo caso el respeto a la vida y a la salud, por encima de otros derechos, lo que, por otra parte, constituye el fundamento de la práctica de la medicina.

Algún autor, como CARBONELL, citado por LOMAS HERNÁNDEZ, señala, en este punto, que el legislador asume que la vida y la salud se presumen siempre como la decisión que hubiera tomado el sujeto y se les otorga un valor superior a cualquier otro. No cabe, añade, opción para el representante, que debe pronunciarse siempre en favor de la vida. Ello, apunta, anularía la validez de cualquier consentimiento.

Desde luego, lo que sí exige el legislador es la judicialización de la toma de decisiones en aquellos casos en que el representante legal no haya consentido en beneficio de la vida y la salud del menor, pese a que la decisión adoptada haga prevalecer la dignidad de la persona frente a la conservación de la vida a toda costa, incluyendo aquellos casos en que el conflicto surja entre el mantenimiento de una vida que no reúna unas condiciones de dignidad suficientes para ser vivida y el respeto a la dignidad de la persona.

Ha de ser el profesional quien determine el grado de madurez del menor de dieciséis años, así como quien aprecie la concurrencia de la situación de grave riesgo para la vida o la salud de los menores

Probablemente, desde una perspectiva teórica, la nueva regulación termina con algunos de los problemas que ocasionaba la regulación anterior, sometiendo a la valoración del profesional los aspectos determinantes de la toma de decisiones.

Ha de ser el profesional quien determine el grado de madurez del menor de dieciséis años, así como quien aprecie la concurrencia de la situación de grave riesgo para la vida o la salud de los menores; será asimismo quien aprecie el hecho de que la actuación consentida por los representantes legales en los casos en que el consentimiento deba ser prestado por éstos se adecue al mayor beneficio de la vida o la salud, cuestiones todas ellas que, con toda probabilidad, seguirán exigiendo una ardua labor de análisis en el caso concreto.

 

Bibliografía

Código Civil.

Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor.

Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica.

Ley Orgánica 8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y la adolescencia.

Ley 26/2015, 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y la adolescencia.

Observación General Nº 12 (2009) del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, sobre el derecho del niño a ser escuchado.

Observación General Nº 14 (2013) del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, sobre el derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial.

Circular 1/2012, de 3 de octubre, de la Fiscalía General del Estado, en relación con el tratamiento sustantivo y procesal de los conflictos ante transfusiones de sangre y otras intervenciones médicas sobre menores de edad en caso de riesgo grave.

Dictamen de 27 de noviembre de 2014 del Consejo de Estado al anteproyecto de ley de modificación del sistema de protección a la infancia y a la adolescencia.

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COMISIÓN DE BIOÉTICA DE CASTILLA Y LEÓN, “Problemas relacionados con las actuaciones sanitarias en los menores de edad”, Guías de Bioética de Castilla y León.

 

 
 


¿Por qué una medicina basada en los valores? Una reflexión desde la ética


 

¿Por qué una medicina basada en los valores? Una reflexión desde la ética

M. Sánchez Jacob
Pediatra de AP. Magister en Bioética. Secretaria del Comité de Bioética de la AEP.

 

Fecha de recepción: 17 de enero 2016
Fecha de publicación: 29 de febrero 2016

 

Adolescere 2016; IV (1): 28-34

 

Resumen

Una buena práctica clínica combina el conocimiento del saber científico-técnico con el conocimiento de los valores. Cuando un problema nos plantea conflicto es porque se han superado los aspectos técnicos (hechos) que se enmarcan en la racionalidad, y nos interrogamos nuestro deber teniendo en cuenta los valores del paciente y los nuestros. Como profesionales sanitarios debemos promover los valores morales, aquellos de los que se ocupa la ética (la verdad, la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, etc.), que dependen de nuestra libertad y por tanto definen nuestra identidad. Los problemas bioéticos no gozan de seguridad jurídica y no se pueden resolver acudiendo sin reflexión a la ley, pero requieren de una prudente y adecuada respuesta jurídica que también supone un valor añadido..

Palabras clave: conflicto, valores, deber, bioética, bioderecho, profesión

Abstract

Good clinical practice combines scientific-technical knowledge with value awareness. A conflict arises when we have overcome the technical aspects (events) that are part of rationality, and we question our duty by taking into account the patient’s values and ours. As health professionals we should promote moral values, those of ethical matter (truth, freedom, justice, solidarity, honesty, etc.), which depend on our freedom and thus define our identity. Bioethical problems do not entail legal certainty and cannot be resolved by resorting to law without a previous reflection, but require a prudent and appropriate legal response that also adds value.

Key words: conflict, values, duty, bioethics, biolaw, profession.

 

Introducción

Haciendo un paralelismo con el título de un número anterior de la revista, en el que se plantea una reflexión desde el derecho ¿por qué una medicina del adolescente?(1) parece oportuno complementarlo ahora con una reflexión desde la ética y justificar por qué es necesaria una medicina basada en los valores.

La Bioética y el Bioderecho son materias poco conocidas tanto en los estudio de pregrado como en los de especialidad y de formación continuada. Aunque son disciplinas diferentes y autónomas, se necesitan mutuamente porque regulan los actos y relaciones humanas y están llamadas a la colaboración.

En cualquier conflicto ético, puede haber cuestiones que pueden y deben estar legisladas, pero también existen otras que por su propia naturaleza, porque afectan la esfera íntima de la persona, y son individuales no se pueden legislar.

Los problemas bioéticos no gozan de seguridad jurídica y no se puede pretender resolverlos acudiendo sin reflexión a la ley, pero si requieren de una prudente y adecuada respuesta jurídica

Los problemas bioéticos no gozan de seguridad jurídica y no se puede pretender resolverlos acudiendo sin reflexión a la ley, pero si requieren de una prudente y adecuada respuesta jurídica(2).

Matizada esta cuestión, que es fundamental, entraremos de lleno en la medicina basada en los valores, ya que quien quiera abordar la adolescencia de una manera integral tiene que tener muy en cuenta los aspectos bioéticos, y éstos son siempre conflictos de valores(3). Sin una comprensión adecuada de los valores que se entremezclan con los hechos clínicos es prácticamente imposible realizar el análisis racional del problema en cuestión(4).

Los valores: fuente de conflictos éticos

Todo el mundo valoramos de forma espontánea, porque es imposible no hacerlo. La valoración es un fenómeno biológico, natural y de carácter primario. Cuando vemos algo nos gusta o nos disgusta, pero no nos deja indiferentes. Y si lo valoramos probablemente consideremos que debemos hacer algo para promoverlo.

El valor se define como la cualidad que hace importantes las cosas a los seres humanos y que les exige su respeto. Nada más y nada menos. Habitualmente nos resulta más familiar hablar de los derechos humanos o de los cuatro principios de la Bioética, pero tenemos que acostumbrarnos al lenguaje de los valores porque todos los derechos humanos y los principios son valores, pero no todos los valores son principios ni derechos. Es decir; hay cosas que tienen valor pero no tienen precio, que tienen dignidad y no solo precio, y por ello no se pueden ni exigir, ni normativizar. ¿Cómo exigir cortesía, delicadeza, empatía o actitud de escucha?

Se exponen dos tipos de valores: instrumentales (permutables y se miden en unidades monetarias) e intrínsecos

La tipificación del valor ha sido exhaustivamente estudiada por D. Gracia, y por su claridad se expone los dos tipos de valores que él define(5):

Valores instrumentales. Son medios para conseguir algún fin concreto. Se caracterizan por medirse en unidades monetarias y por ser permutables.

El ejemplo más claro es el fármaco. No tiene valor en sí mismo. El valor se lo otorga la persona que lo recibe, en tanto en cuanto le sirve para mejorar su salud. Pero si no le va bien, puede pagar dinero y cambiarlo por otro.

Valores Intrínsecos. Son los valores que valen por sí mismos, y si desaparecen pensaríamos que hemos perdido algo muy importante (la persona, la justicia, la belleza, la dignidad). A diferencia de los instrumentales no son permutables y no se miden en unidades monetarias.

Esta clasificación es meramente didáctica, ya que en la realidad los dos tipos de valores no se encuentran tan bien delimitados. No existen los valores puramente instrumentales o intrínsecos. Por ejemplo, se puede pensar que la vida (valor intrínseco), se debería priorizar a toda costa, pero puede convertirse en un valor instrumental si se pone al servicio de valores religiosos (testigos de Jehová, mártires), o políticos (personas que dan la vida por sus ideas) o personales (aborto). De igual forma, las personas (valor intrínseco) pueden ser medios instrumentales para conseguir algo, de hecho todos nos servimos de un taxista para que nos transporte o de un médico para que nos devuelva la salud. Precisamente por esto, porque no hay valores puros, porque todos los valores forman parte de cada cultura concreta es por lo que se plantean situaciones de legítima diferencia entre ellos(6). Un ejemplo que vivimos con cierta frecuencia los pediatras es el rechazo a la vacunación, pues mientras que para la mayoría de los personas es un bien indiscutible, existe un potente movimiento antivacunas que defiende los efectos secundarios de las mismas.

Los valores de los que se ocupa la ética, son los llamados morales (la verdad, la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, etc.). Son los valores que universalizaríamos, es decir, que quisiéramos que fueran así para todos porque sin ellos la vida estaría falta de humanidad. Estos valores dependen de la libertad humana y está en nuestras manos realizarlos, por tanto nos definen en cuanto a nuestra identidad, de ahí que se pueda afirmar el dicho “dime qué valoras y te diré quién eres“.

No siempre los valores son obvios y evidentes y están enmascarados tras disfraces opacos y son difíciles de ver. Es decir hay valores explícitos o manifiestos y valores ocultos o latentes. El valor oculto no lo es porque el enfermo lo quiera escondido, sino porque aún no se ha puesto en contacto con él(7).

Los valores marcan nuestros deberes

Un adolescente con madurez suficiente no se le concede libertad para decidir, hay que tratar de promover su autonomía e involucrar a sus padres para que se produzcan decisiones consensuadas

¿Qué tiene que ver los valores con la ética? Pues que la ética es una disciplina práctica y se ocupa de fundamentar el “deber”, y nuestro deber siempre es el mismo: realizar valores o, cuando no se puede añadir valor, lesionarlos lo menos posible. Los problemas éticos no se dan en el análisis de los hechos o datos clínicos, sino que aparecen cuando éstos están resueltos(8). Si a un adolescente con madurez suficiente no se le concede libertad para decidir hay que tratar de promover su autonomía, y tratar de involucrar a los padres para que las decisiones sean consensuadas(9). Si se solicitan pruebas diagnósticas por complacer al paciente, sin que su resultado tenga interés para el mismo (beneficencia) hay que defender los recursos limitados del sistema y evitar el despilfarro, además de que las pruebas que no están indicadas son maleficentes.

Diversos ejemplos de la consulta diaria, nos permiten ver la gran cantidad y diversidad de valores que condicionan nuestra práctica clínica. Hay que saber detectarlos para comprender la forma en que nos influyen en la toma de decisiones tanto diagnósticas como terapéuticas.

Un adolescente de 14 años afecto de glioma bulbomedular con diseminación leptomenigea y mal pronóstico rechaza (libertad) ponerse los últimos ciclos de quimioterapia (calidad de vida). Los padres están separados y mantienen importantes discrepancias con respecto al hijo. El padre incluso interpreta que la enfermedad es causada por su madre (ignorancia), y convence al chico para recibir tratamiento naturista (manipulación, falta de veracidad, negación del mejor interés del menor). El chico con capacidad plena de entender la situación está haciendo uso de su autonomía personal. Desde el punto de vista científico, la medicina naturista no está lo suficientemente aceptada y desde la perspectiva de los derechos del niño no se defiende su mejor interés.

Una niña de 13 años se niega a vacunar del VPH y afirma que no se pondrá más vacunas en su vida. De la misma manera, la niña hace uso de su libertad para decidir un acto cuyas consecuencias en un futuro podrían ser prevenibles, si se le explica la manera de evitar el contagio del VPH (salud); el no poner la dosis de recuerdo de tétanos y difteria tampoco le acarrearía graves problemas (maleficencia). En cualquier caso, con una actitud dialogante y exenta de prejuicios (empatía), se puede convenir con la niña que lo medite con calma y si en algún momento cambia de parecer, acuda para retomar la vacunación (responsabilidad).

Dos adolescentes de 15 años se quedan embarazadas de forma no deseada. Una de ellas tiene un novio reciente, y solicita sin comentarlo con los padres la interrupción voluntaria del embarazo (no maternidad, valor vida). Se considera muy joven para tener un hijo, y éste hecho le supondría interrumpir los estudios (educación). La otra adolescente es de etnia gitana, está casada y vive en la casa de sus suegros y decide proseguir su embarazo. En su cultura tener hijos a edades tempranas es lo habitual y no le importa interrumpir sus estudios, o la obtención de trabajo. Sus sistemas de valores son totalmente distintos.

La puerta de la consulta esta entreabierta, por lo que el médico y la enfermera que están realizando una receta en común pueden ver a los pacientes de la sala de espera. Entre ellos comentan cuchicheando “ya esta ahí la pesada de todos los días” (falta de sensibilidad y educación).Se trata de la madre de una niña de 13 años, hija única con un síndrome metabólico bien controlado. Son hiperfrecuentadores. La niña oye el comentario y se lo comenta a su madre, quien responde al médico, muy molesta y con desconfianza que “ella viene mucho al médico porque su hija siempre lo necesita (salud). El médico considera que existe una mala utilización de los recursos sanitarios (justicia), lo cual no justifica el comentario peyorativo, que incluso puede acabar con la confianza de la relación clínica.

La madre de un chico de 12 años de edad, consulta en Cirugía Plástica para corrección de las “orejas en soplillo” de su hijo. La cirujana comprueba que el chico había sido incluido en lista de espera quirúrgica a los 10 años y no acudió. Este procedimiento, forma parte de la cartera de servicios de la sanidad pública hasta los 14 años, siendo después considerada como cirugía estética y, por tanto, fuera de la cartera. La cirujana explora al chico que tiene unas acentuadas orejas en soplillo, pero detecta que el chico no parece estar conforme con la intervención (autonomía). Le pregunta si desea operarse, y el chico responde que “ya no le importa, pues ha cambiado de colegio” (valores estéticos). La madre insiste en que se le opere cuanto antes, porque si se demora tiene que pagar la intervención y lo que hay son “recortes por la crisis” (valores económicos, gestión eficiente de recursos).

Una madre acude a la consulta porque tiene una hija de 8 meses concebida por ovodonación. Dicho dato consta en el informe de recién nacida y la madre teme que su hija se entere de este hecho en un momento en que la niña no esté preparada para entenderlo (maleficencia); por ello solicita que se anule este dato de su historia clínica pero se lo deniegan. La madre está haciendo uso de su intimidad y privacidad, decidiendo cuando es el momento oportuno para explicárselo a su hija, cuando ella lo considere oportuno (autonomía). La técnicas de reproducción asistida requieren de una información acotada y siempre dirigida a lo que desea explorar(10).

Los valores configuran la profesionalidad

Se requiere unos valores, actitudes y comportamientos orientados al servicio del paciente y de la sociedad, antes que en beneficio propio

Los profesionales tienen que aspirar a la excelencia y para ello tienen que identificar las cualidades intangibles o virtudes que tienen consecuencias directas en su buena práctica. Es indudable que la competencia científico-técnica es el primer valor que se le exige al médico pero la dimensión moral que va unida a la excelencia se acerca más al saber humanista que al del científico puro(11). Se requiere unos valores, actitudes y comportamientos orientados al servicio del paciente y de la sociedad, antes que en beneficio propio.

La Academia Americana de Pediatría enumera una serie de principios entre los que enfatiza el compromiso con el trabajo en equipo y con la defensa de los derechos del niño asumiendo el rol de abogados de la infancia

La Academia Americana de Pediatría enumera una serie de principios entre los que enfatiza el compromiso con el trabajo en equipo y con la defensa de los derechos del niño asumiendo el rol de abogados de la infancia.

Destaca la necesaria responsabilidad con los pacientes y familias, con otros profesionales afines, con la comunidad y con la profesión(12).

Por su parte la AEP en su marco ético(13), recoge una serie de valores, destacando entre otros: la integridad, honradez, coherencia, tolerancia, empatía, compasión, confianza, credibilidad, fiabilidad, competencia científica, investigación responsable y transparente, respeto a la dignidad e igualdad en el trato con los pacientes, confidencialidad, maximizar el trabajo en equipo, honestidad intelectual sabiendo aceptar los errores y formación continuada de por vida, sin descuidar las humanidades médicas.

El perfil profesional del médico del futuro(14), se puede resumir en estos 10 puntos:

Un médico que trate enfermos, no enfermedades

Un médico con actitud crítica

Un médico comunicador y empático


Un médico responsable individual y socialmente

Un médico que tome buenas decisiones para el paciente y para el sistema

Un médico líder del equipo asistencial

Un médico competente, efectivo y seguro


Un médico honrado y confiable


Un médico comprometido con el paciente y con la organización

Un médico que vive los valores del profesionalismo

 

Bibliografía

1. Montalvo Jääskeläinen F¿Por qué una medicina de la adolescencia? Una reflexión desde el Derecho. Adolescere, 2013;1,2: 27-37.

2. González Morán L. La Bioética y el Bioderecho: encuentros y desencuentros En: De los Reyes M, Sánchez-Jacob M (Ed): Bioética y Pediatría. Proyectos de vida 
plena. Madrid: Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla La Mancha, 2010:79-87.

3. Martínez González C. Sánchez Jacob M. Bioética, pediatría y medicina basada en los valores. An Pediatr Contin. 2011;9(6):397-402. 


4. Lázaro J, Hernández-Clemente JC. Los valores personales en la práctica médica. JANO, Medicina y humanidades 2010 (1.761): 88-91.

5. Gracia D. La cuestión del valor. Madrid. Real Academia de Ciencias Morales y Políticas; 2011:89-106.

6. Fulford K.W.M. Ten Principles of Values-Based Medicine (VBM). In Schramme T, Thome J (Ed):Phlilosophy and Psychiatry. Berlin 2004:50-73.

7. Broggi M.A. Gestión de los valores ocultos en la relación clínica. Med Clin (Barc) 2003;121(18):705-9.

8. Petrova M, Dale and Fulford B -Values-based practice in primary care: easing the tensions between individual values, ethical principles and best evidence Br J Gen Pract. 2006, 56 (530): 703-709.

9. Martínez González C. Aspectos éticos en la adolescencia:del menor maduro al adulto autónomo Adolescere, 2013;1,2: 22-26.

10. Sánchez Jacob M. Carta al editor ¿A quién y cuándo le interesa el modo de concepción en las técnicas de reproducción asistida? An Pediatr (Barc). 2015, 83:144.

11. Humanistic medicine or values-based medicine…what’s in a name?J Miles Little

12. Professionalism in Pediatrics: Statement of Principles Committee on Bioethics. Pediatrics 2007;120;895-897.

13. Sánchez Jacob M. El marco ético de la Asociación Española de Pediatría: un compromiso con la ética de las organizaciones. An Pediatr (Barc). 2011;75 (6): 355-57.

14. Pardell H. Medico del futuro. Fundación Educación Médica (FEM), 2009.

 

Bibliografía recomendada

Libro: Pardell H. Medico del futuro. Fundación Educación Médica