2023-n2-Preguntas tema: Abordaje de la obesidad en el adolescente. ¿Qué hay de nuevo?
1. En relación con el diagnóstico de la obesidad en la adolescencia:
1e) Para poder tratar adecuadamente a un adolescente no es suficiente con diagnosticar (Z-Score del IMC > +2DE) sino que hay que estratificar adecuadamente (con herramientas útiles en la práctica clínica como el EOSS-P). Un estadio mayor de EOSS-P es predictor de gravedad, independiente del Z-Score del IMC. Todas las comorbilidades asociadas a la obesidad - salud mental, problemas mecánicos, alteraciones endocrino-metabólicas y la `milieu´(entorno social del menor)- están en igualdad respecto al riesgo que añaden porque el abordaje es bio-psico-social.
2. Las guías actuales del manejo de la obesidad en la adolescencia (como la US Preventive Services Task Force de 2017 y de la AAP 2023) recomiendan lo siguiente:
2d) A inicios del 2023, la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés) reconoció que los cambios en el estilo de vida (CEV) pero que la implementación de los CEV no debe retrasar el uso de otras herramientas de manera inmediata e intensiva. No hay evidencia que respalde ni la conducta expectante ni el retraso innecesario del tratamiento adecuado de los niños/adolescentes que ya han desarrollado obesidad. En obesidad pediátrica, el Δ Z-Score del IMC es el parámetro clínico más utilizado para valorar los cambios de peso en niños y adolescentes en un período de tiempo. Pensar que el estirón puberal resolverá la obesidad es un gran mito.
3. Respecto al tratamiento farmacológico de la obesidad en la adolescencia:
3b) Aunque el uso de metformina se generalizó en el manejo de la obesidad en la adolescencia, NO TIENE INDICACIÓN EN EL TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD. Un meta-análisis reciente concluyó que su efecto es pobre en el peso (Δ Z-Score del IMC de - 0.15 a -0.07) y su tolerabilidad baja. Actualmente liraglutida 3 mg (agonista del receptor de GLP1 -arGLP1-) es el único fármaco autorizado en España para tratar la obesidad en adolescentes de más de 12 años y con peso de más de 60 kg. La combinación de Liraglutida + CEV condujo a una mayor reducción del Δ Z-Score del IMC vs. Placebo + CEV: Δ Z-Score del IMC de −0.22 (p=0.002). Semaglutida 2.4 mg es otro arGLP1: tras 68 semanas de tratamiento tuvo un efecto clínicamente importante (Δ Z-Score IMC −1.3 a −0.8; equivalente a -16.1% del peso). En nuestro país todavía no cuenta con la autorización para su uso en adolescentes, pero dado sus potentes resultados y su seguridad se espera a que la EMA tenga un dictamen favorable para su uso en mayores de 12 años próximamente. Los CEV (educación nutricional y actividad física), según Cochrane, tiene un impacto mínimo en el Δ Z-Score del IMC de - 0.06, y aunque inicialmente se considera un primer paso importante, no logra el umbral clínicamente significativo.