2024-n2-Preguntas tema: Sueño y salud en adolescentes: una relación complicada en el siglo XXI
1. El sueño fraccionado durante la adolescencia:
b) La relación entre el fraccionamiento del sueño en la adolescencia y las células gliales es un área de investigación que ha ganado interés en los últimos años. Las células gliales son un tipo de células del sistema nervioso que desempeñan diversas funciones de soporte y mantenimiento para las neuronas. Durante la adolescencia, se producen cambios significativos en el patrón de sueño, como una tendencia al fraccionamiento del sueño, es decir, a despertares más frecuentes durante la noche y una mayor dificultad para conciliar el sueño. Estos cambios pueden estar relacionados con procesos neurobiológicos en los que las células gliales podrían desempeñar un papel importante. Se ha encontrado evidencia de que las células gliales, en particular los astrocitos, están involucradas en la regulación del sueño y la vigilia. Estas células desempeñan funciones clave en la eliminación de desechos metabólicos del cerebro durante el sueño, lo que sugiere que podrían influir en la calidad y la duración del sueño. Además, los astrocitos están involucrados de manera importante en la regulación del sueño. Por lo tanto, existe una relación potencial entre el fraccionamiento del sueño en la adolescencia y las células gliales, especialmente los astrocitos.
2. El retraso en el patrón del inicio y final del sueño:
c) Durante la adolescencia, hay un cambio significativo en el patrón del ángulo del sueño, que se refiere a la preferencia natural de los adolescentes por quedarse despiertos y acostarse más tarde en comparación con los niños más pequeños y los adultos. Este cambio en el patrón del sueño durante la adolescencia se conoce como “retraso del inicio del sueño” o “retraso del ritmo circadiano”. Hay varios factores que contribuyen a este cambio en el patrón del sueño durante la adolescencia que se inicia ya en la etapa prepuberal alrededor de los 8 años sin diferencia de sexo en esta etapa prepuberal. Además, los adolescentes tienden a tener horarios de sueño irregulares debido a las demandas académicas, sociales y extracurriculares, así como al aumento del uso de dispositivos electrónicos que pueden interferir con el sueño. Esto puede llevar a un mayor retraso en la secreción nocturna de melatonina y menor exposición a luz natural durante la vigilia ocasionando un patrón de sueño más fragmentado y a una falta de sueño adecuado. Es importante tener en cuenta que este cambio en el patrón del sueño durante la adolescencia no es simplemente una cuestión de preferencia o comportamiento, sino que está influenciado por una combinación de factores biológicos, sociales y ambientales. La comprensión de estos factores puede ser importante para abordar los problemas relacionados con el sueño en los adolescentes y promover hábitos de sueño saludables.
3. Como clínicos el dato clínico que debemos vigilar como indicador inicial de déficit crónico de sueño es:
e) La excesiva somnolencia diurna puede ser un síntoma de problemas de sueño en adolescentes, pero no necesariamente es un síntoma inicial en todos los casos. La somnolencia diurna excesiva puede ser causada por una variedad de factores, que van desde problemas de sueño subyacentes hasta factores sociales y de estilo de vida. En adolescentes, la somnolencia diurna excesiva puede ser indicativa de trastornos del sueño como la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas, la narcolepsia o simplemente una mala calidad del sueño debido a horarios irregulares de sueño, uso excesivo de dispositivos electrónicos antes de acostarse, o estrés y ansiedad relacionados con la escuela u otras preocupaciones. Es importante prestar atención a otros síntomas que puedan estar presentes junto con la somnolencia diurna excesiva, como dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche, ronquidos fuertes, movimientos inusuales durante el sueño, cambios en el estado de ánimo o dificultad para concentrarse durante el día. Estos pueden ser indicadores adicionales de problemas de sueño subyacentes en los adolescentes.