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Vacunación en el adolescente: pautas, retos y oportunidades


 

Vacunación en el adolescente: pautas, retos y oportunidades

A.I. Dacosta Urbieta, I. Rivero Calle, F. Martinón-Torres.
Servicio de Pediatría (www.serviciodepediatriasantiago.es), Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela. Grupo de Genética, Vacunas, Infecciones y Pediatría (GENVIP), Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago, Universidad de Santiago.

 

Adolescere 2021; IX (2): 6-13

 

Resumen

El principal problema al que se enfrentan los profesionales sanitarios cuando abordan la vacunación del adolescente son las bajas tasas de cobertura, especialmente en ciertas vacunas como el virus del papiloma humano (VPH). A lo largo de este artículo se revisarán las vacunas que deben administrarse en la adolescencia, cuáles son las causas de las bajas coberturas y qué estrategias pueden ser efectivas para incrementar las tasas de vacunación. Se dedicará un apartado especialmente centrado en la vacuna del VPH, debido a los problemas específicos que dificultan su aceptación por parte de pacientes, familiares y personal sanitario.

Palabras clave: Vacunas; Calendario vacunal; Cobertura vacunal; Desafíos y soluciones.

Abstract

The main problem that healthcare professionals face when addressing adolescent vaccination is low coverage rates, especially for certain vaccines such as human papillomavirus (HPV). Throughout this article we will review the vaccines that should be administered in adolescence, the causes of low coverage and the strategies that can be effective to increase vaccination rates. A section of it will be particularly focused on the HPV vaccine, due to the specific problems that hinder its acceptance by patients, families and healthcare professionals.

Key words: Vaccines; Vaccination schedule; Vaccination coverage; Challenges and solutions.

Introducción

Actualmente, el concepto de calendario vacunal infantil ha sido superado y se ha sustituido por el del calendario vacunal para toda la vida

Actualmente, el concepto de calendario vacunal infantil ha sido superado y se ha sustituido por el del calendario vacunal para toda la vida. Gracias a esto, se ha empezado a poner el foco en poblaciones tradicionalmente olvidadas como, por ejemplo, las embarazadas. También en los pacientes adolescentes en los que las vacunas ya no son solo un refuerzo de las de la infancia, sino que reciben vacunas específicas para infecciones especialmente prevalentes en este grupo de edad como la meningitis; o para prevenir infecciones que se adquieren en la adolescencia y juventud pero que pueden tener complicaciones graves en la edad adulta como en el caso de la VPH.

En la adolescencia las coberturas vacunales son significativamente más bajas que en la población infantil

Sin embargo, en este grupo de edad las coberturas vacunales son significativamente más bajas. Las causas de este descenso en las tasas de vacunación son multifactoriales, identificándose problemas socioeconómicos, comunicativos, o falta de formación, entre otros. En casos específicos como el de la vacuna del virus papiloma humano (VPH), juegan un papel importante las actitudes negativas hacia la misma que se producen en parte por la persistencia de bulos sobre su efectividad y seguridad, y la formación insuficiente en el tema de los profesionales sanitarios que podrían contrarrestar estas desinformaciones.

El objetivo de este artículo es revisar qué vacunas deben administrarse en la adolescencia, y cuáles son las causas detrás de la peor cobertura vacunal que habitualmente se obtiene en adolescentes, así como qué medidas se pueden emplear para mejorarlas.

Vacunación en la adolescencia: vacunas y pautas recomendadas

De acuerdo con el calendario vacunal para toda la vida del consejo interterritorial español (2020)(1) está indicada la administración de vacunas en dos ocasiones: a los 12 años se indica la vacunación frente a meningococo A, C, W e Y (MenACWY), varicela y VPH; y, a los 14 años, frente a Tétanos y difteria (Td). En la Tabla I se resumen las vacunas incluidas en el calendario y su pauta de administración.

Por su parte, el Comité Asesor de Vacunas(2) de la Asociación Española de Pediatría incluye también recomendaciones adicionales, que se diferencian de las previas en los siguientes casos (Tabla II). Hay que reseñar que de la vacunación del adolescente frente a meningococo B solo podemos esperar su protección directa, ya que a diferencia de las vacunas conjugadas, se ha visto que las vacunas actualmente disponibles de meningococo B no tienen efecto sobre el estado del portador. En lo relativo a la vacunación frente a VPH, la recomendación incluye la vacunación del varón.

A diferencia de las vacunas conjugadas, se ha visto que las vacunas actualmente disponibles de meningococo B no tienen efecto sobre el estado del portador

Llama la atención que ninguno de los dos organismos, haga mención en sus calendarios sistemáticos a la vacunación antigripal anual. En Estados Unidos esta vacuna está recomendada en pacientes desde los 6 meses hasta los 18 años(3). El motivo principal por el que se indica es porque los niños, especialmente aquellos menores de 5 años, presentan un mayor riesgo de complicaciones graves (crisis de broncoespasmo, neumonía, miocarditis o encefalitis), y solo en un 33% de los casos se identificó un factor de riesgo. Por el contrario, en España la vacunación solo está recomendada en grupos de riesgo. El papel de la vacunación antigripal incluyendo al adolescente, busca no solo la protección directa de esta franja etaria, sino tratar de bloquear la transmisión a otras edades.

Además de las vacunas que se han reseñado, es importante identificar a pacientes pertenecientes a grupos de riesgo que puedan beneficiarse de vacunas no incluidas en el calendario sistemático como la vacuna de la Hepatitis A o la vacuna del meningococo B. También es importante revisar el calendario de vacunación en aquellos pacientes que hayan residido fuera de España por si fuese necesario administrar vacunas adicionales.

Desafíos en la vacunación del adolescente

Los estudios realizados en diferentes países demuestran que las coberturas vacunales descienden al llegar a la adolescencia en comparación con la etapa infantil. De acuerdo con los datos ofrecidos por el Ministerio de Sanidad, este patrón también se cumple en España(5) (Tabla III). A la vista de estos datos, la pregunta que uno se plantea es: ¿Cuáles son las causas de que las coberturas vacunales desciendan de un 97% en la primera infancia a un 71,4% en la adolescencia? En los estudios realizados sobre el tema(6,7), se observa que los motivos socioeconómicos tienen un peso importante en la cobertura vacunal. Sin embargo, es necesario matizar que estos estudios fueron realizados en países en donde, a diferencia de España, no todos los programas de vacunación sistemática son gratuitos, lo que supone una carga adicional para estas familias. No obstante, otras dificultades detectadas como problemas para desplazarse hasta el centro sanitario o asistir a las citas de acuerdo al horario disponible, sí son aplicables a nuestra población.

Cuando se entrevista a los padres, los motivos principales que limitaban la administración de las vacunas eran:

Los motivos principales que limitan la vacunación respecto a la padres son: desconocimiento de beneficios, miedo a los efectos secundarios y dificultad de acceso

  1. Desconocimiento de los beneficios de las vacunas.
  2. Miedo a los efectos secundarios.
  3. Incapacidad para comprender el calendario vacunal.
  4. Dificultades para acudir a la consulta.

Los motivos principales que limitan la vacunación respecto a los profesionales son: desconocimiento, oportunidades perdidas y falta de habilidades de comunicación

Por otro lado, en el análisis con los profesionales sanitarios, se identificaron los siguientes problemas:

  1. Desconocimiento de las indicaciones y contraindicaciones de las vacunas.
  2. Dificultades para acceder al registro de vacunas de los pacientes.
  3. Oportunidades perdidas de vacunación.
  4. Rechazo a administrar múltiples vacunas a la vez.
  5. Falta de habilidades de comunicación con los padres y adolescentes.

Finalmente, los padres, referían que algunos profesionales sanitarios no recomendaban la vacunación de forma proactiva o no los animaban a vacunarse. Tampoco comentaban con ellos información relativa a la seguridad de las vacunas o la importancia de vacunarse a cierta edad, lo que provocaba resistencia a vacunarse.

Posibles soluciones para mejorar la cobertura vacunal

De acuerdo con lo reseñado en el apartado anterior, las dificultades para la administración de vacunas en el adolescente pueden encontrarse a nivel de los profesionales sanitarios y/o la estructura del sistema de salud o en los pacientes y sus familias. Podríamos dividir por tanto las posible soluciones(6,7) en dos grupos:

a) Profesionales sanitarios y sistema de salud

Soluciones respecto a los profesionales son: educación a través de cursos, estrategias comunicativas y paliar las dificultades de acceso y mensajes recordatorios

Los padres continúan pensando que los profesionales sanitarios de atención primaria son su fuente de información principal sobre las vacunas y que uno de los principales motivos para rechazar la vacunación es que existe una comunicación médico paciente ineficiente. Se han propuesto diferentes intervenciones para paliar este problema, fundamentalmente la educación a través de los cursos de formación en vacunas para profesionales sanitarios.

También es importante que los profesionales sanitarios posean estrategias comunicativas frente a pacientes que rechacen la vacunación o presenten dudas. Por ejemplo, asumir que el paciente desea la vacunación (“Hoy toca vacunarse”) en lugar de emplear un enfoque participativo (“¿Quieres vacunarte hoy?”). Otra de las herramientas de comunicación que ha demostrado ser efectiva es la entrevista motivacional.

Por otro lado, se pueden paliar las dificultades para acceder al sistema sanitario (especialmente en los pacientes más vulnerables debido a su nivel social o cultural) empoderando a profesionales sanitarios no médicos (enfermeras, farmacéuticos…) mediante la creación de protocolos específicos, para que puedan administrar vacunas sin necesidad de una evaluación médica previa. De esta forma se puede reducir el número de oportunidades de vacunación perdidas. Es necesario y responsabilidad de nuestras autoridades, evaluar si existen estas barreras de acceso en nuestro medio.

Además una estrategia que ha demostrado aumentar las tasas de vacunación, es enviar mensajes a los pacientes recordándoles que deben vacunarse. Estos recordatorios puede realizarlos de forma individualizada el profesional sanitario o mediante un sistema centralizado. Este último método es el que ha demostrado un mayor coste-efectividad. También es útil que en la historia médica del paciente existan recordatorios para el profesional sanitario avisando de que faltan vacunas o que al paciente le toca vacunarse.

Por último, es importante evaluar la utilidad de cualquiera de las medidas propuestas. Para ello es importante que exista un registro centralizado de vacunación. De esta forma pueden conocerse las tasas vacunales reales y valorar si las estrategias para aumentar la cobertura vacunal están siendo o no efectivas.

b) Pacientes y sus familias

Los motivos socioeconómicos son uno de los principales motivos por los que los pacientes dejan de vacunarse

Los motivos socioeconómicos son uno de los principales motivos por los que los pacientes dejan de vacunarse. Además de garantizar la gratuidad de las vacunas, es importante buscar soluciones para los problemas que la familia pueda tener para acudir a las citas o desplazarse hasta el centro médico. Se han propuesto como soluciones el realizar visitas al domicilio del paciente para administrar las vacunas o desarrollar programas de vacunación en la escuela.

Dado que otro de los problemas que comentan los padres es que carecen de información sobre los beneficios y efectos secundarios de las vacunas o desconocen cuándo deben administrarse, se han desarrollado estrategias para transmitir esa información. En un estudio realizado sobre el tema, se remitió a las mujeres embarazadas a una página web en la que se daba información sobre las vacunas. Los hijos de las mujeres que habían visitado la página presentaban mejores coberturas vacunales que los de las mujeres del grupo control. Otras intervenciones se centraron en mandar mensajes positivos de la vacunación a través de redes sociales y también se observó una mejoría de las tasas de vacunación. No obstante, es necesario realizar estudios con un mayor número de participantes para establecer si estas estrategias son verdaderamente efectivas. Cualquier medida en este sentido debería adaptarse a nuestro entorno.

El valor de estas medidas de carácter disuasorio, debe de ser cuidadosamente evaluado, ya que puede producir un efecto indeseado sobre la confianza y actitud de la población en relación a las vacunas

Finalmente, en algunos países como Estados Unidos, se requiere la vacunación para acceder a guarderías, colegios e institutos. Estas medidas han demostrado ser eficaces para aumentar la cobertura y ya se han empezado a aplicar en algunas comunidades autónomas españolas. Por ejemplo, en Galicia, se requiere que se haya completado el calendario vacunal para obtener plaza en una guardería pública. En otros países como Australia, la obtención de beneficios fiscales por hijos está condicionada a haber recibido las vacunas. El valor de estas medidas de carácter disuasorio, debe de ser cuidadosamente evaluado, ya que puede producir un efecto indeseado sobre la confianza y actitud de la población en relación a las vacunas.

Un ejemplo paradigmático: vacunación frente a VPH

La cobertura vacunal frente a VPH en niñas en España en el año 2018 es del 84,9% en la primera dosis y del 72,8% en la segunda

La cobertura vacunal frente a VPH en niñas en España en el año 2018 es del 84,9% en la primera dosis y del 72,8% en la segunda(5). Pero si observamos los datos desglosados por comunidades autónomas, pueden descender hasta el 75,2% de cobertura en la primera dosis en Andalucía o el 41,3% de cobertura de la segunda dosis en Asturias. Este problema no solo se presenta en nuestro país, sino que de forma global se ha observado un rechazo a la administración de esta vacuna frente al resto. En España, la vacuna está incluida en el calendario vacunal a los 12 años, únicamente en mujeres. Se emplea Cervarix o Gardasil 9 dependiendo de la comunidad autónoma. Además existen unas indicaciones específicas para grupos de riesgo(10) (Tabla IV).

Entre los variados motivos por los cuales los pacientes y sus familias rechazan esta vacuna se encuentran(8,9,10,11):

  1. Creencia de que fomenta que las niñas tengan relaciones sexuales tempranas.
  2. Creencia de que su hijo no va a contraer la infección.
  3. Reticencia de los profesionales sanitarios a hablar sobre temas sexuales para rebatir los argumentos de los padres.
  4. Recomendación de la vacunación inicialmente (y en países como España, exclusivamente) a las niñas.
  5. Miedo a los efectos secundarios, en particular, enfermedades autoinmunes.
  6. Reticencia de los padres a vacunar frente una infección de transmisión sexual a pacientes preadolescentes.
  7. Desconocimiento de los beneficios que esta vacuna tiene en los varones y su indicación.

Por parte de los profesionales sanitarios, se ha visto que existe un porcentaje significativo que continúa desconociendo las indicaciones de vacunación, no recomienda la vacuna por creer que es poco eficaz o, incluso, desconocen la relación entre el VPH y los cánceres no genitales. Un problema grave, que más de una década después desde el inicio de la implementación de la vacuna y a la luz de las evidencias científicas disponibles, podría considerarse una negligencia.

Debido a que el VPH se transmite fundamentalmente por vía sexual, parte del rechazo que presentan los padres tiene que ver con ese motivo. Temen que administrar la vacuna les dé una falsa sensación de seguridad a sus hijos y que inicien las relaciones sexuales a edades más tempranas y sin emplear métodos de barrera por una falsa seguridad. En los estudios realizados, se ha visto el efecto contrario: las mujeres vacunadas no inician antes las relaciones sexuales y además tienen una percepción más positiva del sexo seguro. Tampoco se ha visto que acudan menos a los controles ginecológicos.

Haber mantenido relaciones sexuales no es una contraindicación para recibir la vacuna, ni tampoco es necesario realizar en pacientes sexualmente activos una citología o un test de VPH previamente a su administración, un “bulo” muy extendido

El motivo fundamentalmente por el que se vacuna frente al VPH a los 11-12 años, es porque a esa edad los pacientes todavía no han iniciado relaciones sexuales, y la vacuna es más efectiva cuando no han tenido contacto previo con el VPH. Entre los jóvenes heterosexuales españoles, la edad media de inicio de relaciones sexuales con penetración y sexo oral se sitúa cerca de los 17 años y en el sexo anal a los 19(12). Sin embargo, haber mantenido relaciones sexuales no es una contraindicación para recibir la vacuna, ni tampoco es necesario realizar en pacientes sexualmente activos una citología o un test de VPH previamente a su administración, un “bulo” muy extendido. Hoy sabemos que si bien la vacunación no tiene ningún impacto sobre infección o lesión activa, si puede prevenir la re-infección/re-activación por el mismo tipo viral y proteger frente a los demás tipos virales. Es importante ser capaces de hablar con naturalidad y franqueza a los adolescentes y a los padres sobre este tema. Hay que explicarles que la tasa de adquisición del virus es de más del 80% a lo largo de la vida, que es importante vacunar antes del inicio de las relaciones sexuales y que sus hijos no van a mantener relaciones sexuales de riesgo o de forma precoz por recibir la vacuna.

A los adolescentes y a los padres hay que explicarles que la tasa de adquisición del virus es de más del 80% a lo largo de la vida, que es importante vacunar antes del inicio de las relaciones sexuales y que sus hijos no van a mantener relaciones sexuales de riesgo o de forma precoz por recibir la vacuna

Llama la atención que la vacuna de Hepatitis B(8), que al igual que el VPH, previene una infección de transmisión sexual (ITS) y con capacidad oncogénica, no haya encontrado tanta resistencia y que las tasas vacunales sean mucho más elevadas. Tal vez por el hecho de que la Hepatitis B puede producir además de hepatitis, cirrosis, tumores hepáticos y puede que la población en general no sea consciente de que se trata de una ITS. Otro de los motivos por los que se cree que la vacuna de la Hepatitis B tiene mayor aceptación que la del VPH, es porque desde el principio se recomendó en ambos sexos, y además su administración se inicia a edades muy tempranas. La razón por la que la vacuna de VPH se recomendó en mujeres prepúberas antes del inicio de la actividad sexual en un primer momento(8), buscaba a la luz del conocimiento existente, el máximo beneficio de la forma más eficiente posible. En el momento actual, se recomienda la vacunación universal frente a VPH. Además de los motivos científicos ya previamente expuestos, vacunar únicamente a las mujeres las convierte a ellas indirectamente en las responsables de la transmisión de la enfermedad. Los prejuicios tradicionales que existen sobre la sexualidad femenina se vuelven en contra de la vacuna y provoca que grupos conservadores y religiosos puedan rechazarla por percibir (erróneamente) que fomenta la promiscuidad sexual. Recomendar la vacuna en ambos sexos contribuiría sin duda a reducir esta percepción.

Desde el punto de vista ético, no recomendar la vacuna del VPH a los hombres vulnera los principios de justicia social e igualdad de género

Además, desde el punto de vista ético, no recomendar la vacuna a los hombres vulnera los principios de justicia social e igualdad de género. En los países en los que solo las mujeres reciben la vacuna del virus del papiloma humano, los hombres dependen de la inmunidad de rebaño para su protección.
Si se trasladan a un país en el que la vacuna no está incluida en calendario o mantienen relaciones sexuales con una persona no vacunada, se exponen a contagiarse de VPH. Además, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, no pueden beneficiarse de la vacunación de las mujeres. Y, aunque esté indicada la vacunación en este grupo, es imposible identificar a los pacientes que forman parte de él si ellos no lo refieren en la consulta. Debido a que todavía a día de hoy existen prejuicios frente a la homo y bisexualidad, el paciente puede no querer discutir su orientación sexual con su médico. Por otro lado, los pacientes adolescentes pueden estar todavía cuestionando su orientación sexual y no identificarse como homo o bisexuales hasta una edad más tardía, perdiendo la oportunidad de vacunarse en la adolescencia. El CDC(13) recomienda la vacunación, tanto en las mujeres como en los hombres transgénero. Finalmente recordar que, aunque las mujeres son las principales afectadas por los cánceres producidos por el VPH, la prevalencia del VPH en la mucosa oral de los hombres es hasta 3 veces mayor y los cánceres de orofaringe relacionados con el VPH han aumentado significativamente en las últimas décadas.

Las mujeres son las principales afectadas por los cánceres producidos por el VPH, la prevalencia del VPH en la mucosa oral de los hombres es hasta 3 veces mayor y los cánceres de orofaringe relacionados con el VPH han aumentado significativamente en las últimas décadas

Otro de los mitos en torno a la vacuna frente al VPH, es que se relaciona con efectos secundarios graves(8). En concreto se ha relacionado con enfermedades autoinmunes e infertilidad. Debido a que las enfermedades autoinmunes son más frecuentes en mujeres, y que en muchas ocasiones debutan en la adolescencia, ya antes de la comercialización de la vacuna se esperaba observar una relación temporal entre ambas, pero no se ha demostrado la existencia de una asociación causal. También se ha querido relacionar la administración de la vacuna con la aparición de insuficiencia ovárica precoz, pero no se ha encontrado relación entre esta entidad y ninguna de las vacunas administradas en la adolescencia(14). La alarma social en torno a los efectos secundarios de esta vacuna, se ha magnificado hasta el punto de situaciones como la de Japón, país en que el gobierno japonés retiró la recomendación de vacunación frente a VPH de su calendario en 2013, por una falsa asociación entre la vacuna y el síndrome de dolor complejo regional. Tras la suspensión de la vacuna, se han realizado múltiples investigaciones ratificando su seguridad(15). Algunos autores han ido un paso más allá y han calculado que, incluso si todos los efectos secundarios descritos estuviesen relacionados con la vacunación, los beneficios seguirían siendo mayores que los riesgos(16). Así, como ejemplo positivo tenemos a Australia(17) donde se incluyó la vacuna cuadrivalente frente a VPH en ambos sexos en 2007. Desde la introducción de la vacuna, la prevalencia de infección por VPH descendió de 28,7% a 2,3% (p<0,0001) en pacientes en los que se realizó una citología. En los hombres, la prevalencia descendió de 18% a 7% (p<0,0001). También descendieron el número de lesiones de alto grado detectadas en la citología y el número de casos de verrugas genitales. Desde el año 2018, la vacuna que se administra es la vacuna nonavalente, y se espera que pueda prevenir un 15% de cánceres de cérvix y un 11% más de cánceres anales.
De acuerdo con un estudio realizado empleando un modelo matemático(18), Australia será el primer país del mundo en eliminar el cáncer de cuello de útero.

La vacuna del VPH es segura y efectiva. No se han descrito efectos secundarios graves. Y, en los pacientes que la reciben, no solo no se ha detectado un aumento de las conductas sexuales sino que parecen tener actitudes más positivas hacia el sexo seguro

En definitiva, la vacuna del VPH es segura y efectiva. No se han descrito efectos secundarios graves. Y, en los pacientes que la reciben, no solo no se ha detectado un aumento de las conductas sexuales sino que parecen tener actitudes más positivas hacia el sexo seguro. Para intentar mejorar las tasas(9) de vacunación, la mejor estrategia es combatir la desinformación que existe en torno a esta vacuna. Para empezar, se debe formar a los profesionales sanitarios para que recomienden de forma convencida y activa la vacunación en sus pacientes. Cuando se informe a los pacientes de la vacuna, hay que hacer hincapié en su papel en la prevención del cáncer. Identificar a los pacientes no vacunados en las visitas rutinarias y aprovechar cualquier oportunidad para vacunarles. Por último, se ha visto que cuando se administra conjuntamente con otras vacunas del calendario, se acepta mejor.

Conclusiones

En el calendario vacunal oficial español se contempla la administración de 4 vacunas en los adolescentes: la vacuna frente a MenACWY, VPH, Td y, en personas que no la hayan pasado de forma natural o no estuviesen previamente vacunadas, la vacuna contra la varicela. Es importante administrar estas vacunas durante la adolescencia, bien porque son infecciones cuya incidencia aumenta en este período (MenACWY) o bien porque son infecciones que se adquieren durante la adolescencia o en el período de joven adulto, aunque las consecuencias aparezcan en la edad adulta (VPH).

Se ha detectado un descenso de la cobertura vacunal en este grupo de edad de causa multifactorial. Para paliar estos problemas se han planteado diversas soluciones. Si la causa principal son las circunstancias socioeconómicas, se debe garantizar la gratuidad de las vacunas. En lugar de hacer que el paciente se desplace al centro médico, llevar las vacunas al paciente, por ejemplo, realizando visitas a domicilio o campañas de vacunación en los centros escolares. Este abordaje conceptual es particularmente útil en el caso del adolescente, donde deberíamos acercar las vacunas a su entorno y no sacarlo de su entorno para acceder a las vacunas, orientando además las campañas de información y captación a sus sensibilidades. Si el problema es que los pacientes desconocen cuándo deben vacunarse, se pueden enviar recordatorios al paciente o crear un aviso en la historia clínica para el profesional sanitario. Finalmente, si el motivo es que los pacientes carecen de información sobre las vacunas, habrá que crear cursos de formación para profesionales y entrenar sus habilidades comunicativas para que puedan transmitir sus conocimientos de forma eficaz.

El profesional debe estar bien formado para poder rebatir las informaciones falsas y recomendar activamente la vacunación a sus pacientes

Por último, es importante conocer las causas específicas por las que vacuna del VPH sigue presentando unas coberturas por debajo del objetivo óptimo. A pesar de las evidencias disponibles sustentando su seguridad y su utilidad, sigue generando rechazo significativo entre la población general y de manera más preocupante todavía, entre los propios profesionales sanitarios. Esto es así porque persisten prejuicios en torno a las infecciones de transmisión sexual y por los bulos que se generaron en torno a los efectos secundarios. En este caso, el profesional debe estar bien formado para poder rebatir las informaciones falsas y recomendar activamente la vacunación a sus pacientes.

 

Tablas y figuras

Tabla I. Recomendaciones oficiales de vacunación en el adolescente de acuerdo al consejo interterritorial español (año 2020)

A) RECOMENDACIONES SISTEMÁTICAS

12 años

14 años

Vacunación frente a MenACWY (1 dosis)

Vacunación frente a Td (1 dosis)

Vacunación frente a varicela (2 dosis separadas 1 mes) en pacientes que no hayan sido vacunados ni pasado la enfermedad

Vacunación frente a VPH en mujeres (2 dosis separadas 0-6 meses)

B) RECOMENDACIONES INDIVIDUALIZADAS

Vacuna

Indicación

Hepatitis B: tres dosis 0-1-6 meses

Pacientes no vacunados previamente hasta los 18 años

Triple vírica: 2 dosis separadas 1 mes

Pacientes no vacunados previamente

VPH

Mujeres no vacunadas previamente hasta los 18 años

MenACWY

Pacientes no vacunados previamente hasta los 18 años

Tabla II. Recomendaciones diferenciales de vacunación en el adolescente por parte del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría

VACUNA

INDICACIÓN

Tétanos, tosferina y difteria (dTpa)

Administrar a los 14 años en lugar de Td

VPH

Administrar en ambos sexos

Meningococo B (MenB)

Valoración individual

Tabla III. Coberturas vacunales en la etapa adolescente en España (2018)

COBERTURA VACUNAL EN ESPAÑA

Varicela

1º dosis: 87,1%

2º dosis: 42,7%

Adolescentes no vacunados: 7,1%

VPH

1º dosis: 84,9%

2º dosis: 72,8%

DTPa (incluida en hexavalente), dTpa y Td

DTPa primovacunación: 97,4%

Dtpa 6 años: 77,1-88,4%

Td adolescentes: 71,4-79,4

Tabla IV. Indicaciones de vacunación frente a VPH en grupos de riesgo, financiadas actualmente en España

Inmunodeficiencias primarias (en el síndrome de WHIM con una vacuna que cubra lo serotipos 6-11)

Inmunodeficiencias adquiridas (VIH, trasplante de progenitores hematopoyéticos…)

Hombres que mantienen sexo con hombres

Mujeres que recibieron tratamiento excisional para cáncer de cérvix

Trabajadores sexuales

 

Bibliografía

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Disminución de las vacunaciones durante la pandemia de COVID-19


 

Disminución de las vacunaciones durante la pandemia de COVID-19

F.A. Moraga-Llop.
Pediatra, Vicepresidente primero de la Asociación Española de Vacunología, Barcelona.

 

Adolescere 2020; VIII (3): 45-48
 

Resumen

La pandemia de la enfermedad por coronavirus 2019 está originando en el mundo una grave crisis sanitaria, social y económica, con un impacto alarmante en las coberturas de vacunación. En España, un nuevo escenario asistencial que prioriza lo telemático sobre lo presencial, el miedo al contagio por acudir a los centros sanitarios y las recomendaciones de distanciamiento físico y de movilidad restringida son las causas principales que limitan la asistencia a los centros de atención primaria. A pesar de las recomendaciones sobre las prioridades del programa de vacunación establecidas por las autoridades sanitarias durante el estado de alarma, las coberturas vacunales han descendido en todas las comunidades autónomas. La reanudación de las vacunaciones debe ser planificada y organizada, utilizando diferentes recursos para su activación, y realizada en el menor tiempo posible.

Palabras clave: Cobertura vacunal; COVID-19; Programas de inmunización.

Abstract

The 2019 coronavirus disease pandemic is causing a serious health, social and economic crisis in the world, with an alarming impact on vaccination coverage. In Spain, a new healthcare scenario that prioritizes telematic over face-to-face consultation, the fear of contagion from attending health care centers and the recommendations promoting physical distancing and restricted mobility, are the main causes limiting assistance to primary care centers. Despite the recommendations on the priorities of the vaccination program established by health authorities during the national “state of alarm”, vaccination coverage has decreased in all autonomous communities. The resumption of vaccinations must be planned and organized, using different resources for its activation, and carried out in the shortest possible time.

Key words: Vaccine coverage; COVID-19; Immunization programs.

 

A pesar de que la amenaza de una pandemia se anunciaba desde hace años y se alertaba a los países de la necesidad de estar preparados, no lo estábamos y son muchos los errores cometidos, de los que debemos aprender todos, y en primer lugar los gobiernos, que deben ser asesorados por científicos expertos e independientes en cuanto al reto que representan los microorganismos emergentes y reemergentes(1).

Desde que el 31 de diciembre de 2019 las autoridades chinas notificaron a la Oficina Regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Pekín un brote de 27 casos de neumonía grave de causa desconocida no han dejado de suceder acontecimientos en torno a esta nueva infección. En un tiempo récord, los investigadores chinos lograron identificar el virus causante, designado SARS-CoV-2 (severe acute respiratory syndrome coronavirus 2) por su similitud genética y de causalidad clínica con el del SARS de 2002-2003. El 30 de enero de 2020, el Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional de la OMS lo consideró una emergencia de salud pública de importancia internacional, y el 11 de marzo la OMS declaró la pandemia de la enfermedad denominada COVID-19 (coronavirus disease 2019). La pandemia y el estado de alarma instaurado el 14 de marzo por el Gobierno de España han originado una grave crisis sanitaria, social y económica(1).

Impacto sanitario de la pandemia de COVID-19

El impacto sanitario indirecto de la pandemia ha interferido o incluso ha llegado a interrumpir el programa de salud del niño y del adolescente, en su aspectos asistencial y preventivo, destacando, por una parte, los retrasos diagnósticos de enfermedades comunes que se han presentado durante este periodo y, por otra, la disminución, en algunos casos muy marcada, de las coberturas de vacunación.

En el campo asistencial ha habido un retraso en el diagnóstico de las enfermedades y algunos pacientes han sufrido complicaciones con una incidencia superior a la que ocurría antes de la pandemia. En un estudio(2) de las apendicitis agudas diagnosticadas y operadas en el Hospital Infantil La Paz de Madrid, desde enero hasta abril de 2020, estas se clasificaron en dos periodos, uno pre-COVID-19
(41 casos) y otro pos-COVID-19 (25 casos) en relación con la declaración del estado de alarma; los porcentajes de apendicitis complicada con peritonitis fueron del 7,3% y del 32% (p = 0,015), respectivamente. Este hallazgo se vio reforzado por el mayor tiempo transcurrido desde el inicio de la sintomatología clínica hasta el diagnóstico y el tratamiento quirúrgico en los pacientes que fueron intervenidos después del inicio del confinamiento. Los autores del estudio concluyen que es necesario fortalecer la conciencia asistencial pediátrica para que no se deterioren la asistencia y el pronóstico de enfermedades de alta prevalencia, como la apendicitis aguda, por el efecto de la grave situación epidemiológica actual, que no debe dejar desprotegidos a los niños y adolescentes con independencia de su estado infectocontagioso.

Las vacunaciones han sido uno de los aspectos preventivos que más se han resentido. Además, en este momento en que todo el mundo espera y desea una vacuna frente al nuevo SARS-CoV-2, de manera paradójica conviven este anhelo y una alerta vacunal por la disminución de las coberturas de las vacunaciones sistemáticas en el curso de la pandemia, y una alarma en los países de bajos recursos económicos debido a la suspensión o al aplazamiento de campañas complementarias de vacunación y a la interferencia con los programas nacionales de vacunaciones sistemáticas(3). Como aspecto positivo, los padres y los adultos en general están conociendo lo devastadoras que pueden ser las enfermedades infecciosas y el valor que tienen las vacunas.

Las vacunaciones han sido uno de los aspectos preventivos que más se han resentido, y los padres están conociendo lo devastadoras que pueden ser las enfermedades infecciosas y el valor que tienen las vacunas

¿Por qué se ha interrumpido el programa básico de salud y por qué han ocurrido estos cambios?
En primer lugar, hay que señalar que tanto en la atención primaria como en la hospitalaria se ha priorizado, como es lógico, la asistencia a los enfermos de COVID-19. La mayoría de los hospitales se transformaron en centros sanitarios monográficos para estos pacientes y disminuyó la actividad de numerosos centros de asistencia primaria, algunos de los cuales fueron cerrados y su personal sanitario se incorporó a otras funciones en hospitales, otros centros sanitarios o residencias geriátricas. En resumen, un nuevo escenario asistencial que ha tenido y tendrá consecuencias en los pacientes con enfermedades no COVID; otro gran motivo de preocupación.

Otras razones por las que los padres no han acudido al pediatra han sido las recomendaciones de las autoridades sanitarias de evitar acudir a los centros sanitarios, el miedo al contagio, la alarma social generada por la pandemia, el distanciamiento físico que se ha aconsejado, la movilidad restringida y finalmente el confinamiento.

En las vacunaciones hay que considerar otro hecho, el cierre de los colegios y las escuelas, ya que en algunas comunidades las vacunaciones de los adolescentes a los 12 y 14 años se realizan en los centros educativos. En algunos países, otro problema que ha surgido es el desabastecimiento de vacunas por el cierre de fronteras y las alteraciones del tráfico aéreo.

Esta nueva situación pandémica ha generado un grave problema de salud poblacional, con un retraso de todos los objetivos que no sean urgentes, y los pacientes se derivan al servicio de urgencias del hospital de referencia tras la clásica consulta telefónica o la moderna telemedicina que han sustituido a la visita presencial. Los recursos humanos, logísticos y económicos se están desviando a actividades pandémicas, y esto es especialmente notable en los países de bajos recursos económicos.

Las vacunaciones durante la pandemia de COVID-19

Diversos organismos y sociedades científicas han advertido sobre el impacto que está teniendo la pandemia en las vacunaciones en los países afectados, debido a la redistribución de los recursos humanos y económicos a causa de esta grave amenaza para la salud pública. La OMS, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la United Nations Children’s Fund (UNICEF) y Gavi, the Vaccine Alliance, los Centers for Disease Control and Prevention (CDC), la Global Polio Eradication Initiative (GPEI), el Ministerio de Sanidad, la Asociación Española de Vacunología (AEV) y, de forma conjunta, la Sociedad Española de Inmunología (SEI), la Sociedad Española de Inmunología Pediátrica (SEIP) y la Asociación Española de Pediatría (AEP), así como las consejerías de algunas comunidades autónomas, entre otros, han publicado diversos documentos e informes en la misma línea, que advierten de los riesgos que representa el hecho de no vacunar o retrasar las vacunaciones. El descenso de las coberturas vacunales, si se mantiene en el tiempo, podría conducir a la reemergencia de enfermedades infecciosas (sarampión, enfermedad invasiva neumocócica y meningocócica, etc.) al aparecer poblaciones susceptibles, sobre todo con el reinicio de la asistencia a las guarderías y las escuelas(4,5).

Al mismo tiempo se recomienda continuar con los programas de inmunizaciones, pero siempre que el acto vacunal sea llevado a cabo por profesionales sanitarios y goce de las máximas condiciones de seguridad para los vacunados y para los equipos humanos de vacunación, y todo esto sin olvidar el apoyo que se debe prestar a la respuesta a la pandemia. La reanudación de las vacunaciones debe ser planificada y organizada, utilizando diferentes recursos para su activación, sin olvidar la vacunación oportunística.

¿Y en España qué se ha recomendado y cómo se han visto afectadas las vacunaciones?

El 25 de marzo de 2020, el Ministerio de Sanidad comunicó las prioridades del programa de vacunación durante el estado de alarma debido a la COVID-19, que incluyen a los lactantes hasta los 15 meses, pero «garantizando especialmente» (sic) la primovacunación a los 2 y 4 meses de edad y la primera dosis de vacuna triple vírica a los 12 meses, las embarazadas, las poblaciones con riesgo elevado y las situaciones de profilaxis posexposición. Además, se insiste en la importancia de que el acto vacunal se realice cumpliendo con todas las medidas de seguridad(6).

Al inicio de la desescalada, el 14 de mayo de 2020, el Ministerio de Sanidad emitió una nueva nota informativa en la que se instaba a la recuperación progresiva de la actividad vacunal, restableciendo el resto de las vacunaciones sistemáticas no consideradas en el documento anterior de priorización, y haciendo hincapié en el descenso de las coberturas infantiles y el riesgo que esto conlleva para la salud pública. En este segundo documento, a diferencia del primero y como aspecto muy importante, se recuerda y enfatiza tanto a la población como a los profesionales sanitarios que la vacunación es un servicio de salud esencial del sistema sanitario, incluso durante la pandemia de COVID-19, para proteger a toda la población frente a las enfermedades inmunoprevenibles(7).

La vacunación es un servicio de salud esencial del sistema sanitario, incluso durante la pandemia del COVID-19, para proteger a toda la población frente las enfermedades inmunoprevenibles

En este último documento se señalan las recomendaciones de vacunación de las personas que han tenido infección por SARS-CoV-2 o que han sido contactos de un caso confirmado. Las primeras se podrán vacunar cuando su situación clínica se haya normalizado y hayan terminado el aislamiento.
En los contactos, las vacunas se demorarán hasta que se haya cumplido la cuarentena, es decir, 10 días (ahora) desde la última exposición.

A pesar de estas recomendaciones, las coberturas vacunales han descendido en todas las comunidades autónomas. Aunque todavía no hay ningún informe publicado sobre las características de la afectación de la cobertura de las diferentes vacunas, se pueden resumir los siguientes puntos generales, según lo comunicado, aunque de forma muy heterogénea, en diferentes webinars y en el VII Curso organizado por la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia sobre «Adolescencia y COVID-19»(5):

  • Durante los meses de marzo y abril de 2020, en comparación con estos mismos meses en 2019, la disminución de las coberturas osciló entre el 4% y el 90%, variando según la edad de administración y el tipo de vacuna. Las vacunas priorizadas según las recomendaciones anteriores fueron las menos afectadas (primera y segunda dosis de las vacunas hexavalente y antineumocócica de los 2 y 4 meses, y en menor medida la dosis de la triple vírica de los 12 meses), y la vacuna Td de los 14 años y del adulto fue la que menos se administró. El adulto, en general, ha dejado de vacunarse. En relación con el tipo de vacunas, las recomendadas pero no financiadas tuvieron descensos mayores (hasta un 68% para la antimeningocócica B en el lactante) que las sistemáticas financiadas.

    Durante marzo y abril de 2020, la disminución de las coberturas vacunales osciló entre el 4% y el 90%, según la edad y el tipo de vacuna

  • Algunas vacunas (p. ej., la del virus del papiloma humano) se dejaron de administrar al cerrarse las escuelas, lugar donde se administraban.
  • La única cobertura que se ha mantenido es la de la vacuna Tdpa de la embarazada.
  • En muchas comunidades no se ha iniciado la campaña de rescate de la vacuna antimeningocócica tetravalente en el adolescente.
  • En general, en los centros privados se han mantenido las coberturas vacunales(8).

En todo el mundo, los efectos colaterales de la pandemia en las inmunizaciones ha sido muy importante(9). La OMS, la UNICEF y la Gavi advierten de que al menos 80 millones de niños menores de 1 año corren el riesgo de contraer enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis a consecuencia de la interrupción de la inmunización sistemática y de la suspensión temporal de 93 campañas de vacunación a gran escala (46 de vacunación antipoliomielítica y 27 frente al sarampión, entre otras)(9,10).

Como conclusión hay que destacar que es urgente la normalización de la actividad vacunal después de esta paralización de los programas de inmunización y seguir vacunando según los calendarios de inmunizaciones sistemáticas. Es fundamental recordar a los padres la necesidad vital de proteger a sus hijos, y a la población en general, frente a enfermedades graves prevenibles por vacunación mientras continúa la pandemia. Y también desde la salud pública hay que continuar y reforzar las actividades de vigilancia epidemiológica de las enfermedades infecciosas.

Es urgente la normalización de la actividad vacunal, y es fundamental recordar a los padres la necesidad de proteger a sus hijos frente a enfermedades prevenibles, mientras continúa la pandemia

Preparémonos y establezcamos todas las medidas preventivas ante la actual segunda oleada de COVID-19 y otras posibles que puedan llegar, y para paliar la irremediable crisis social y económica que puede provocar una morbilidad y una mortalidad importantes. Todo esto mientras esperamos las vacunas y sin olvidar todo lo que deberemos seguir haciendo aun después de disponer de ellas.

Bibliografía

  1. Campins Martí M, Moraga-Llop FA. COVID-19, una lección de la que hay que aprender. Pediatr Integral. 2020;24:128-31.
  2. Velayos M, Muñoz-Serrano AJ, Estefanía-Fernández K, Sarmiento MC, Moratilla L, López-Santamaría M, et al.
    Influencia de la pandemia por coronavirus 2 (SARS-Cov-2) en la apendicitis aguda.
    An Pediatr (Barc). 2020;93:118-22.
  3. Nelson R. COVID-19 disrupts vaccine delivery. Lancet Infect Dis. 2020;20:546.
  4. Moraga-Llop FA. Las vacunaciones caen durante la pandemia. Adolescere. 2020;8:3-6.
  5. Moraga-Llop FA, Fernández-Prada M, Grande-Tejada AM, Martínez-Alcorta LI, Moreno-Pérez D, Pérez-Martín JJ. Recuperando las coberturas vacunales perdidas en la pandemia de COVID-19. Vacunas. 2020. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.vacun.2020.07.001 [consultado 04.10.20].
  6. Ministerio de Sanidad. Comisión de Salud Pública. Nota informativa 25 de marzo de 2020: Prioridades del programa de vacunación durante el estado de alarma debido a COVID-19. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/COVID-19_Vacunacionprioritaria.pdf [consultado 04.05.20].
  7. Ministerio de Sanidad. Comisión de Salud Pública. Prioridades del programa de vacunaciones durante las fases de transición de la pandemia de COVID-19. Versión del 14 de mayo de 2020. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/prevPromocion/vacunaciones/docs/COVID-19_Vacunacionprioritaria2.pdf) [consultado 08.06.20].
  8. Marès Bermúdez J. En: I Jornadas de Vacunas del Mediterráneo (webinar), 11-12 de junio de 2020. Disponible en: https://drive.google.com/drive/folders/1svFj64qI TgS5ComTFUW4DjPvZQgWm1?usp=sharing [consultado 17.06.20].
  9. Torner N. Collateral effects of Covid-19 pandemic emergency response on worldwide immunizations. Vacunas. 2020. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.vacun.2020.07.002 [consultado 04.10.20].
  10. World Health Organization. 22 May 2020 News release. Disponible en: who.int/news-room/detail/22-05-2020-at-least-80-million-children-under-one-at-risk-of-diseases-such-as-diphtheria-measles-and-polio-as-Covid-19-disrupts-routine-vaccination-efforts-warn-gavi-who-and-unicef [consultado 06.06.20].